Un viaje a Buenos Aires en micro en medio de un paro de aeronavegantes de Aerolíneas Argentinas. Un vuelo cancelado. Una parada en Pacheco por pedido de la dirigencia. Charlas con Superliga para ver de qué manera se podía resolver el tema. Camino nuevamente hacia Aeroparque y chárter rumbo a Tucumán. Algunos de los detalles que tuvo
Central ayer su viaje al Jardín de la República para enfrentar hoy a Atlético. El pedido de los canallas de posponer al menos un día el encuentro no fue tenido en cuenta, por lo que esta noche, a las 21, el equipo de Bauza enfrentará al Decano. Lo que fue una jornada con escalas, desinteligencias, marchas y contramarchas, Central va por una victoria que necesita como el agua por la recuperación en la Superliga, pero que le sirva como un golpe de efecto en la previa de la semifinal de Copa Argentina frente a Temperley.
Como si fueran pocas las complicaciones que tuvo Bauza en la semana para armar el equipo, la jornada de ayer fue bastante compleja para la delegación canalla. Es que de pensar que debían retornar a Rosario pasó a continuar camino al aeropuerto porteño para viajar, aunque un par de horas más tarde de lo previsto.
En ese interín desde Rosario los dirigentes, en especial el vicepresidente Ricardo Carloni, se pusieron en contacto con autoridades de Superliga para encontrarle una solución al tema. No había intenciones de posponer del lado de Central, pero sí hacerlo 24 o 48 horas. Pero la respuesta de Mariano Elizondo, CEO de la Superliga, fue que se agotaran las instancias para que el grupo viaje y juegue hoy por la noche como estaba previsto. La solución apareció minutos antes de las 17 cuando lograron contratar un chárter, con el que finalmente emprendieron viaje alrededor de las 20.30.
Mucho más temprano en Aeroparque ya había dos integrantes del departamento fútbol del club acelerando los trámites de la delegación. A esa altura el conflicto de Aerolíneas ya había empezado a dejar secuelas con la postergación y cancelación de muchos vuelos. A las 15.35 el que debía tomar Central fue cancelado y en ese momento hubo una comunicación directamente con quienes estaban viajando en micro a Aeroparque para que se pegaran la vuelta o esperaran. La decisión fue hacer un alto en Pacheco a la espera de novedades.
Inmediatamente arrancó una negociación tripartita entre Central, Atlético Tucumán y Superliga. Del lado de Arroyito lo que se intentó fue jugar el sábado, domingo o lunes, pero desde la organización del torneo respondieron que ellos no eran responsables de los traslados (de hecho dijeron que la cuaterna arbitral se iba a trasladar vía terrestre). En cuestión de minutos apareció un chárter que costeó Central y que al club le implicó un gasto de más del doble de lo que ya había sido abonado por el vuelo de línea, aunque esos pasajes que quedaron truncos les serán reconocidos para otra ocasión. De todas formas hay un gasto importante que se ahorrará Central: la noche de hotel del hoy ya que retornarán después del partido.
"Debido a muchas postergaciones que ya hubo en el torneo, Superliga no quiso posponer. De hecho Aldosivi tuvo el mismo problema", destacó Carloni, quien apuntó que "muchas veces no se tiene en cuenta la longitud de un país como Argentina y siempre los perjudicados son los equipos del interior. Creo que no hubiera costado nada posponer el partido 24 o 48 horas. No es que no queríamos jugar, sino que no teníamos forma de llegar".
Cuando cerraron la contratación del chárter apareció el llamado para que el micro continuara viaje rumbo a Capital Federal. El arribo a Aeroparque fue rápido (antes de las 18) y allí la espera del vuelo rumbo a Tucumán para un encuentro en el que no hay margen para no entender por dónde pasan las necesidades del canalla. Es que el tema será nuevamente ver si Central logra enfocarse sólo en los tucumanos y dejar para más adelante el choque copero con el gasolero. Con Patronato, en la previa de Newell's, le salió mal.
Si de necesidades se trata, el canalla está obligado a recomponer su imagen. Y eso lo logrará a partir de un buen resultado. Es cierto que para llegar a ese objetivo será imprescindible crecer en el juego, pero a esta altura disfrutaría por igual ganar por goleada o con un gol en contra sin haber pateado al arco.
Mientras haya vida en esa Copa Argentina los resultados en el torneo local podrán recibir el maquillaje típico de estos casos. Por lo pronto, un buen resultado en la Superliga implicará una recuperación, y también un golpe de efecto.