
Por Claudio Berón
Héctor Río
El crimen de Pavón ocurrió en el Fonavi de Rouillón y bulevar Seguí.
Pasada la medianoche del sábado se escucharon gritos y ruidos en una de las tiras del Fonavi de Biedma y Rouillón, en barrio Moderno. Al asomarse los vecinos vieron tirado en el piso, a los pies de la escalera 7 de pasaje Aguzzi al 3800, a un hombre al que le costaba mucho respirar. Entonces llamaron al sistema 911 y denunciaron que había un hombre en una aparente crisis respiratoria que adjudicaron al coronavirus y no lo movieron. Momentos después personal del Sies constató que el muchacho estaba herido. Intentaron reanimarlo pero era tarde. En realidad el joven había sido apuñalado y su muerte se convirtió en el primer homicidio en 22 días.
Luego se supo que se trataba de Carlos Saúl Pavón, de 23 años y vecino del barrio. La víctima recibió varias puñaladas en tórax y abdomen. Murió al pie de la escalera.
Al lugar llegaron efectivos de Homicidios y del gabinete criminalístico para relevar las cámaras de vigilancia tanto en el pasaje como en la zona de Biedma al 5700, además de tomar testimonios y levantar rastros.
Sin conflictos
Según los primeros datos e indicios recabados los investigadores concluyeron que la muerte de Pavón se debió a múltiples heridas de arma blanca que no hallaron en el lugar. El cuerpo fue remitido para su autopsia al Instituto Médico Legal (IML) para determinar la data de fallecimiento.
Minutos después del hallazgo del cadáver llegó hasta la tira del Fonavi una joven de 35 años que dijo ser pariente de Pavón y aseguró a la policía que la víctima no tenía ningún tipo de conflictos y "era una persona de trabajo".
El homicidio, el primero en los últimos 22 días en el departamento Rosario, podría tratarse de un misterio o inscribirse en un problema interpersonal.
Si bien algunos vecinos de la tira 7 de Barrio Moderno prefirieron no hablar, otros creen saber por que murió Pavón, un joven de profesión soldador y que trabajó hasta no hace mucho en una empresa aceitera de la localidad de Timbúes, en el cordón industrial norte de Rosario. El muchacho tenía dos hijos y estaba distanciado de su primer pareja.
Gente que lo conocía indicó que cada tanto Pavón solía frecuentar la zona de Biedma y Rouillón donde desde hace años los vecinos cuentan de un lugar en el que se acopian y venden estupefacientes.
Bandas
Los mismo vecinos del Fonavi, que no dieron sus nombres por seguridad, cuentan que en el barrio hay dos bandas de narcomenudeo y delivery de estupefacientes. Así, se refirieron a un tal "Seba B." y a otro apodado "Colorado".
"Ellos tienen soldaditos que se creen que son los que mandan y siempre te prepotean. Algunos andan con armas, otros no", dijo un chico que parecía conocer cada pasillo y pasaje del Fonavi.
"Este pibe se peleó el jueves con uno que trabaja para el Colorado, un tal Marcos que vive ahí en la tira 7. Dicen que por esa pelea del le llegó el vuelto del sábado. Parece que el pibe que murió le pegó a Marcos para que tenga", contó un vecino.
Ahondando en las relaciones y los cruces del barrio otros contaron que "Marcos y su hermano ya no están en el departamento, parece que se guardaron en el búnker pero ya se piraron", dijo otro joven.
Otro vecinos aseguraron que en el lugar donde estaba el búnker sólo hay un departamento vacío y que en otro departamento del Fonavi "estarían los de la banda del Colo". Y aseguran también que el tal Marcos trabaja como soldadito de esa banda.
Carlos Saúl Pavón no tendría antecedentes penales y hace varios años que su familia vive a pocas cuadras de donde lo mataron. Sus familiares más cercanos dicen no saber absolutamente nada sobre qué pudo haber sucedido y ayer por la tarde realizaban los trámites municipales para su entierro, ya que estaba sin trabajo y no tenía cobertura social. "Van a enterrarlo en La Piedad, pero no pueden ir más de dos por esto del virus y están muy dolidos", contó un vecino de la familia.

