Cuando ya se consumieron 10 capítulos de la Liga Profesional en este ciclo del entrenador Fernando Gamboa vale hacer un repaso de las virtudes y defectos que mostró el equipo del Parque en el tramo inicial del certamen.
Por Lucas Vitantonio
Cuando ya se consumieron 10 capítulos de la Liga Profesional en este ciclo del entrenador Fernando Gamboa vale hacer un repaso de las virtudes y defectos que mostró el equipo del Parque en el tramo inicial del certamen.
Lo que está claro es que Newell’s en cuanto al funcionamiento está en plena etapa de construcción y búsqueda de soluciones. El protagonismo y la agresividad que pretende el entrenador no se consolidaron aún.
Hoy el equipo convive con la irregularidad en los rendimientos individuales y colectivos. El once titular está lejos de salir de memoria y los refuerzos tampoco se afianzaron del todo, salvo Gabriel Compagnucci. Y el mejor reflejo de ello son los resultados inestables.
El gran desafío del DT para lo que viene es apuntalar un equipo confiable y con aspiraciones de protagonismo que lo ubique en el lote de arriba de la tabla. Así, esta semana de receso por las eliminatorias amerita para hacer un juicio abreviado del ciclo Gamboa, en la antesala de lo que será el gran duelo del próximo miércoles ante River en el Coloso, un partido que bien podría servir de trampolín de despegue para el resto del torneo. Aquí, cinco virtudes y cinco defectos.
Recuperó a Scocco. Uno de los aciertos de Gamboa fue recuperar física y futbolísticamente a Scocco, pero especialmente hacer sentir a Nacho muy importante para el equipo. El centrodelantero necesitaba sentir el apoyo del entrenador para reinventarse y lo logró. Por ello lleva tres goles en el certamen. Está claro que todavía necesita estar mejor acompañado por los extremos.
Intenta ser agresivo y no es un equipo temeroso. Newell’s, con aciertos y errores, busca siempre atacar y jugar en campo enemigo, aunque le cuesta imponer sus ideas y más de una vez el rival lo supera y lo lastima. Pero desde la intención la lepra va al frente y mira el arco contrario. Claro que con la voluntad sola no alcanza y tendrá que ajustar su funcionamiento para imponer condiciones con más regularidad en los partidos.
Despegue de Nicolás Castro. La llegada de Gamboa potenció muchísimo al pibe Nico Castro. Para el Negro el volante es el eje futbolístico del equipo y el dueño de la pelota quieta. De sus pies Newell’s logró facturar en los envíos detenidos, como ocurrió en el último cotejo ante Colón, con la volea de Facundo Mansilla a la salida de un córner. Además, Castro anotó tres goles con envíos de media distancia, uno de ellos nada menos que en el clásico.
Facundo Mansilla. Es otro de los juveniles que se fue ganando un lugar y anotó justamente el gol en el 1 a 1 ante Colón. Es el socio de Cristian Lema en la cueva y si bien cometió errores nunca se bajoneó. Tiene buen juego aéreo y marca con vehemencia. Le falta sostener la concentración y estar más rápido en las coberturas cuando sale a marcar al lateral.
Una localía fuerte. Newell’s arrancó imbatible de local, donde se impuso en las primeras tres presentaciones (Talleres, Estudiantes y Platense), luego jugó un clásico de palo y palo con Central que terminó 1 a 1 y la última vez cayó 2 a 1 ante los tucumanos. Deberá volver a imponer condiciones en el Parque y ahora recibe nada menos que al River de Gallardo.
Un visitante muy liviano. Newell’s jugó cinco partidos afuera del Coloso y tuvo tres caídas (Argentinos, Racing y Defensa y Justicia) y rescató dos empates (Patronato y Colón). Pero más allá de la escueta cosecha de puntos el equipo en esta condición fue irregular, generó escaso peligro en ofensiva y cometió errores groseros en el retroceso. El mejor de todos esos juegos fue el último ante el sabalero, donde incluso estuvo en ventaja, pero le faltó sostener la intensidad para cerrar la victoria.
Extremos irregulares. Gamboa probó muchísimo con los delanteros por afuera y todos alternaron buenas y malas. Ninguno termina de ponerse la camiseta titular. Allí rotaron Maximiliano Comba, Juan Garro, Justo Giani, Ramiro Sordo y Jonatan Cristaldo, que ahora podrá reaparecer tras una lesión muscular. Panchito González está ganando terreno, pero fue expulsado en reserva y no estará disponible con River.
Las lesiones y los refuerzos. Está claro que las lesiones no son responsabilidad del entrenador ni mucho menos. Pero a Gamboa le complicó la vida la seguidilla de contratiempos físicos con futbolistas importantes en determinados momentos de lo que va del torneo. Ahora recuperó a Pablo Pérez y Julián Fernández. Están volviendo Cristaldo, Maxi Rodríguez y Belluschi. Y no puede contar aún con el defensor Franco Escobar. Y otro punto a destacar es que ningún refuerzo marcó la diferencia ni rompió el molde. De las incorporaciones sólo se consolidó por ahora el lateral Gabriel Compagnucci y Maxi Comba alternó buenas y malas, pero debe seguir mejorando.
La búsqueda del esquema. En los primeros partidos jugó con un 4-3-3 definido que fue perdiendo consistencia en la marca en el mediocampo. Por ello ante Colón apeló a un doble cinco con un dibujo 4-2-3-1. Allí mientras Pablo Pérez y Fernández tuvieron aire Newell’s fue compacto en la mitad, luego el equipo retrocedió y el sabalero terminó empatando.
De titulares a relegados. Ramiro Sordo es un ejemplo de un jugador que varias veces fue titular, pero en otros partidos bajó a jugar a reserva. En el torneo arrancó de cinco Juan Sforza y después perdió el lugar con Mateo Maccari. Ambos ingresaron en el complemento ante Colón. Es curioso el caso de Justo Giani, que en varios cotejos arrancó en cancha y luego perdió mucho terreno. Lo mismo corre para Jerónimo Cacciabue.