Inés Risso, Laura Baiani y Silvina Irale son tres rosarinas, profesionales y con familia, que reconocieron que la realidad iba a cambiar si ellas hacían algo.
Inés Risso, Laura Baiani y Silvina Irale son tres rosarinas, profesionales y con familia, que reconocieron que la realidad iba a cambiar si ellas hacían algo.
Un día, hojeando La Capital leyeron un pedido de becas para que chicos puedan terminar la escuela. Empezaron a pagar becas, pero fueron por más. Decidieron ayudar a todo el barrio donde vivían estos chicos y armaron un taller de actividades recreativas en el barrio Ludueña que ya tiene casi dos años de vida.
Comenzaron a ir los sábados. Crearon el taller Vía Libre que cuenta con actividades tres veces por semana y los sábados. Asisten 50 chicos de entre 4 a 15 años. Les dan clases de arte, apoyo escolar y también hacen actividades deportivas. Desde que empezaron no faltaron ni un sábado.
La que empezó esta movida solidaria fue Silvina, quien fue la primera en becar a un chico de Fonbec, una ONG que ayuda a que los niños puedan terminar la escuela. Allí conoció a Inés y a su vez convocó a su amiga Laura.
Lo primero que hicieron fue empezar un taller de lectura para sus chicos becados y amigos. Cada sábado se sumaban más niños y consiguieron que una vecina de Ludueña, Valeria Candia, prestara su casa (de chapa y pocos materiales) para que puedan reunirse.
"Los chicos viven al costado de la vía del tren en condiciones muy precarias, justo detrás de los cines Village", relata Laura que se quedó sumamente conmovida cuando visitó la casa de los chicos. "No hace falta ir al Impenetrable chaqueño para ayudar, aquí a pocas cuadras de nuestras casas hay mucho por hacer", declara todavía conmovida.
"No sé como se me ocurrió, pero empezamos a ir a leer cuentos en la casa de una familia el 9 de julio de 2016", reflexiona Silvina.
A la lectura de cuentos sumaron clases de porcelana fría, manualidades y apoyo escolar tres veces por semana, además de la actividad de los sábados.
"Contratamos a una maestra del barrio para que diera el apoyo escolar y nosotras vamos los sábados", explicaron.
Necesitan útiles escolares
Estas tres mujeres, a quienes nadie detiene, consiguieron que el polideportivo de Garzón 351 abriera sus puertas para que los chicos puedan hacer actividades deportivas. Y este verano, los niños participaron de la colonia de vacaciones, con la consiguiente felicidad de los pequeños.
Cabe aclarar que ellas mismas sostienen toda la actividad y cuentan con ayuda de sus conocidos para que den "lo que puedan".
Actualmente están realizando una colecta de útiles escolares nuevos o usados para poder llevar a los 50 niños. Los que quieran donar lápices, cartucheras, mochilas o cuadernos pueden acercarlos Buenos Aires 2266, Avellaneda 1551 y Avellaneda 116 bis.
Ellas cuentan con el apoyo incondicional de sus familias, porque sino sería imposible que hagan compatible esta tarea solidaria junto con su profesión (una es abogada, otra médica y otra administradora de empresas) y el cuidado de su hogar y de sus hijos.
Lo que las distingue es la alegaría con que realizan esta tarea. Y ellas lo adjudican a los chicos de Ludueña. "Ellos siempre nos esperan y la recompensa más grande es verlos cada sábado disfrutar con lo que hacen", reconocen entusiasmadas con seguir creciendo.
Para contactarse con el taller, se puede llamar a los teléfonos 156-812393 y 153-767247 .