Central comenzó un año en el que los socios, que piden por un título, deberán acudir a las urnas para renovar autoridades. Cefaratti asoma como el candidato oficialista y la oposición trabaja en el armado de un frente
Por Sergio Faletto
Alfredo Celoria
Central comenzó un año en el que los socios, que piden por un título, deberán acudir a las urnas para renovar autoridades. Cefaratti asoma como el candidato oficialista y la oposición trabaja en el armado de un frente
Los años electorales alteran el pulso de los clubes. Más cuando se trata de uno que se caracteriza por una intensa vida política. Como ocurre en Central. Un síntoma de salud democrática. Porque representa interés, participación y compromiso por el destino de la entidad. Aunque muchas veces el lógico vértigo por exponer las propuestas deriva en la descalificación que poco aporta al discernimiento de los socios. Por lo que será conveniente que oficialistas y opositores eleven el debate de ideas para no entorpecer el normal desarrollo deportivo y social de la institución.
La necesidad por alcanzar una conquista deportiva no es un tema menor para los canallas. Pero también es verdad que un socio no siempre tiene la misma mirada que un hincha, porque aunque para los dos es importante que la pelota entre en el arco rival, el socio le agrega a su elección el diagnóstico que realiza de la gestión vinculado al uso que hace de las instalaciones y de los servicios del club.
Por supuesto que la realidad futbolística marca una tendencia en el sufragio del votante y, aunque es importante pero no determinante, hoy los centralistas optarán por aquellos que exhiban mayores cualidades para tal objetivo.
Por si hiciera falta un elemento para demostrar el interés político que exhiben los canallas, cuando se implementó el novedoso registro de agrupaciones políticas la cantidad sorprendió a propios y extraños, ya que alrededor de 17 fueron inscriptas de cara a los comicios.
Este hecho, más que una de las primeras en anotarse haya sido el Crece, generó un momento de zozobra en el seno del gobierno, porque la idea original era (incluso de los propios dirigentes provenientes de esa agrupación) reeditar el Foro de Canallas Unidos con el que triunfaron en las elecciones, algo que hoy quedó trunco.
Claro que una masa que oscila entre los 50.000 y 60.000 socios conformarán un padrón electoral también de miles y se sabe que a mayor cantidad de votantes más difícil de pronosticar para los contendientes.
No obstante recién se están preparando las huestes de la política auriazul, porque mientras el oficialismo trabaja para una campaña deportiva ambiciosa que potencie las virtudes y disimule los errores del gobierno, la oposición teje estrategias en pos de un frente que se constituya en una alternativa para la búsqueda del ansiado título.
Desde el seno de la mesa directiva le confiaron a Ovación que el candidato a presidente, salvo imponderables, será Luciano Cefaratti, quedando como postulante a la vicepresidencia primera Ricardo Carloni. Con relación a Rodolfo Di Pollina, la otra pieza clave del armado político oficialista pero de muy bajo perfil, contaron que "Rodolfo es el cerebro, por lo que bien puede ocupar la tesorería o seguir en la secretaría".
Los nombres de Fabio García (secretario de actas) y Juan Cruz Rodríguez (protesorero) asoman como probables candidatos a las vicepresidencias segunda y tercera, aunque otras voces no descartan que uno de esos lugares sea para el actual presidente Raúl Broglia.
Sin dudas que aquel Foro de Canallas Unidos derivó en esta probable nómina en la que el Crece prevalece, donde Cefaratti edifica su candidatura con una construcción política populista cuya base de sustentación es en su mayoría una militancia juvenil consecuente, mérito del actual vicepresidente.
Claro que Luso, como lo llaman sus adherentes a Cefaratti, tendrá el reto de controlar a cierto sector minoritario radicalizado que pulula por las redes sociales como sicarios cibernéticos, que confunden crítica con injuria.
El actual gobierno transita el último año de gestión con el mérito de no sufrir sangrías en su composición, como así de saber mantener y resolver las divergencias en el ámbito institucional.
En torno al análisis de la política deportiva, en lo que a fútbol se refiere, asoman las mayores divergencias. Por un lado destacan el protagonismo que tuvo el equipo en los dos primeros años, mientras que por otro objetan la política de ventas y contrataciones por considerarla determinante para que Central no alcanzara un título.
En lo que suceda de aquí hasta el momento de votar se terminará de saldar ese debate entre los centralistas, conclusión de la cual dependerá el resultado electoral.
¿Pero habrá oposición? De acuerdo a lo que refirieron de distintas agrupaciones la respuesta es sí. Aunque ninguna de ellas citan candidatos, sólo aluden a las múltiples reuniones que están desarrollando para encontrar puntos de convergencia para un acuerdo programático.
Desde Raza Canalla exhiben una vocación de diálogo para aunar criterios y mientras algunos de sus referentes avisan que en caso de no llegar a una coincidencia con otras agrupaciones irán solos, ya promueven la figura de la abogada Carolina Cristinziano, quien fuera integrante de la Comisión Normalizadora de la AFA.
Cristinziano ya señaló que se siente capacitada para presidir a Central y, si bien dijo que aún no es algo que haya decidido, consideró como muy trascendente que se evalúe como posible presidente canalla a una mujer.
También otras agrupaciones han reunido a reconocidos empresarios y profesionales para interesarlos de sus propuestas de cambio y así sumarlos a un proyecto de gobierno, al tiempo que desde el sur el nombre de Diego Lavezzi asoma como un trascendente articulador futbolístico, para que diferentes sectores centralistas de Rosario, Villa Gobernador Gálvez y otras ciudades aledañas comiencen a alinearse.
Este es el contexto político canalla en el comienzo de un año electoral. Todavía los unos y los otros tienen mucho por recorrer. La historia exhibe caminos diferentes para acceder al gobierno del club. Algunas propuestas debieron trabajar muchos años y perder elecciones para finalmente acceder al poder. El mejor ejemplo es la perseverancia del Crece. En cambio otros proyectos se impusieron con apenas uno o dos meses de campaña: el caso de Gonzalo Belloso con Raza Canalla.
Más allá de las circunstancias, lo importante es que decide el socio de Central. El que tendrá la última palabra. El que ya exige tener un gobierno que lo pueda llevar al título. Una meta complicada con esta nueva Superliga.
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