Tras un pomposo ingreso y el aplauso de una multitud que lo esperaba, el defensor que en octubre próximo cumplirá 20 años y proviene del Atlético de Madrid, saludó al público, arrojó algunas pelotas a las plateas pero a la hora de pedírsele que haga alguna demostración, la situación desbarrancó: el joven futbolista hizo uno, dos, y tres jueguitos con el balón y al cuarto los movimientos dejaron de lado la ortodoxia y el futbolista prefirió volver a tomarla con la mano y seguir dialogando con los aficionados.