Newell's fue de menor a mayor en el estreno de Heinze ante sus hinchas. Al DT le faltan algunas variantes más para tener a mano, entre tantos lesionados y bajas. Pero se vieron algunos destellos de su idea.
Newell's fue de menor a mayor en el estreno de Heinze ante sus hinchas. Al DT le faltan algunas variantes más para tener a mano, entre tantos lesionados y bajas. Pero se vieron algunos destellos de su idea.
“Construir un grupo, luego un equipo”, declaró Gabriel Heinze en su presentación como director técnico de Newell’s. Si eso no es lo más difícil dentro del mundo del fútbol, le pega en el palo. Podés tener los mejores nombres a disposición y ser el mejor DT del planeta, pero si el mensaje que se baja no le llega a los jugadores, todo será en vano. La construcción de un grupo se basa en entender una idea para luego aplicarla en equipo. El Newell’s del Gringo está en esa etapa. El 0-1 ante Godoy Cruz es anecdótico desde lo cuántico, lo primordial es que la lepra siga aceitando el cómo.
Heinze mantuvo su esquema 4-3-3 utilizado en toda la pretemporada y en gran parte de su carrera como entrenador. Los once elegidos fueron un mix entre las dos formaciones utilizadas en el amistoso matutino ante el mismo rival. El arquero fue Lucas Hoyos; en la defensa estuvieron Armando Méndez por la banda derecha, Ian Glavinovich y Willer Ditta como zagueros, y Tomás Berardozzi marcando punta izquierda; en el medio el trío David Sotelo, Marcelo Esponda y Lisandro Montenegro; arriba Francisco González y Ramiro Sordo como extremos, y Genaro Rossi como referencia de área.
Los primeros minutos tuvieron a Newell’s siendo intenso por los bandas. La defensa de Godoy Cruz invitaba constantemente a ser atacada en velocidad. Méndez formó un buen tándem por la derecha con Panchito González y los dos contaron con algunos ocasiones en ataque, siempre proyectándose e intentando entrar al área rival con pelota dominada.
Por izquierda fue importante y a destacar el aporte inicial del juvenil Berardozzi, quien se mostró con aplomo a la hora de la marca y con cero timidez al momento de ser una alternativa más en ataque.
Algunas consideraciones de la idea de Heinze: nunca rifar la pelota. Por citar sólo un ejemplo, todos los tiros de esquina que dispuso la lepra nunca terminaron como centros al área para buscar algún cabezazo. Fueron todos pases atrás para armar jugadas con la pelota al piso.
Después de algunos arranques rápidos del incisivo Sordo que inquietaron pero no lastimaron, el partido se acható y cayó en emociones. Típico encuentro de pretemporada.
Cuando la calma se había apoderado de las acciones, un ataque aislado de Godoy Cruz por izquierda desequilibró la monotonía. Méndez no alcanzó a cerrar a Conechny, quien sacó un centro al corazón del área que encontró un cabezazo con más dirección que potencia de Ulariaga. Resolución esquinada al lado del palo derecho de Hoyos y poco que hacer para el arquero rojinegro a pesar del esfuerzo. El cronómetro marcó los 40 minutos y el árbitro Sebastián Osudar señaló el final de la primera parte.
El segundo tiempo comenzó con un Newell’s radicalmente distinto desde lo nominal. Entraron a escena Barlasina; Jacob, Velázquez, Canteros y Pittón; Portillo, Sforza y Jaime; Reasco, Funez y Giani. La lepra pasó por momentos del 4-3-3 a un 4-1-4-1 y hasta a un 3-4-3. El Gringo buscó ganar amplitud y aprovechar cada metro del terreno de juego. Sforza se paró como único 5, a veces retrocediendo casi como libero y armando una línea de tres con Velázquez y Canteros para liberar a los laterales Jacob y Pittón (alternó buenas y malas) en ataque. Fueron cambios posicionales constantes con el único objetivo de probar variantes ante diferentes situaciones.
Newell’s mejoró la cara del primer tiempo. Se vio un equipo más sólido, más compensado, con otro protagonismo. Claro que variantes no sobran, por eso es positiva la llegada de Jorge Recalde para imprimir experiencia entre tanta juventud.
Godoy Cruz decididamente apostó al contraataque. El rojinegro se clavó en campo rival y manejó el trámite. Pero generalmente se quedó en intenciones. Lo más interesante de la versión leprosa en el segundo tiempo: la seguridad que brinda Juani Sforza en defensa y como salida rápida, la regularidad de Velázquez, los pases filtrados y la visión de juego de Portillo y el interesante ingreso de Pérez Tica, que tuvo un par de situaciones peligrosas (que armó el mismo) sobre el final del encuentro.
Como resumen, Newell’s fue de menos a más. Le falta rodaje, asimilar ideas, encajar varias piezas, acoplar a los refuerzos, encontrar un referente de área que finalice jugadas (puede ser Recalde). Tiene que recuperar jugadores lesionados y otros que se siguen poniendo a punto como Pablo Pérez, que le dará un salto de calidad al once. Heinze tiene tiempo de seguir puliendo detalles de cara al inicio del torneo. Saber dónde se está parado para avanzar. Todo es aprendizaje.