Era en abril, y llegó el clásico. Aunque estaba previsto para el domingo 1º, en el estadio de barrio Lisandro de la Torre, como se lo llamaba entonces al Gigante. A las 16, el nuevo horario dispuesto por la AFA, y con arbitraje de Oscar Veiró. Pero se jugó el miércoles 4. ¿Qué sucedió? Lluvia. Intensa, desde el sábado por la tarde y hasta la hora del juego, y aunque el escenario no estaba inundado, las condiciones para jugar eran “deficientes”, como marcó el pie de foto publicado en este diario. Y hubo que postergarlo para el martes 3, a las 21.30. Pero… otra vez lluvia. Y a jugar al otro día, en horario nocturno. Goleó Central: 4-1. Le costó el puesto a quien era desde el inicio del torneo el DT de Newell’s, Armando Mareque. ¿De cuándo se habla? De 1973. Hace 50 años.
Los antecedentes clásicos de principios de aquel año ya marcaban supremacía auriazul. En los amistosos, como la Copa Flynn (ganó 3-1) y para recaudar fondos por un increíble tornado en San Justo (venció 2-1). De aquellos 5 goles canallas, uno fue de Aurelio José Pascuttini (de penal) y los otros cuatro de Rubén Norberto Rodríguez (dos en cada partido, los primeros en tiempo suplementario y los otros a los 89’ y 101’). Los de la lepra los hicieron Oscar Manuel Cáceres y Mario Nicasio Zanabria.
En los días previos, las páginas de La Capital acercaban los pormenores de lo que sucedía con ambos equipos en el clásico de la 5ª fecha.
Central no podría contar con Daniel Killer (suspendido) y se presumía que Angel Landucci sería el 6, ingresando Eduardo Solari como número 5. Mientras que el goleador Rubén Rodríguez fue el 9, pasando Aldo Pedro Poy a jugar con la 10 en la espalda, como sucedió. Aunque en la primera práctica de fútbol de la semana, el miércoles, tras el entrenamiento físico a cargo del profesor Santiago Aldana, había jugado Carlos Colman de 8 (se lesionó en un muslo en la última práctica) y Carlos Aimar de 5, pero Solari lo hizo para los suplentes y marcó un gol en los 40’ de juego. Mientras que en el arco de los titulares estuvo Carlos Biasutto (había jugado las primeras 4 fechas) y en el de los suplentes Carlos Munutti, lo que se repitió el jueves y el mismo día del partido.
Newell’s tras el entrenamiento matutino, solo físico a las órdenes del profesor Pascual Benedetto, concentró desde la tarde del miércoles en el club Sportivo Rivadavia de San Jenaro Norte (así se escribía el nombre de esta localidad, ahora con "G") a 19 jugadores (no lo hizo el lesionado Cáceres, que venía siendo titular). A los 16 que luego formaron parte del clásico hay que sumarles a los defensores Luis María Pierucci y Jorge Raúl Iturre (sufrió una distensión en el muslo derecho y quedó al margen del clásico) y el delantero Manuel Rosendo Magán, quien había sido titular en los dos partidos anteriores y perdió su lugar a manos de Daniel Marangoni, quien había ingresado desde el banco de suplentes en los cuatro partidos anteriores. La otra duda en la formación aparecía por Arsenio Julio Ribeca o Angel Manuel Silva como 8 en reemplazo de Cáceres.
El jueves se pusieron en venta las entradas (no existía el "banderazo"): plateas altas no socios 40 pesos y socios 20 (bajas 20 y 10, respectivamente). Newell’s las vendió desde el viernes en la sede social. La recaudación fue de 97.886,48 pesos. Para tener en cuenta, comprar el diario La Capital el lector debía abonar 1 peso (ley 18.188). Y en la tapa se informó que "regular cantidad de aficionados se dio cita en la cancha" (increíble, hoy no alcanza para una sola hinchada). El cine costaba entre $4 y $7 pesos y concurrir al teatro $6.
Se iba a jugar el preliminar, desde las 14 y con arbitraje de Alberto Clerc. Pero los que iban a ser protagonistas se quedaron con las ganas y recién se disputó el 7 de junio y ganó la lepra 1-0 con gol de Alberto Antonio Coria, a los 55’ (iba a ser suplente si se jugaba en abril).
A jugar
Ahora sí, el miércoles 4 amaneció con buen tiempo y la pelota rodó, no bien, por el mal estado de la cancha por tantas lluvias. Y en el primer arco que entró fue en el rojinegro que defendía Juan Carlos Delménico (años después actuó en Central, en 1984 en primera A). Un gol increíble. Inesperado. Es que “Víctor Hugo Jara tenía tranquilo la pelota a 18 metros de su arco y se dio media vuelta para dársela a su arquero, que se había adelantado para el pase corto y, obviamente, no pudo llegar a evitar la conquista del 0-1 a los 23’”, escribió el comentarista de La Capital.
“Los dueños de casa fueron más incisivos de arranque, con la hábil gestión de Poy y la mayor inteligencia de sus forwards (delanteros)”. Obvio, tras la desventaja se adelantó Newell’s en el juego en busca del empate, pero no tuvo profundidad. Y Central aprovechó otro remate desde lejos, esta vez desde 15 metros ejecutado por Daniel Vicente Aricó, que picó antes de llegar a Delménico y se introdujo en el arco a los 43’.
“La defensa rojinegra siguió adelantándose demasiado en el campo de juego, dejó espacios y el dueño de casa aprovechó. Una falta de Jara sobre José Jorge González derivó en un tiro libre ejecutado por Pascuttini con un shot bajo que superó a la barrera mal formada para que la pelota terminara en el gol del 3-0 a los 57’”.
Apenas cinco minutos después (62’) un pase de Poy a Ramón César Bóveda derivó en “un centro que encontró mal parada a la defensa y del que aprovechó Rodríguez para llenarse la boca de gol para el 4-0 lapidario”, más allá que “dos minutos después Marangoni marcó el gol del honor al finalizar una combinación entre Héctor Bentrón y Juan Carlos Montes”, que jugó su último partido. Sí, el 5 que colgó los botines y en 1974 se puso el saco de DT para conducir a Newell’s a su primer título de campeón en el Torneo Metropolitano.
¿Cómo formaron los equipos?
R. Central: Munutti; J. J. González, Pascuttini, Landucci y Mario Killer; Aimar, Solari y Poy; Bóveda, Rodríguez y Aricó. DT: Angel Tulio Zof. Entraron: Roberto Astudillo y Roberto Carril. Suplentes: Miguel Ángel Laino, Eduardo Toro y Silvio Fógel.
Newell's: Delménico; Armando Rafael Capurro, Jara, Eduardo Zóttola y Armando Garrido; Ribeca, Montes y Zanabria; Osvaldo Cerqueiro, Marangoni y Bentrón: DT: Armando Mareque. Suplentes: Alberto Enrique Carrasco, Alberto Barril, José Orlando Berta, Silva y Santiago Santamaría.
Hablando de técnicos, el 1-4 en un clásico es un resultado “saca DT” y así pasó con Mareque, que presentó la renuncia al otro día. Pero no solo se fue él, la dirigencia decidió un cambio total. Con el exjugador Raúl Belén como interino esperando la llegada del nuevo entrenador, función para la que fue elegido Juan Eulogio Urriolabeitía (de 42 años), que la semana anterior se había alejado de River.
¿Central? Todo festejo, como sería a fines de aquel 1973, en el que obtuvo su segundo título de campeón en el Torneo Nacional, pero esa es otra historia que quedó escrita en las páginas de La Capital.