Newell's no luce, pero zafa porque gana. El rojinegro tiene una misión de sumar sin importar el cómo y lo está consiguiendo. Una premisa en la que se puede instalar la polémica sobre si se privilegia el jugar bien o si sólo importa vencer. La realidad de nuestro fútbol indica que los resultados son los que en definitiva valen a pesar de que aparezcan cuestionamientos sobre la fealdad de la propuesta futbolística.
Los técnicos viven del desenlace final de un encuentro. La continuidad en el cargo se mantiene sumando y no sólo con la propuesta futbolística o un fútbol que despierte aplausos. La Lepra se mostró deslucida con Quilmes y sumó de a tres. Mejoró en parte con Tigre y obtuvo el segundo triunfo consecutivo.
El común de los hinchas pregonan que sus equipos muestren un juego interesante y que llene la vista o emocione, aunque después reniegan si no hay victorias. Pocos se quedan con la imagen deslucida por momentos sino con el resultado final.
Hoy las críticas serían distintas si los leprosos no hubiesen ganado porque los rendimientos dentro de los campos de juego no fueron del todo interesantes. Apenas si les alcanzó para doblegar a sus rivales, pero eso es lo que vale, porque aliviana cualquier cuestionamiento que pueda aparecer. Porque en definitiva están logrando engrosar el promedio, el principal objetivo.
Newell's, al menos en este inicio, no entusiasma desde la belleza del juego como lo hizo en algún momento con el tiki tiki de Gerardo Martino. Pero viene siendo efectivo, ganó en sus dos presentaciones, no le convirtieron y está logrando el cometido ideado en el inicio de la temporada. "Ganar, ganar y sumar. Después veremos cómo", fue la frase del presidente Eduardo Bermúdez que avala lo expuesto. Siempre es más sencillo intentar mejorar el nivel con buenos resultados que con derrotas que golpean el ánimo y la confianza. Ya le pasó a varios integrantes del plantel en los últimos torneos.
En el Parque hoy el vencer está por sobre el cómo lograrlo. No está mal, más allá de la falta de lucimiento.