De repente, el destino le pone a Central una nueva chance de acomodarse muy cerquita del sector de privilegio de la zona de clasificación a Copa Sudamericana. Pero claro, el mayor problema de Central es que depende de Central mismo. De hecho, hace algunos partidos le sucedió lo mismo y el tiro le salió por la culata. Lo cierto es que hoy el canalla tiene la chance de acercarse bastante, de quedar muy cerquita del límite, siempre atendiendo a que habrá seguro un cupo que se liberará y que posiblemente aparezca un segundo. Pero ¿qué tiene que hacer Central para aprovechar esta situación que se le presenta? Ni más ni menos que olvidarse de sus problemas, desterrar de una vez por todas los vaivenes futbolísticos y ganarle a Colón (juegan desde las 19, con arbitraje de Mauro Vigliano) en el Brigadier López. Y ahí hay otro punto clave: al canalla le cuesta horrores ganar de visitante. Pero frente a todas esas complicaciones la chance está y dependerá exclusivamente del equipo del Kily saber aprovecharla.
La carta más fuerte que tiene en la mano hoy Central es el resultado positivo que logró hace menos de una semana, ante Atlético Tucumán, que le sirvió para mantenerse en carrera en busca de un lugar en la copa, pero sobre todo para mantener al Kily González en el cargo. Hoy podría ser muy distinta la cosa si el canalla no le hubiese ganado al decano. Es difícil hablar sobre supuestos, pero posiblemente por estos días la convulsión sería tal que los tres puntos en juego frente a Colón serían una nimiedad.
Pero las cosas ocurrieron de la forma que en Central esperaban. El equipo ganó, los hinchas se fueron felices y con algo de entusiasmo, el Kily encontró oxígeno y los dirigentes respiraron tranquilos. Un combo perfecto. Ahora, creer que con eso solo alcanza sería un error. “Así como exigieron hoy, los hinchas van a querer lo mismo el jueves contra Colón”, dijo el Kily en el playón de estacionamiento del Gigante minutos después de la victoria. Y tiene razón. Porque el envión que adquirió el equipo debe servirle de algo, debe encontrar correlato.
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Central tomó envión y el Kily encontró oxígeno.
Marcelo Bustamante / La Capital
¿Por qué Central tiene la chance de quedar bien posicionado? Porque una victoria contra Colón pondría al equipo con 48 puntos, apenas una unidad por debajo de Gimnasia, que es hoy el que ocupa la primera vacante que seguro se abrirá por el inminente título de River. Además, de vencer Central, lo que más le conviene es que River le gane a Racing, que es otro de los equipos que está merodeando esa zona, con 47 puntos. Es decir en caso de un triunfo canalla y una victoria del equipo del Muñeco Gallardo, Central estaría en posición de esa segunda vacante que, se espera, también se concrete, pero que se dará únicamente si Boca (finalista) o Talleres (juega la semifinal ante Godoy Cruz) son campeones de la Copa Argentina.
Creer que el resultado de hoy ya establece un dictamen, para bien o para mal, también sería un error garrafal. Porque en el mejor de los escenarios, Central podría volverse con un triunfo bajo el brazo, pero lo que se le viene es River y después Lanús de visitante. Por eso es partido a partido a lo que los protagonistas hacen referencia cada vez que pueden.
Sí hay una necesidad extrema de parte de Central de sentirse de una vez por todas un equipo confiable. La pregunta es: ¿si hasta aquí nunca lo logró por qué lo haría en estos últimos cuatro partidos? Nunca es tarde para intentarlo. Pero claro, es poco el tiempo que le queda por delante a este equipo del Kily para mostrar una faceta de la que nunca supo sacar rédito.
El arribo de Central al partido de esta tarde sí está dentro de un marco favorable. Porque el equipo encontró algo de paz con el último triunfo y hasta el entrenador llega sin los cuestionamientos que cayeron sobre su lomo en tantas otras ocasiones. Hasta hace algunos días era un entrenador al que no le daba el piné para dirigir Central y hoy, cuanto menos, se ganó la chance de dirigir un par de partidos más, al menos hasta el final del torneo. Cuesta razonarlo de esa forma, pero lo que se vivió (y se vive) con el Kily es el reflejo de un fútbol argentino que en la mayoría de los casos late al ritmo del día a día.
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Ruben quiere ser el segundo goleador histórico de Central.
Marcelo Bustamante / La Capital
Más allá del Kily o de cualquier nombre propio, Central logró ante Atlético Tucumán una gran mejoría desde lo futbolístico y es lo que deberá mantener para jugarle a este Colón que sin dudas no es aquel equipo prepotente del torneo pasado, pero que jerarquía no le falta.
De una vez por todas Central necesita patear el tablero y demostrar que puede mantener un nivel determinado. Si lo logra, estará un paso más cerca de aprovechar la chance que se le presenta de mantener las expectativas y los sueños de copa. Tiene todo ahí, al alcance de la mano, pero dependerá de Central qué tanta capacidad e inteligencia pueda desenfundar.
Una chance desperdiciada, también en Santa Fe
Cuando Central fue a Santa Fe a jugar con Unión, hace tres fechas, lo hizo con la chance inmejorable de que si gana se metía entre los clasificados a la Copa Sudamericana, pero el resultado es el que todos conocen: pésimo partido del canalla y derrota por 3 a 1. Esa vez ya habían perdido Racing y Argentinos Juniors y Central fue al 15 de Abril por una victoria que lo pusiera un punto por encima de la Academia de Avellaneda (en ese entonces era el último que estaba clasificando). Fue la posibilidad más concreta que tuvo el canalla a lo largo del torneo y la desaprovechó. La de hoy no es igual, pero tiene características similares. También en Santa Fe, aunque en esta ocasión ante Colón.