Después de varios intentos fallidos, la comisión directiva confirmó ayer que Héctor Bidoglio es el nuevo entrenador de Newell's. Su nombramiento sorprendió. No estaba entre las opciones. Pero ante el impedimento de traer a otro decidió no esperar más y lo confirmó en el cargo, donde estuvo en forma interina en los dos últimos partidos de la Superliga. La inexperiencia del técnico es el principal interrogante sobre si será capaz de conducir a un equipo con la obligación de no sufrir con el promedio. La actitud que mostró el equipo bajo su conducción y el conocimiento de los juveniles son su mejor carta de presentación.
Las alternativas que analizaba la dirigencia eran otras. Desde Sebastián Beccacece pasando por Diego Cocca, Eduardo Domínguez, Mariano Soso, Fernando Gamboa y Pablo Lavallén. Hasta Gustavo Quinteros apareció a último momento y quedó sólo en un sondeo. La negativa o imposibilidad de traer a los mencionados desembocó en la necesidad de resolver cuanto antes el nombramiento del técnico. El tiempo se acortó y las posibilidades también. Entonces no se dio más vueltas y se resolvió que Bidoglio sea el entrenador.
Durante los dos partidos que estuvo al frente del equipo, a raíz de la renuncia de Omar De Felippe, Bidoglio nunca mencionó que estaba en sus planes de dirigir a la primera. Recién una vez concluida la Superliga dijo que dos dirigentes le manifestaron que no estaba descartado para la elección del entrenador. No era la misma opinión de los principales responsables de decidir las cuestiones futbolísticas del club. Pero esto último cambió.
Bidoglio se encuentra en estos días en Estados Unidos. Viajó a ese país luego de conducir el equipo de la reserva que jugó el amistoso en Brasil contra Náutico Capibaribe una semana atrás. Por delante el entrenador tiene un enorme desafío. Torcer una pobre campaña y engrosar el promedio, un tema que merece prestarle atención en la actual Superliga y que podría ser una preocupación enorme en el próximo torneo.
Hoy Newell's se encuentra a 16 puntos del cuarto equipo de peor promedio, Belgrano, que por el momento desciende. Es una diferencia que le da algo de aire a la Lepra. No mucho. Si el torneo terminara hoy, Newell's comenzaría la próxima temporada con el tercer peor promedio, sin contar a los dos conjuntos que ascienden.
Esta es la realidad con la que se encuentra Bidoglio. Desde el principio deberá afrontar duros compromisos contra Boca de local, Unión en el 15 de Abril y Central en el Coloso. Deberá levantar a un plantel con pocas satisfacciones. Por el momento lo consiguió en los dos partidos en los que estuvo sentado en el banco. Apuntaló el ánimo de los jugadores y, en especial el de los más jóvenes.
Con Bidoglio, la lepra le ganó a Patronato por 1 a 0 y a San Martín de Tucumán por 3 a 0, quebrando la racha negativa sin éxitos de visitante que se extendía desde hacía algo más de un año.
Bidoglio no dudó y puso a Stéfano Callegari, le devolvió la titularidad a Braian Rivero, metió a Francisco Fydriszewski por Luis Leal y convocó a Alexis Rodríguez para que vaya al banco. Hizo retoques y le dio al equipo una impronta con juveniles. Los futbolistas jugaron con actitud, movilidad, aceleración y presión en todos los sectores del campo de juego. Fue fundamental la dinámica del equipo, con el tándem de volantes centrales de Rivero y Cacciabue.
Este es el fútbol que Bidoglio trató de practicar, y quizás una señal de lo que se viene. El esquema con el que jugó no varió del que utilizaba De Felippe: 4-2-3-1. Esto no implica que no pueda cambiar. Sí demostró que no duda en modificar el sistema en procura de defender el resultado. En ambos encuentros sacó en el segundo tiempo a un volante para que ingrese Teodoro Paredes, armando una línea de cinco en el fondo.
Bidoglio nunca estuvo al mando de un equipo de primera división. En apariencia, es el principal inconveniente. A partir del comienzo la pretemporada le tocará demostrar que está capacitado de hacerlo.