Polémica maradoniana en puerta, a dos años y tres meses de su muerte. El Ayuntamiento de la ciudad de Nápoles, ciudad que lo considera un "Dios", decidió entregar la escultura de bronce de Diego Maradona que se había colocado frente al estadio donde brilló el ídolo a su autor por considerarla "muy valiosa".
Hicieron cotizar la obra y arrojó un valor muy superior a los 30.000 euros. Los funcionarios consideraron que "en Italia una dádiva debe ser proporcional a las posibilidades de gastos del donante”. Pero además se sumó otro motivo. El Ayuntamiento agregó que la instalación de la obra en el estadio "parece capaz de devolver al donante un importante beneficio en términos de prestigio y visibilidad”.
Lo cierto es que los futboleros montaban cábalas y se sacaban selfies con la imagen que tenia un error de fábrica: el zurdo argento llevaba la pelota en el pie derecho.
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El creador y fanático del 10, Domenico Sepe, expresó que sentía "una profunda amargura" por la situación. El artista le había cedido la escultura y fue colocada en el estadio. Pero tras una investigación de las autoridades concluyeron que la estatua es mucho más valiosa de lo que se había dicho y debía ser devuelta al autor.
La medida fue impuesta por el Ayuntamiento de Nápoles, que mediante una resolución explicó que no podía aceptar la donación de Sepe en relación al valor de la obra, que sería superior a las posibilidades de gasto del donante.
Pero la polémica se disparó, finalmente, cuando se conoció un argumento más del retiro. La obra parecía dar una fama gratuita al autor. "Un importante beneficio en términos de prestigio y visibilidad”.
Ante esta situación, Domenico Sepe adelantó que dará una rueda de prensa para contar “su verdad” y aseguró que siente una “profunda amargura por esta situación”.
Sobre el último argumento que esgrimió el organismo, el escultor se pronunció con un enojo visible: “Me siento ofendido por la parte en la que se supone que debo obtener fama de la obra, como si acabara de empezar…”.