No salía del asombro. Se percibía que la alegría aún circulaba a velocidad por dentro. "Todavía no caigo que debuté”, fue lo primero que relató Rafael Sangiovani en el amanecer del diálogo con Ovación el día después de haber "concretado y cumplido con lo que siempre soñé”. Además, el volante derecho de 22 años que se mostró en la primera de Central ante Banfield expresó sin titubear que "me llevará varios días caer”. El juvenil confesó que cuando "llegué al vestuario me quedé parado mirando la camiseta con mi apellido y pensaba en mi familia”. Con respecto al golpe que sufrió en el pie derecho relató que "solo es un traumatismo, está hinchada la zona, pero no es nada grave”.
Sangiovani habló con cierta timidez. Sin embargo, abrió su corazón para expresar la experiencia vivida ante el Taladro. Aseguró que no esperaba debutar este año. Sobre todo porque no había arrancado la pretemporada con el grupo que había convocado inicialmente el Kily.
El entrenador de Central lo citó una semana después y se movió con otros juveniles. Hasta que un día Cristian González lo sumó al grupo de la primera. Desde entonces empezó a moverse y a crecer hasta que llegó el momento de mostrarse en la primera ante Banfield.
No obstante, el volante canalla contó cómo arribó al club de Arroyito. "Llegué a los 13 años por una prueba tras jugar el Mundalito de Arteaga, que es mi pueblo”, puntualizó. Coco Pascuttini fue quien dio el okey para que lo ficharan. Y así comenzó a escribir su historia en las inferiores hasta llegar al día esperado. El debut en la primera canalla.
Después del partido en el sur bonaerense, el volante derecho contó que "el Kily me felicitó y dijo que había hecho un buen partido. También me remarcó que esto recién comenzaba”.
Sangiovani aprovechó el fin de semana libre para viajar a Arteaga y reencontrarse con el núcleo familiar tras la histórica noche que vivió en Banfield. "Me están esperando mis padres y hermanas con un asado”, tiró ayer al mediodía el volante con firme deseo de llegar rápido al pueblo que lo vio nacer y crecer. El mismo "donde están mis raíces”.
Sólo se dobló el tobillo y no hay lesión ósea
Rafael Sangiovani fue sometido ayer al mediodía a una placa radiográfica en el sanatorio Mapaci. Y, según el parte preliminar que le entregaron, no hay lesión ósea, que era lo que específicamente se temía en un primera momento.
"La zona está hinchada arriba del ligamento, pero no es nada grave. Es un traumatismo. El lunes (mañana) me van a evaluar otra vez y, si está todo okey como esperamos, no tendría que problemas para entrenar junto al resto normal. Pero hasta que no me vea el médico no puedo decir mucho más”, declaró el mediocampista.
Con respecto al instante en que se lesionó, el juvenil brindó con lujo de detalles cómo fue realmente que quedó tendido y debió dejar el campo por recomendación de Hernán Giuria, el médico del plantel canalla, quien lo revisó.
"Después que Bravo me pega la patada, me levanto y pisé para la mierda. Ahí se me dobló todo el tobillo”, sostuvo. "Pero bueno, ya pasó. Ahora hay que mirar hacia adelante y tomar esto como que puede suceder”, expresó sin dramatizar el tema.
Se enteró el jueves que debutaba
La inclusión del juvenil desde el inicio por primera vez causó sorpresa en el mundo Central. Sobre todo porque no había concentrado jamás con el plantel profesional. El Kily González jugó de callado una carta brava. Y se le salió bien en líneas generales.
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"Luego del partido el Kily González me felicitó", acotó el volante derecho Sangiovani.
"El miércoles hicimos un rato de fútbol en Arroyo Seco y el entrenador me probó, pero hicimos solo cinco minutos debido a que se largó la tormenta y se suspendió la práctica. Y al otro día, es decir el jueves, antes de arrancar la práctica me agarró Cristian (González) y dijo que iba a ser titular. Me pidió además que estuviese tranquilo y trate de disfrutarlo. Que confiara en mí mismo porque él sabía lo que podía dar”, describió el volante auriazul.
Sangiovani declaró que "la previa la viví con mucha calma. Quizá el hecho de que los partidos se juegan sin público me ayudó. Lo tomé con naturalidad y traté de meterle en cada práctica. A eso le sumo que mis compañeros me bancaron y es para resaltarlo, ya que era todo nuevo para mí, afirmó.
Noche especial y camiseta particular
"La noche anterior al partido ante Banfield me acosté temprano y me dormí al toque. Pero a las tres de la mañana me desvelé porque pensaba en cómo sería el partido. Imaginaba todo. Así estuve como dos horas hasta que el mismo sueño me venció y me quedé mosca”, narró, a modo de anécdota.
Y agregó: “Era la primera vez que viajé con el plantel de primera y concentré. Fue una linda experiencia. Los compañeros me trataron muy bien y ayudaron en todo momento. Eso fue muy bueno y lindo porque uno viene de abajo y quiere ayudar al equipo”.
Rafael también remarcó con humildad que “usé el número 17 porque era uno de los que estaba disponibles. Me gustó ese y lo elegí. Eso sí, me dijeron que debía respaldarlo bien porque lo había usado el Chaqueño Herrera en su momento”.
“Cuando llegué al vestuario y vi la camiseta y resto del equipo, me quedé parado y solo dediqué a mirar mi apellido. No lo podía creer. Pensaba en mi familia, en todos los años que soñé con ese momento. Dejé de mirarla porque me ponía a llorar en cualquier momento y no daba, ja”, relató desde la más tierna franqueza. “La camiseta que usé ante Banfield se la regalaré a mis padres, quienes siempre me dieron e hicieron todo como para que yo pudiera jugar a la pelota”, graficó.
“Pensé que tiraba todo a la borda”
Más allá del optimismo reinante que lo envuelve en la actualidad, pese al fuerte traumatismo que sufrió en el pie derecho, Sangiovani fue sincero a la hora de expresar cuál fue la sensación que lo cubrió cuando quedó tirado en el piso tras doblarse el tobillo.
“Uh, en ese momento pensé que tiraba todo a la borda en un minuto. Me quería morir. Tantos años para llegar y lesionarme justamente en el día del debut. Incluso imaginé que tenía algo grave en ese momento porque me dolía muchísimo el tobillo. Por eso lloraba tanto”, reveló con sencillez.
Luego dijo que “a los pocos minutos me fui dando cuenta que no estaba quebrado porque no tenía morado el pie. Solo hinchado, pero por el traumatismo por haber pisado para la mierda. No fue tan grave en definitiva”.
“Creo que hice las cosas bien. También sé que no puedo quedarme con eso porque en esta profesión tenés que exigir y dar al máximo día a día. Luego será el entrenador quien decidirá si estoy para jugar, estar en el banco o sumar desde otro lugar. Soy joven y debo aprender aún mucho de lo que es realmente la primera división”, cerró un firme y seguro Rafael Sangiovani.