La esperada declaración de la funcionaria provincial Ana Viglione en el juicio a Los Monos se diluyó en una breve exposición de 13 minutos. La abogada y policía retirada condujo la disuelta Secretaría de Delitos Complejos durante el gobierno de Antonio Bonfatti y ayer respondió preguntas de un solo defensor. Fue sobre qué trato tenía con la brigada policial que investigó a la banda de Las Flores. "No teníamos ningún tipo de vínculo", contestó. En un legajo conexo, la ex secretaria está acusada de haber falseado su testimonio cuando fue citada como testigo en la instrucción de la causa. Por ese delito un fiscal pidió esta semana una condena de 3 años de prisión para ella y quien fuera su segundo, Andrés Ferrato, quien estaba citado como testigo pero, finalmente, no declaró en el debate (ver abajo).
Viglione, actual subsecretaria de Formación y Desarrollo Policial, en octubre de 2012 fue designada al frente de Delitos Complejos y asumió a pocos días de la detención del ex jefe de la policía Hugo Tognoli, implicado en una causa por narcotráfico que se juzga por estos días.
Un mes antes, el 8 de septiembre de 2012, mataban a tiros a Martín "Fantasma" Paz, allegado a la familia Cantero, acusada de dirigir la banda de Los Monos. La hermana de Paz era entonces pareja de Claudio "Pájaro" Cantero, asesinado ocho meses después. Y a partir de contactos en el celular de Paz, la pesquisa del crimen se volcó hacia una treintena de personas acusadas de integrar una asociación ilícita.
Entre los 25 acusados que enfrentan ahora un juicio oral y público hay 12 civiles y 13 uniformados. Uno de los ex policías es Gustavo "Gula" Pereyra, quien era subalterno de Viglione y uno de los más interesados en que su ex jefa declarara. El comisario fue detenido el 5 de junio de 2013 en el Ministerio de Seguridad Provincial. Quedó bajo sospecha porque lo mencionaron en escuchas realizadas a uno de los procesados como jefes de la banda, Ramón "Monchi" Machuca, y a Juan "Chavo" Maciel, un sargento que respondía a "Gula" y que pactó una condena a 3 años en un juicio abreviado por su aporte a la organización.
Si bien "Monchi" y Maciel nombran a Gula, a éste no lo comprometen escuchas propias. Por eso fue sobreseído por el juez Juan Carlos Vienna, pero el camarista Daniel Acosta ordenó revertir la medida. Tuvo en cuenta que de la computadora del comisario se recuperaron archivos borrados con fotos, seguimientos a narcos, domicilios de quioscos de drogas, frentes de viviendas de supuestos narcos y organigramas de bandas. Eso suponía un conocimiento mayor al que había admitido. En 2015 fue procesado por la jueza Alejandra Rodenas por poner información secreta al servicio del clan.
Al declarar como testigos en la causa 913/12 por asociación ilícita, Viglione y Ferrato negaron haber participado de investigaciones sobre narcotráfico. Pero sus subordinados declararon que les asignaban pesquisas de esa índole. Al advertir esas incongruencias, el juez Vienna abrió la causa número 48/14 por presunto falso testimonio contra ellos. Ese expediente estuvo inactivo hasta que en septiembre de 2016 "Gula" se presentó como querellante contra sus ex jefes y sostuvo que mintieron para perjudicarlo.
Citación
Tanto Viglione como Ferrato fueron citados para declarar como testigos ayer en el juicio a la banda tanto por los fiscales como por la defensa de "Gula". Los dos presentaron escritos excusándose por estar imputados por falso testimonio y correrían el riesgo de autoincriminarse. Entonces el fiscal Gonzalo Fernández Bussy desistió de interrogarlos.
A su turno, el abogado Alberto Tortajada, quien representa a "Gula", dio a conocer un escrito judicial del que había sido notificado un día antes. Se trata de la acusación en la que el fiscal Vescovo solicitó prisión para Viglione y Ferrato por falso testimonio. Allí, como evidencia, figuran parte de los mails enviados por "Gula" a sus superiores que el abogado quería incluir como prueba.
"Una persona no puede declarar contra sí misma", dijo Tortajada a los periodistas. Con Pereyra a su lado, explicó entonces que existen más mails que al comisario inspector le interesa presentar como prueba de que sus jefes estaban al tanto de sus pesquisas. Lo hará probablemente la semana próxima, cuando prevé brindar una extensa declaración.
Si bien Viglione no quería declarar, el juez Manfrín ordenó que comparezca y se niegue a responder si alguna pregunta la podía perjudicar. La interrogó Fausto Yrure, quien defiende al núcleo duro de Los Monos. El abogado le preguntó sobre su vínculo con los integrantes de la Brigada Operativa de la División Judiciales ya disuelta, que concentró gran parte de la pesquisa a la banda.
La funcionaria explicó el organigrama de la disuelta Secretaría donde tenía unas 440 personas a su cargo y se dividía en dos subsecretarías: Delitos Económicos y Análisis Criminal. Tres secciones policiales dependían funcionalmente de Viglione: la Tropa de Operaciones Especiales, la ex Drogas Peligrosas y la agencia de Trata de Personas.
Dijo que estaba al tanto de la creación de la Brigada de Judiciales y que hizo averiguaciones sobre su funcionamiento, pero aclaró que no dependía de ella. Del subcomisario Luis Quevertoque, miembro del área, dijo que lo conocía porque fue cadete en la escuela de policía en la época de sus años allí como instructora. Con Raúl Tirrito Saccone, primer jefe de la brigada, fueron compañeros de promoción. A Ariel Lotito sólo lo conocía de nombre. De Cristian "Carancho" Romero, quien sucedió a Saccone, sabía de su paso previo por Drogas.
"¿Ha tenido discrepancia con personal de la brigada?", preguntó Yrure. "Ellos no dependían de nosotros, así que no teníamos ningún tipo de vínculo. Eran secciones distintas", respondió Viglione. "¿Fue consultada sobre el desempeño de Romero?", insistió. "No me acuerdo", dijo.
Por último el abogado le mencionó una escucha ya transmitida en el juicio. Se trata de una conversación entre Lotito y Romero en la que el primero le dice al segundo que Viglione le estaba "tirando patadas al pecho" porque había hablado mal de su desempeño. Y le comenta que el entonces gobernador Antonio Bonfatti, presente en el encuentro, la había hecho callar diciendo: "Caranchito está muy bien visto. Esta gente está trabajando muy bien".
"No recuero eso. En todas las veces que hemos tenido reunión de gabinete, jamás un funcionario me hizo callar. No recuerdo que eso haya pasado. Eso de hacerme callar no me ha sucedido en ningún ámbito. Cuando hablo, lo hago con fundamento", contestó Viglione.