A las tres de la tarde, luego de 11 meses y 16 días de inactividad, ayer reabrieron los cines en Rosario. Los cinéfilos, que tuvieron que conformarse con el streaming durante el último año, finalmente pudieron volver a vivir la magia que solo ofrece la pantalla grande y escaparse por un rato de lo que sucede por fuera de sus márgenes. La primera jornada transcurrió entre la emoción y la euforia y tanto trabajadores como clientes vieron superadas sus expectativas.
Vestida de negro y con una sonrisa enorme tras el barbijo, una de las empleadas del complejo Showcase (ubicado en el Alto Rosario shopping) daba la bienvenida a los primeros espectadores. Minutos antes ya se había armado una fila improvisada, en la que el entusiasmo se percibía a simple vista.
“Apenas supimos que abría hoy nos vinimos. Vamos a ver cualquier cosa con tal de entrar otra vez al cine”, contó Matías a La Capital, quien llegó acompañado de su familia. La cadena fue la primera en ofrecer funciones en la ciudad, tras la autorización que -tras mucho esperar- llegó este viernes. El resto se encuentra ultimando detalles para el regreso. Hasta ahora se encuentran confirmadas las reaperturas de Hoyts (Portal Rosario Shopping) y Cinépolis (Eva Perón al 5800) para el próximo miércoles. El Complejo Monumental apuesta a tener todo listo para el jueves y Cines del Centro esperará a ver el comportamiento del mercado.
La primera película en proyectarse fue “Tenet”, del célebre director Christopher Nolan. Un estreno bastante demorado, ya que llegó seis meses después de su debut en los Estados Unidos. Si bien la primera función contó con apenas once espectadores, el entusiasmo se sentía en el aire. El primer ticket “escaneado”, ya que el protocolo no permite el tradicional corte de entrada, fue para un fanático del cine de más de 70 años que esperaba con ansias reunirse nuevamente con el séptimo arte. Las personas que pertenecen a grupos de riesgo tendrán prioridad a la hora de ingresar a las salas.
Según el decreto oficial, la capacidad permitida en las salas es del 50% y cada cadena deberá establecer un cronograma que “minimice la congestión de público”.
Entre el asombro y la emoción, decenas de personas fueron ingresando durante el sábado paulatinamente al complejo. Ante la consulta, la respuesta era unánime: “Extrañábamos muchísimo venir al cine”. Algunos más asiduos que otros, todos coincidieron en “la alegría del momento” y “la importancia de que los trabajadores puedan volver a sus puestos”. El rubro sostiene en Rosario a 350 familias de modo directo y otras 150 de modo indirecto.
De a poco, los sonidos y olores característicos del cine comenzaron a inundar el ambiente. Los rosarinos tuvieron que esperar 353 días para reencontrarse con el murmullo previo a la película, las luces tenues, el caramelo burbujeante y el inconfundible aroma de los pochoclos recién hechos.
Algunos seguían de cerca las noticias sobre la reapertura, otros se enteraron paseando por el shopping y no quisieron perderse la oportunidad de formar parte de este día histórico.
“Estamos muy contentas de volver a disfrutar de esto, era una salida que hacíamos siempre con nuestro grupo de amigas”, señaló Fernanda, quien planeó la salida desde que se enteró del posible regreso.
Por su parte, Ezequiel fue con su esposa e hijo. “Somos de San Nicolás. Veníamos en el camino y nos enteramos de que justo hoy recién abrían”, indicó. Aseguró que el pequeño era el más ansioso.
También se dieron una vuelta quienes querían ver “cómo está funcionando todo” antes de arriesgarse a comprar entradas. “Queríamos chequear los protocolos, saber que ya está todo en marcha, tener una nueva idea de precios, de las pelis que hay. Uno ve carteleras viejas, nuevas, para ponernos un poquito al día con la condición de cinéfilos”, explicó Constanza, quien se encontraba de compras con su papá y su novio.
En su primer día, la entrada general costó $680 pesos, pero bajó a $420 en caso de los mayores de 60 y los menores de 12. Este precio se mantendrá de jueves a domingos y durante los feriados. Desde la cadena explicaron que el precio aumentó “acorde al ritmo de la inflación”.
Mientras una parejita retiraba su balde de pochoclos, se les recordó que el momento de disfrutarlos en la sala sería el único momento en el cual podrían sacarse el barbijo, y deberían colocárselo inmediatamente después. “La gente que viene al cine siempre suele consumir, más los que tienen chicos. El pororó, la gaseosa, eso calculo que no se va a modificar”, comentó Luciana, una de las vendedoras.
Durante la primera hora de apertura se vendieron más de 550 entradas y las pelis infantiles encabezaban la lista de las más elegidas, seguidas inmediatamente por Tenet, una de las más esperadas.
“Es un gran primer día. Nos muestra que la gente estaba esperando este momento y nosotros también. Estamos muy contentos, después de casi un año que se hizo largo”, confió a La Capital Alejandro Álzaga, director de operaciones del Showcase.
La cantidad de asistentes en Rosario superó las expectativas de los ejecutivos del cine, quienes apuestan a los estrenos que se vienen para volver a ponerse de pie. “Hasta la semana pasada no hubo estrenos. En los otros cines que pudimos abrir, en Córdoba y Buenos Aires, proyectamos películas viejas. Pero este jueves ya se estrenaron nuevas películas y cambia el juego”, especificó.
En cada sector del complejo del Alto Rosario están las indicaciones para pararse y mantener la distancia, y también las normas que el público debe seguir para que el entretenimiento, además de confortable, sea seguro.
“Tenemos filtros especiales en los equipos de aire acondicionado, purificadores de aire por ionización bipolar. Trabajamos todo un año para poder brindarles un lugar seguro a los clientes y también para nosotros”, amplió sobre el protocolo Álzaga. Además, entre cada función se rocían las salas para desinfectar las butacas y todos los espacios comunes.
Si bien esta fue la primera jornada, y en uno solo de los espacios de la ciudad, quedó demostrado que el cine es una de las actividades que más extrañaron los rosarinos y también la que más se hizo esperar.
La postal del regreso a las butacas y la pantalla grande estuvo repleta de sonrisas y emoción. “Más que los bares y que los boliches, queríamos que volviera el cine”, confesó Brenda antes de perderse en el pasillo junto a su amiga y sumergirse, por primera vez en mucho tiempo, en esa realidad paralela que sólo las películas nos saben dar.