Newell’s conspiró contra sí mismo. La gran cantidad de errores a lo largo de todo el encuentro condicionaron su suerte en el partido. Por lo que hizo bien, mereció más, pero por lo que hizo mal, mereció mucho menos. Así, al menos, el empate 2 a 2 con Platense no se vistió de duro revés en el debut. Este resultado maquilla una tarde plagada de imprecisiones.
Heinze, en la última conferencia de prensa, advirtió que “podían surgir errores” de sus jugadores en las primeras presentaciones y que era muy probable que “se perciban fallas de funcionamiento”. Que había que “tenerles paciencia” a los futbolistas. Pero nadie esperaba tantas equivocaciones y de tal magnitud.
En el primer gol de Platense, a los 26’, tras un centro de Zalazar, hubo un fallo en el cálculo de Ditta, que cabeceó mal y le facilitó todo a Morgantini, que se metió a espaldas de Sordo.
En esa acción hubo una floja respuesta de Hoyos, a quien le pasó el remate por abajo de las piernas. Así, inició una tarde para el olvido el refuerzo llegado de Vélez.
La serie de equivocaciones tuvo otro momento determinante antes del primer cuarto del segundo tiempo. Sordo, amenazante siempre por izquierda, se nubló en el penal y su disparo, a la derecha de Arce, le dio la chance de recomponerse al arquero rival, que también hasta ese momento era un festival de dudas.
Pero habría mucho más. Arce pateó desde su cancha, Hoyos volvió a calcular mal, la tocó con una mano y la pelota se le fue por arriba. Se tiró hacia atrás y la sacó antes de que ingrese. Taborda la intentó controlar, Pittón despejó (sin despejar) al costado y Baldassarra la empujó y estableció el desnivel.
Con la incertidumbre que contagiaba Hoyos, las fallas defensivas y el medio que no contenía, cada centro que caía al área visitante era un sufrimiento para el conjunto leproso.
Demasiadas concesiones ofreció Newell’s. Muy llamativas. Los dirigidos por Heinze deberán salir rápidamente de ese estado de confusión, porque ante rivales de mayor envergadura, seguramente la cosecha será todavía menor, y las secuelas del golpe serán mucho más graves. Y será más difícil levantarse.
Pablo Pérez, toques de talento
Pablo Pérez fue al banco e ingresó a los 79 minutos. Le alcanzaron unos breves instantes para mostrar destellos de su manejo de pelota, aunque no resultó suficiente para que Newell’s quiebre la paridad en el marcador.
La inclusión de Pérez entre los suplentes disipó las dudas que existían acerca de si su presencia en la delegación no tenía más que la finalidad de que acompañe al plantel como referente. Es que no había participado en los amistosos y su preparación fue con recaudos.
Pero Heinze, que llevó a 24 futbolistas, determinó que el que no firme planilla sea Tomás Jacob.
Se sabía de antemano que Newell’s no contaría con ningún jugador con el panorama y toque de Pablo Pérez, al margen de que al experimentado volante cada vez le cueste más prevalecer con su juego. Para colmo, Heinze se quedó sin el creativo Cristian Ferreira para el debut, a causa de un desgarro.
El resultado fue que a la mitad de cancha rojinegra le faltó juego. Balzi encaró en contadas ocasiones y desniveló poco. Iván Gómez intentó de a ratos ser el receptor y descargar, sin conseguir nada. El equipo recién mejoró un poco con algunas corridas de Reasco.
A los 79’, Pérez reemplazó a Gómez para ubicarse de doble cinco junto a Sforza. Con mayor libertad que su compañero para avanzar, metió un preciso cambio de frente hacia Sordo, que encaró y pateó cruzado con poca dirección. Pérez, que picó al área, se molestó por la resolución. No le quedó tiempo para mucho más. Los pocos minutos que jugó se entienden considerando cómo llegó. Y es una buena noticia que haya saltado a la cancha.