Todo lo bueno que generó la selección argentina en este último tiempo y que fue coronado de manera categórica en el Mundial de Qatar hace que el mínimo yerro genere cierto desconcierto. Pero claro, está el estudio inversamente proporcional que también debe hacerse y tiene que ver con que el equipo de Lionel Scaloni, si bien viene funcionando como una maquinita, no es una maquinita. Tiene todo el derecho, y es lógico que ocurra, que a veces las cosas no le salgan como está acostumbrado y fue lo que le ocurrió en la contundente derrota que sufrió en la noche de La Bombonera frente a la Uruguay de Marcelo Bielsa, donde quedó demostrado que Argentina es un equipo que respira a partir de la tenencia del balón. Está armado de esa forma, piensa de esa forma y juega de esa forma. Por eso, cuando la pierde, sufre.
Tácticamente se trató de un partido con una superioridad abismal de parte del Loco Bielsa sobre Scaloni, en el que hubo una lectura del juego que estuvo por encima de la otra, y el resultado de esa ecuación fue lo que se vio en cancha.
Argentina sufrió el partido, de principio a fin, y casi nunca se sintió cómodo con el trámite. Para Scaloni fue una mezcla y se debió al bajo nivel individual y colectivo de su equipo, pero también (lo aclaró en conferencia de prensa) porque el rival tuvo la virtud de marcarle la cancha.
No se descubre absolutamente nada si se menciona que la figura de Lionel Messi es indispensable y que cuando un partido viene a contramano es Leo quien cuenta con la capacidad de abrirlo, romperlo, como ocurrió tantísimas veces. Es cierto, se puede hacer referencia al partido en Bolivia, en el que Messi ni siquiera estuvo en el banco y Argentina igual ganó, pero la jerarquía del rival era otra.
Y el muy buen control que hizo Uruguay del fútbol de Leo (en varias ocasiones desniveló desde lo individual, pero sin el peso suficiente para generar situaciones) fue la llave que le permitió exponer algunas miserias del equipo argentino. Allí fue donde quedó demostrado que a este equipo de Scaloni le molesta cuando no tiene la pelota.
Es que Uruguay en determinados momentos intentó achicar hacia atrás, pero lo que hizo fue defender de una manera muy agresiva, que le resultó eficaz. Y como la recuperación la lograba de manera efectiva y rápida, la disputa en la posesión del balón se equilibraba de inmediato.
Entonces lo dicho, sin el balón en los pies Argentina empieza a ser un equipo al que le cuesta imponer condiciones. Porque no está conformado para defender y salir rápido de contra, todo lo contrario. Está configurado para que haya tenencia, control y transiciones rápidas, por eso cuando le falta el balón le falta una parte de su cuerpo.
Este equipo jugaba con un volante central más de marca, pero la supremacía que les fue marcando a los rivales que tuvo enfrente, incluso durante el Mundial de Qatar, hizo que se reconfigurara y el técnico le fue dando más espacios a jugadores con mucho más pie que marca. Hace rato que Leandro Paredes no es titular, lo mismo que Guido Rodríguez. Es el gen que Scaloni le fue metiendo al equipo y con el que las cosas le vienen saliendo de maravillas.
Ese estilo de equipo es para jugar de una determinada manera, imponiendo condiciones, llevando al rival al terreno que Argentina quiere y todo lo suele lograr si tiene el bien más preciado del fútbol: el balón.
Que Nico De la Cruz y Federico Valverde hayan jugado como lo hicieron es un indicador fuerte, íntimamente relacionado con la poca resistencia que pudo poner Argentina frente a ese escenario. Porque Alexis Mac Allister tienen un pie exquisito, porque Enzo Fernández ya demostró que sabe un montón con la pelota, porque Rodrigo De Paul (en algún momento deberá entender que es mucho más productivo jugando que peleando) es un complemento estupendo, pero a todos ellos se les complica cuando les falta la pelota.
Y lejos se está de afirmar que el problema se soluciona con la inclusión de un volante de marca, sino de advertir que frente a cierto tipo de rivales la cosa puede complicarse. Claro, en eliminatorias es Uruguay, Brasil y algún otro, por eso Argentina no tendrá inconvenientes en clasificar al próximo Mundial y hacerlo con holgura, porque hoy le sobra equipo.
Después, si Scaloni se embarulla en medio de la lectura del partido, si rompe un esquema para apostar por un doble 9, pero a los pocos minutos vuelve a cambiar todo y saca uno de los 9 es otra cosa, pero como bien lo dijo el DT de Argentina “toda derrota implica una enseñanza”.
A esta Argentina campeona del mundo, que no estaba en desventaja en un partido desde 2020 (1-1 ante Paraguay, en La Bombonera) el Loco Bielsa le marcó la cancha y le recordó que sus bases futbolísticas son a partir de la pelota.