La escritora Beatriz Sarlo generó un enorme revuelo con su declaración ante la Justicia en la que dijo que fue contactada por la esposa del gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof para invitarla a vacunarse contra el Covid 19 por fuera del cronograma de vacunación establecido, y ante la enorme repercusión mediática este miércoles optó por ensayar una autocrítica: “Me autocritico fuertemente, no he debido decir ‘por debajo de la mesa’”.
El episodio remite a semanas atrás, previamente al escándalo que se desató por la vacunación VIP que terminó con la salida del ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, en la que funcionarios y allegados al gobierno fueron vacunados de privilegio. Sarlo aseguró en ese momento que fue contactada por la gestión de Kicillof y que le habían ofrecido vacunarse "por abajo de la mesa".
En su declaración ante la jueza María Eugenia Capuchetti y el fiscal Eduardo Taiano, la escritora declaró que a mediados de enero fue llamada por la administración de Axel Kicillof de Buenos Aires para participar de un operativo de vacunación para personas reconocidas con el objetivo de aumentar la confianza en la vacuna.
Sarlo dijo que se equivocó de frase al hablar del ofrecimiento, pero ratificó sus críticas a esa iniciativa bonaerense de buscar generar confianza en la Sputnik V mediante la vacunación de personaliades de la cultura y el espectáculo: “Si yo voy a participar de algo, necesito saber quiénes van a participar. Nunca pongo mi firma o mi cara sin saber. Examino bien aquello que llega a mi computadora, veo si están todas las condiciones que yo pongo, que no son muchas, saber quién es, no algo a las apuradas, que parece más de un centro de estudiantes”.
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“En general tengo expresiones poco apropiadas, no era ‘por debajo de la mesa’, era ‘sin ninguna noticia, precisión o nombre de los que integraban la lista de vacunados’. Me autocritico fuertemente, no he debido decir ‘por debajo de la mesa’. Lo que no estaba mencionado era la repartición pública de la Provincia de Buenos Aires que se iba a hacer cargo, aquellos responsables del operativo de vacunación y quiénes integraban esa lista de elegidos. Pero mantengo mi crítica”, resaltó Sarlo.
En ese sentido, la escritora consideró que “las campañas, cuando son públicas, tienen que venir con una dirección física o web; si se está hablando de intelectuales o artistas, no tenía por qué enterarme de que era pública, yo no tengo medios para enterarme de que es pública. Yo no ratifico que fue por debajo de la mesa porque los que son responsables dicen que no fue por debajo de la mesa, pero si fue una campaña pública, no me llegó con las formas de una campaña pública”.
Consultada por el uso de la frase que generó la polémica, Sarlo respondió: “Perfecto... que me procese la Provincia por haber utilizado mal la expresión… Listo. No tenía que decir ‘por debajo de la mesa’, tenía que decir en un mail que no llevaba ninguna información sobre quién se iba a vacunar, ni dónde, ni cómo, ni cuándo. ¿Usted representa la provincia? Adelante”.
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La escritora Beatriz Sarlo declaró ante la Justicia que el ofrecimiento para que se aplicara la vacuna fue hecha por Soledad Quereilhac, la esposa del gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. “El ofrecimiento fue a fines de enero por intermedio de mi editor de Siglo XXI, Carlos Díaz. Por lo que yo entendí, desde provincia de Buenos Aires estaban vacunando para lograr fotos que persuadieran a la gente”, comenzó relatando Sarlo.
“En ese momento todavía había cierta duda de la efectividad de la vacuna”, agregó ante la jueza y el fiscal. Según detalló Sarlo, el ofrecimiento fue “desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador de Buenos Aires, Soledad Quereilhac”, quien había sido alumna suya en tiempos pretéritos.
“(El editor) Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital, no estaba anotada en el registro. Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor”, apuntó.
“Yo no tendría problemas en ponerme la vacuna, pero no quería que la vacuna se transforme en un toma y daca, por vacunar a una persona conocida. Estaba esperando que me tocara, de acuerdo a mi edad y mi lugar de residencia”, apuntó.
En la causa están imputados el ex ministro de Salud Salud Ginés González García y su sobrino, su ex jefe de gabinete Lisandro Bonelli. En la causa se investigan delitos de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.