Un hombre aceptó ayer una condena a 14 años de prisión como autor del crimen de Elías Pablo Nahuel Meza, quien recibió un disparo en la cabeza cuando iba en moto con un amigo por Villa Gobernador Gálvez. El acompañante identificó al atacante como Pablo Martín Ortiz, quien esa madrugada ingresó con una herida de bala en la pierna al hospital Gamen luego de que, al desatarse incidentes en represalia por el homicidio, incendiaran su casa. En el centro asistencial le secuestraron a un familiar suyo el arma con la que se había cometido la ejecución y esa fue una de las pruebas que ahora se volcaron al acuerdo abreviado cerrado ayer.
El juicio abreviado fue homologado ayer por los jueces Melania Carrara, Hebe Marcogliese y Gonzalo López Quintana. Ortiz, de 33 años y detenido desde hace casi un año con prisión preventiva, aceptó la condena como autor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego y la portación de un arma de guerra.
La pena fue acordada entre el fiscal de Homicidios Adrián Spelta y la abogada Patricia Guzmán. En septiembre se había realizado una audiencia preliminar con un pedido fiscal de 20 años de condena en caso de que se llegara a un juicio oral.
Según explicó el fiscal Spelta en la audiencia, la familia de la víctima fue informada del acuerdo abreviado y no planteó objeciones.
"No tenía problemas con nadie", había dicho el padre de Elías luego del ataque. "No hubo ajuste de cuentas ni nada. Son tres que vienen robando ahí en la vía, yo entiendo eso, pero no que lo maten para robarle. Mi familia y yo estamos destrozados", dijo, aunque en la investigación del crimen no se acreditó la intención de robo.
En el acto
Elías Meza tenía de 20 años. El 16 de marzo de 2018 a las 4 de la madrugada conducía su moto Yamaha 110 acompañado por Leonardo V. Circulaban por calle Temporelli de Villa Gobernador Gálvez y a llegar al cruce con San Nicolás, al intentar atravesar una vía férrea, fueron interceptados por un hombre que sin mediar palabras le disparó a Meza. Una bala que lo hirió en la cabeza lo mató en el acto.
Minutos después efectivos del Comando llegaron al lugar alertados por una llamada al 911. Allí, junto a la moto, encontraron a la víctima con un balazo calibre 38 en la nuca y con orificio de salida a la altura del ojo derecho.
Leonardo fue trasladado a una comisaría y, según se plasmó en el acuerdo, allí contó que iban en la moto por Temporelli y desde una cuadra antes del ataque él vio que había un muchacho esperándolos. Elías levantó la velocidad y en ese momento lo alcanzó el disparo. Los dos cayeron a la calle y cuando él se acercó a su amigo constató que ya estaba muerto.
El testigo dijo que en un primer momento no se dio cuenta de quién era el agresor, quien se fue corriendo "para el lado de las vías". Pero, al tranquilizarse, recordó que era un conocido del barrio El Triángulo. "Vive atrás de donde nos tiró", añadió.
Mientras los agentes policiales le tomaban declaración recibieron el aviso de un incendio de dos casas, una en Suipacha y Monteflores donde el acusado supuestamente vivía con su pareja, y otra en Pueyrredón sin número, donde residía su madre. Al mismo tiempo se enteraron de que un herido de bala había ingresado al hospital Gamen.
Heridos y demorados
El paciente era Pablo Ortiz, quien recibió un tiro en la pierna derecha en circunstancias no aclaradas. Fue trasladado al centro asistencial por un pariente, José Manuel P., quien al retirarse fue demorado por un policía que advirtió que iba armado con un revólver calibre 38 largo gris con cachas negras marca Jaguar y con tres cartuchos intactos.
Cuando los efectivos lo llevaron con el revólver a la comisaría, el testigo que aún declaraba allí reconoció el arma como la usada en el crimen. Luego una pericia detectó que el revólver era de funcionamiento normal y que disparó las balas usadas en el crimen.
Ortiz, en tanto, fue trasladado al Hospital Provincial de Rosario y tres días después del homicidio fue sometido a una audiencia imputativa en la cual quedó en prisión preventiva.
Entre una de las evidencias más firmes citadas ayer por el fiscal para condenarlo mencionó que el testigo presencial del ataque lo reconoció sin dudar en una rueda judicial.