Lo tumbó de un plumazo. Lo puso en vereda de entrada. Con guapeza, convicción y por momentos con chispazos de buen juego. Tigre hizo historia al noquear ayer a Boca y proclamarse campeón de la primera edición de la Copa Superliga. El Matador ganó 2 a 0 en un abarrotado estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba, donde más de 53 mil almas fueron testigos de la epopeya del equipo de Pipo Gorosito. Sí, aquel entrenador que tuvo un paso discreto por Central (ver página 2). El bonus es que, pese a haber descendido recientemente, los de Victoria clasificaron directamente a la fase de grupos de la Copa Libertadores 2020.
En una salida veloz llegó la primera clara para el conjunto de Alfaro, cuando Mauro Zárate habilitó a Bendetto (15’). Pero el delantero estrelló su remate en el palo. Poco después Villa tuvo su chance, aunque respondió muy bien Marinelli.
La apertura del marcador llegó de una jugada que parecía intrascendente. Fede González enganchó, se acomodó sin marca y remató de zurda al arco desde una posición muy incómoda ante un Andrada que tuvo una floja respuesta y la pelota se le escapó por debajo de su cuerpo y no pudo evitar el gol del Matador.
Fue así que rápidamente Tigre se resguardó bien en el fondo y apostó a la contra para ampliar la diferencia. Y en una salida rápida se encontró con un penal cuando Izquierdoz bajó a Janson en el área, y fue el propio delantero formado justamente en Boca quien decretó el 2 a 0 apenas pasada la primera media hora de juego.
Sin puntería Benedetto, Boca empezó a buscar juego desde el medio. Y en ese armado apareció Nicolás Capaldo, quien se hizo fuerte en tres cuartos de cancha.
Pero los de Néstor Gorosito estaban muy sólidos en la última línea, con muy buenas actuaciones de los centrales Moiraghi y Gerardo Alcoba, quienes contaban además con la gran tarea del mediocampista Sebastián Prediger. El ex Newell’s tuvo un gran partido.
Un tiro libre de Mauro Zárate que se fue al lado del palo derecho de Marinelli fue la más clara que tuvo el conjunto xeneize para descontar antes de ir al descanso.
En el segundo tiempo, Boca no encontraba los caminos. Y a los 15’ entró Wanchope Abila para generar más poder de gol. Aunque el ex Huracán e Instituto no gravitó demasiado. Fue una sombra como Tevez, Benedetto y Zárate.
Los minutos finales fueron un monólogo de Boca. Pero Tigre, bien cerrado en su campo, logró contener los embates y terminó celebrando su primer título: la Copa de la Superliga y festejando el pase a la próxima Libertadores.