Habemus clásico. Central y Newell's se verán las caras en los cuartos de final de la flamante Copa Santa Fe, en una apasionante llave eliminatoria a dos partidos, con juego de ida a disputarse el domingo 24 de julio y revancha una semana después. Los organizadores tienen previsto que el miércoles o jueves se realizará el sorteo de la localía y se definirá el horario de ambos encuentros, que en principio serían a las 15, con televisación ya confirmada de la señal de cable TyC Sports. Y tanto en el Coloso como en Gigante habrá público local en las tribunas, lo que generará de parte de las fuerzas del orden tener que organizar eficientes operativos para garantizar la seguridad.
Ayer, tras lo que fue la clasificación auriazul ante Independiente de Chañar Ladeado por la instancia de octavos de final en el Gigante de Arroyito, el presidente del consejo directivo de la Federación Santafesina de Fútbol, Carlos Lanzaro, le confirmó a Ovación que "el clásico rosarino se jugará el 24 y 31 de julio" por los cuartos de final del novel certamen santafesino. Y también que lo más factible es que "se disputen a las 15 o a más tardar a las 15.30" para aprovechar la luz natural en beneficio de lo que será garantizar la seguridad en ambos estadios y sus inmediaciones.
La ida y la vuelta se jugarán "con público local" y para ello las fuerzas del orden ya están abocadas a lo que será armar los operativos tendientes a velar por la seguridad del público que concurra a la cancha, pero también de las personas que transiten por las calles de la ciudad en los últimos dos domingos de julio.
Todo lo antes dicho tiene que ver con la organización y los detalles del armado del partido, pero a partir de hoy también comenzarán a ponerse arriba de la mesa las cuestiones futbolísticas. Porque en la instancia de octavos de final, por el lado de Newell's, el conductor Diego Osella optó porque tome la posta el técnico de la reserva Juan Pablo Vojvoda y utilice a la base de los jugadores con que se coronó campeón en el primer semestre de esta divisional. Allí los rojinegros superaron en la definición por penales a Puerto San Martín, el miércoles pasado en el Coloso Marcelo Bielsa.
Mientras que ayer el Canalla dio cuenta de Independiente de Chañar Ladeado, al vencerlo por 3 a 1, y así también superó la eliminatoria y de esta manera se abrió la puerta para el derby rosarino. En los auriazules Eduardo Coudet reconoció que por el momento de la pretemporada no era conveniente prestarle atención al juego de ayer con la base titular y le pasó la posta a Leonardo Fernández, DT de la reserva, para que se haga cargo de la formación juvenil que goleó al equipo chañarense.
En los últimos días las dirigencias de Central y Newell's estudiaban que en caso de que haya clásico iban a pedir la postergación debido a que consideraban que alteraba la etapa preparatoria de ambos equipos. Pero ayer desde la organización confirmaron que habrá clásico en los dos últimos fines de semana de julio y el margen de patearlo para adelante quedó prácticamente trunco. Es más, hasta es muy factible que el arranque del torneo oficial de primera división sea movido al segundo o tercer fin de semana de agosto, lo que facilitaría que los equipos de la ciudad pongan a mayoría de titulares en el derby de la Copa Santa Fe.
Ahora, el Chacho Coudet, por el lado auriazul, y Diego Osella, de parte de los rojinegros, deberán analizar con qué jugadores afrontarán los clásicos. Si deciden poner toda la carne al asador e incluso dirigir ellos mismos a los respectivos equipos, o bien recurrir otra vez a los técnicos de la reserva y a los jugadores que militan en las divisiones inferiores.
Está claro que el clásico no es un partido más y tiene un relieve infinitamente superior a los duelos que los equipos rosarinos afrontaron esta semana por la Copa Santa Fe. Porque cuando las camisetas rosarinas se mezclan en una cancha la pasión de los hinchas se multiplica exponencialmente y nadie quiere perder, más allá de que se trate de un torneo provincial.
Es lógico y atendible que los objetivos de Coudet y Osella estén depositados de lleno en el torneo local y en la Copa Argentina, pero jugar un clásico eliminatorio siempre tiene un sabor especial aunque se trate de un certamen provincial. Más que nada por lo que significa para los hinchas. Esta ciudad respira fútbol los 365 días del año y el clásico siempre es un foco de atracción insuperable. Ojalá los clubes no especulen y lo afronten con lo mejor que tienen.