Quieren hacer pesar la localía. Dirigentes del fútbol brasileño desean convertir al estadio Maracaná en un "campo de guerra" mañana, cuando el equipo carioca recibirá a Boca en la revancha de las semifinales de la Copa Libertadores.
Quieren hacer pesar la localía. Dirigentes del fútbol brasileño desean convertir al estadio Maracaná en un "campo de guerra" mañana, cuando el equipo carioca recibirá a Boca en la revancha de las semifinales de la Copa Libertadores.
"Vamos a callar a Boca", afirma uno de los mensajes preparados por la secretaría de Deportes de Río de Janeiro para ser exhibidos en las pancartas gigantes del estadio, que recibirá a más de 70 mil hinchas.
Otro mensaje destinado a estimular a la parcialidad compara al Maracaná con una "olla", en una alusión a La Bombonera, que no pudo ser utilizado por los xeneizes en el partido de ida, que terminó con un empate por 2-2.
"Nuestra idea es la de crear un ambiente de Bombonera y convertir el estadio en una olla tricolor", afirmó el secretario de Deportes de Río, Eduardo Paes.
El ambiente de guerra también se refleja en las sospechas manifestadas por jugadores del "tricolor carioca" ante las noticias sobre los dolores musculares que afectan el mediocampista Juan Román Riquelme.
"Eso es un cuento. Es claro que él va a jugar", opinó el mediocampista Thiago Neves.
También el delantero Washington se manifestó seguro de que Riquelme comandará al Boca en el partido decisivo. "Claro que hubiera sido mejor no tener a Riquelme como adversario, pero yo no lo creo".