Nadia Podoroska no pudo hacer pie en la altura de Guadalajara y mucho menos hacer pesar su condición de máxima favorita para ganar el torneo. En este contexto se despidió demasiado rápido del Abierto de Zapopan, el WTA 250 en el que tenía muy buenas chances de alzarse con su primer título en singles en esta categoría. La rosarina, 46ta del ránking y mejor jugadora latinoamericana, cayó por un ajustadísimo doble 7/5 ante la italiana Elisabetta Cocciaretto (134) y se fue en octavos de final. El WTA de Monterrey será su próxima parada.
La Rusa rosarina de 24 años cayó ante Cocciaretto luego de dos horas de juego, en un partido en el que cometió demasiados errores no forzados y no pudo aprovechar las veces que estuvo en ventaja, primero 4/2 en el set inicial y luego 3/2 con quiebre a favor en el segundo, además de los puntos de quiebre que desperdició.
Tras ese encuentro desgastante en el que luchó mucho contra las condiciones que impone la altura, que permite muy poco control de la pelota y los nervios propios de las circunstancias, Podoroska afrontó dobles junto a la española Sara Sorribes Tormo y cayeron ante las máximas favoritas, la mexicana Giuliana Olmos (a quien Nadia venció en primera ronda de singles) y la estadounidense Desirae Krawczyk, por 6/4, 4/6 y 10/7. Para entonces, ya en la noche mexicana, el viento "parecía un huracán", describió la rosarina, un rato después en la conferencia de prensa.
Luego de sendas derrotas habló de las condiciones ante las reiteradas consultas de los medios y lo notorio de la situación. "Fueron dos partidos muy ajustados, creo que las condiciones provocan eso. Es difícil mantener una buena sensación, los partidos van variando. Como experiencia de este torneo me llevo que toda la semana estuve intentando siempre y peleando todos los puntos. Más allá de si ganás o perdés hay que estar así porque se puede dar en cualquier momento que puedas ganar en el singles. Hoy (por la noche de este miércoles) estuve cerca pero no pude convertir (los puntos de quiebre). Hay que seguir entrenando, mañana (por este jueves) ya viajo para Monterrey para tratar de adaptarme a las condiciones de allá, donde que hay menos altura", contó la Rusa, aunque sin ánimo de ponerle dramatismo a las derrotas, porque también es cierto que en ninguna de las cuatro presentaciones (dos en singles y dos en dobles) pudo plasmar su más alto nivel ni imponer la jerarquía de Top 50, salvo algunos momentos de destellos y lujos.
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Y explicó un poco más: "Esto es lo que sucede con la altura, la bola vuela muchísimo, si no la llegás a tapar bien o no lográs acelerar mucho no agarra el efecto y se va larga, eso es lo más difícil de jugar acá. Y sí, la verdad es que estuve muy errática tanto en el primer partido como en el segundo, pero creo que fueron las condiciones, viendo los partidos de otras jugadoras noté algo parecido. No hay casi rallies, en los puntos es muy difícil abrir la pista, hay que agrandar mucho los márgenes para jugar un poco más segura".
Pese a las caídas, la rosarina valoró la experiencia en un certamen que jugó por primera vez y la posibilidad de hacerlo con público, más allá de la pandemia: "Estoy muy contenta de haber venido al torneo, me llevé una sorpresa muy linda, por cómo está organizado, la cantidad de gente que viene a verlo. Si bien con esto del coronavirus habilitaron el 30% del público hay mucha gente que viene alentar y eso es lindo, tener esas sensaciones adentro de la cancha está muy bueno. Lamentablemente no me fue como esperaba. Espero poder volver el año que viene y tener mejores resultados. Estoy agradecida a toda la gente que hace el torneo, es muy lindo, dan ganas de estar", agradeció. Y cerró: "Son variadas las emociones, estoy contenta de haber venido y por otro lado decepcionada o con el sabor amargo de no haber logrado lo que quería, aunque adentro de la cancha puse todo".
Desde el lunes Podoroska jugará Monterrey, también un WTA 250 y de nuevo como una de las favoritas, aunque por delante tendrá más nombres de peso. Varias jugadoras de mucha experiencia y títulos grandes sobre sus espaldas, que esta semana optaron por jugar en el WTA 500 de Dubai, volarán a Monterrey, antesala del Masters 1000 de Miami. En este próximo certamen Podoroska volverá a jugar singles y dobles, aunque ya con la tranquilidad de saber que sólo lo hará a 500 metros sobre el nivel del mar, que conoce porque jugó dos veces allí llegando desde la clasificación y porque ahora las miradas estarán divididas. No sólo se posarán en ellas. Un aliciente mientras intenta aprender a convivir con la presión de ser candidata, en un partido, o en un torneo.
EN CHILE, LAS ILUSIONES ARGENTINAS
El rosarino Federico Coria (85° del mundo) enfrentará este jueves desde las 15 al peruano Juan Pablo Varillas (171), surgido de la clasificación, por un lugar en los cuartos de final del del ATP 250 de Santiago. En caso de avanzar jugará este viernes ante el chileno Cristian Garín (22), máximo favorito al título, o Alejandro Tabilo (168).
En tanto, Juan Manuel Cerúndolo (182), flamante campeón del Córdoba Open, jugará desde las 13.30 ante el español Roberto Carballes Baena (97). En el caso de instalarse entre los ocho mejores del torneo, irá ante el español Pablo Andújar (55) o el colombiano Daniel Elahí Galán (121).