Vuelta 30 en el Autodromo Nazionale di Monza. Colapinto acciona el DRS y al final de la larga recta supera al Alpine de Pierre Gasly, para quedar entonces 15º. El argentino terminaría 12º, el francés 15º a una vuelta.
Será la última de las superaciones en pista de ese domingo soñado, inimaginado para un piloto que venía transitando su primer año en la telonera Fórmula 2 y que nunca completaría. Un año después, la historia se repitió. Colapinto superando limpiamente a Gasly, pero en un contexto diametralmente opuesto y que habla de su gran crecimiento en la Fórmula 1 pese a todas las dificultades.
De la fulgurante aparición a la segunda oportunidad
Podrá parecer que la actualidad de Colapinto en Alpine dista de aquella aparición fulgurante en Williams. Sí, el argentino no ha deslumbrado todavía como entonces, pero no solo hay motivos claros que explican eso, sino que esos mismos hacen valorar más este presente.
Colapinto llegó a un Williams en recomposición, alejándose del fondo al que se había anclado desde hacía años. La venta del equipo familiar y sobre todo la llegada de James Vowles para hacerse cargo de todo estaban empezando a cambiar la situación. Pero en pista solo lo estaba logrando con Alex Albon.
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Y apenas debutó Colapinto no solo enseguida se puso a su altura, sino que también le dio a Williams puntos. Todo hasta la piña de Brasil o, más bien, la de Las Vegas en clasificación, cuando por última vez en el año parecía humillar a su experimentado compañero. De haber pasado a la Q3 ese sábado hubiera hecho olvidar el accidente bajo el diluvio universal de Interlagos, en cambio volvió a conocer el rostro cruel de la Fórmula 1 y nada volvería a ser como entonces.
Pero todo lo bueno que Colapinto mostró hasta allí lo catapultó a la oportunidad de oro que le dio Flavio Briatore en Alpine. La segunda en la Fórmula 1 que obtendría gracias a la defección de Jack Doohan, a partir de la séptima fecha en el Enzo y Dino Ferrari de Imola.
De lógica en lógica en Alpine
Colapinto volvió a la máxima categoría con más experiencia que cuando se subió por primera vez en Williams, pero en una realidad totalmente diferente. Aquella vez al menos ya había tenido una sesión libre en Silverstone, en cambio hasta la FP1 de Imola jamás había tocado ese Alpine.
Un Alpine con muchos problemas, con un auto que fue una réplica del mediocre del año anterior. Y sin que se hayan previsto evoluciones, porque el equipo decidió apostar todo al 2026, año en que el reglamento cambiará completamente y todos los autos serán totalmente distintos a los actuales.
El argentino sufrió el auto, además lo chocó en la primera clasificación, y el paso siguiente por Mónaco y Barcelona fueron una prueba de templanza para él que pudo superar dignamente pero sin sobresalir.
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Recién lo haría en Canadá, donde superó por primera vez a Gasly en clasificación y carrera, y desde ahí, pese al golpe en la clasificación de Silverstone, su evolución respecto a su compañero de equipo fue una constante.
El ritmo de carrera de Colapinto, que ya muy bueno en la primera carrera de Imola, fue su as en la manga en Austria y Spa, y en Hungría sobre todo. Y después del parón de verano, ratificó esa tendencia alcista con un gran rendimiento en Países Bajos.
Todo menos espectacular que en aquel ya lejano 2024, pero con la lógica de un crecimiento que se fue palpando en cada ensayo, clasificación y sobre todo en carrera.
Dos superaciones a Pierre Gasly en Zandvoort
Las dos superaciones a Pierre Gasly en Zandvoort fueron el mejor ejemplo de esta evolución notable que viene teniendo Colapinto en su regreso a la Fórmula 1, en el hoy peor equipo de la Fórmula 1, que además sufrió muchos cambios internos importantes como para que se refleje en pista.
Curiosamente, en las carreras que compartió con Albon en Williams casi no se vieron juntos en pista. Apenas en el sprint de Brasil, donde el argentino terminó detrás del tailandés y no intentó superarlo.
En cambio en Alpine Colapinto le cedió la posición en su debut en Imola y, aunque no le gustó nada, el domingo último porque de verdad lo venía controlando muy bien y no perdía contacto con quien lo precedía (Fernando Alonso). Gasly también lo había hecho en Canadá cumpliendo la orden de equipo, pero nunca se dio que pelearan una posición y el argentino lo superó limpiamente en la vuelta 5.
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¿Fue una declaración de guerra? Quizás no sea para tanto, pero sí un mensaje claro del argentino de que está a su altura como mínimo, pese a la enorme diferencia de experiencia. Le costó más que ante Albon, pero claramente ya llegó a esa situación.
Cuando volvió a pasarlo al final de la carrera de Países Bajos, además Colapinto demostró la ambición necesaria para estar en este deporte. Más allá del tapón que le hizo el francés (que con eso expresó que entendió el mensaje que dio el argentino), que le impidió sumar, en una situación extrema como lo era ir por todo en solo 4 vueltas, dio la talla, pasando a Nico Hulkenberg en una maniobra para erizar los pelos, también a Gasly, y probablemente hubiera hecho lo mismo con Esteban Ocon y hasta Yuki Tsunoda.
La otra gran coincidencia de Monza
Logró en esa última vuelta de locos su mejor tiempo, que fue el cuarto entre todos los participantes. Lógico si se tiene en cuenta que corría con gomas blandas nuevas y escaso combustible, pero había que hacerlo y lo hizo, apenas superado por los imperturbables McLaren y el campeón Max Verstappen.
Curiosamente, y no tanto, además de la superación a Gasly que unió el debut en 2024 a esta última carrera, Colapinto también había conseguido en Monza hacer su mejor tiempo en la última vuelta de carrera.
Y no solo eso, ese registro fue más veloz que el de su entonces compañero Albon y también que el de Gasly. Como ahora.
Otro dato no menor que habla del crecimiento de Colapinto es que finalizó las ocho carreras en que largó, sin contar la de Silverstone en que no pudo hacerlo.
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El fin de semana que se avecina será el regreso a Monza además, donde superará el número de GP del año pasado, que fueron 9. Las largas rectas y las características del veloz trazado seguramente perjudicarán a los Alpine equipados con un motor que no evolucionó nada y que desaparecerá el año próximo.
Pero lo dicho. El espejo de Gasly le viene mostrando que hay piloto para rato en la Fórmula 1. Flavio Briatore lo comprobó enseguida que le metió una presión ilógica que a otros los hubiera hecho trastabillar. Hasta en eso Franco Colapinto mostró en un año entero de la madera de la que está hecho.