Brian Aguirre fue la carta desequilibrante que expuso Newell’s. Fue el pibe el que consiguió transformar las ansias y las ambiciones en el arranque de un nuevo certamen en goles y razones para llegar al triunfo. A pesar de no haber sido tenido en cuenta desde el comienzo en los dos duelos más importantes del año contra Corinthians por Copa Sudamericana, el extremo demostró otra vez que no puede faltar en cualquier planteo que pretenda arribar a un resultado positivo.
Este joven jugador no mostró rencores, y se brindó por completo desde el minuto cero para seguir demostrando que su aporte le otorga un salto de calidad indispensable para el ataque del conjunto rojinegro.
Desde su desparpajo y sus cualidades técnicas, con corridas y gambetas, Aguirre fue incontenible para la resistencia de Central Córdoba y se convirtió en una auténtica pesadilla para la visita.
Con sus apariciones se fue erigiendo como clara figura del cotejo ya que forzó el primer tanto del duelo y después, le puso el moño al triunfo con un golazo inolvidable.
A los 34’ del primer tiempo, en un momento en que Newell’s empezaba a construir merecimientos para arrimarse al triunfo, Aguirre desequilibró varias veces por izquierda, en la zona de adelante de Ramiro Sordo, y en uno de esos avances peligrosos, se metió al área santiagueña y parió un disparo cruzado bajo que se transformó en gol a través de una acción involuntaria del defensor Gustavo Canto, que abrió en contra el marcador. Ese gol descontracturó al partido y también a la mochila que traía el pibe desde los duelos coperos.
La victoria corrió riesgo por los errores infantiles del colombiano Jherson Mosquera que fue expulsado en menos de 25 minutos. Esas acciones hicieron caminar por la cornisa la suerte final del cotejo. Otra vez, errores propios parecían conspirar contras sus objetivos, contra lo alcanzado.
Y, a los 81’, tras un pase largo de Iván Gómez, Aguirre le puso cifras definitivas al marcador con un exquisito golazo, entrando en zigzag al área adversaria, con un remate seco por abajo del arquero Matías Mansilla, que fue muy festejado por el pueblo leproso en el Coloso.