Los jockeys y empleados del Hipódromo de Rosario renovaron sus reclamos para que vuelvan las carreras de caballos con todos los protocolos sanitarios correspondientes. “La situación es crítica. Hay mucha gente que entró en estado de indigencia”, afirmó Juan Ublich, representante de la comisión que elaboró las condiciones de seguridad que se deberán seguir para que vuelva el “deporte de los reyes” a Rosario en época de pandemia.
El representante de los trabajadores afirmó este martes que la Municipalidad de Rosario, que es la que autoriza esa actividad en la ciudad, había dado el visto bueno a mediados de julio para la actividad hípica, pero que desde el gobierno provincial frenaron todo debido a la gran cantidad de casos de coronavirus que se registraron en la ciudad.
Esta mañana los empleados y los jockeys mostraron su disconformidad colgando banderas y carteles sobre el cerco perimetral del Hipódromo. La bronca tiene su justificación ya que el viernes próximo volverán las carreras oficiales después de 170 días al Hipódromo de Palermo y en Rosario creen estar a la misma altura para garantizar las normas sanitarias.
En declaraciones al programa “El primero de la mañana” de LT8, Ublich se quejó con amargura por la posición del gobierno provincial.
“Nos dicen que no podemos garantizar el distanciamiento social y que habrá aglomeración de gente. Y eso no es verdad. Si nos habilitan, no habrá más gente que la que tenemos habitualmente en los entrenamientos”, expresó Ublich.
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El dirigente contó que de acuerdo a lo aprobado por la Municipalidad sólo habría seis carreras los jueves, con ocho caballos cada una, separados gateras de por medio. “Sólo habrá el cuidador que lleva el caballo, el jockey y un propietario, que una vez que termine la carrera se tiene que retirar. No habrá público ni apuestas. Sólo estará la gente que trabaja acá”.
“Las autoridades no quieren aglomeración de gente y eso no va a existir. Evidentemente, tienen otra mirada y no perciben el fenómeno social. Acá la gente está pasando por muy malos momentos. Hay mucha gente que entró en la indigencia”, agregó Ublich.
El dirigente contó que en todos estos meses de parate por la pandemia, el personal vinculado a la actividad hípica recibió al principio como ayuda un bolsón de alimentos una vez por semana. “Ahora lo entregan cada quince días. Hay compañeros que se mantienen con algunos ahorros, aunque ya se los habrán gastado. Otros vivirán de la ayuda de familiares. La situación es crítica”, añadió.
En Rosario son unas 500 familias las que viven de los puestos directos o indirectos del turf, y a nivel nacional la actividad congrega a unos 700 mil trabajadores, dijo Ublich.