El TC2000 es una categoría que necesita reinventarse y no baja los brazos para retomar las mieles de la gloria que supo cosechar. Y con carreras como la de Rosario seguramente le será más sencillo volver a ser. Es que las dos finales corridas en el Juan Manuel Fangio fueron lo suficientemente atrapantes como para cortar la respiración, con toques al por mayor y accidentes espectaculares también, que por fortuna no trajeron consecuencias físicas para los pilotos. Y por supuesto lucha rueda a rueda, donde el pibe Ignacio Montenegro y el ahora experimentado Facundo Ardusso fueron protagonistas de elite. El primero se hizo con la primera final seguido por el representante zonal de Las Parejas. En la segunda se dieron con todo también pero pagaron costo y la final se la llevó Julián Santero. La ausencia de peso fue la de Leonel Pernía, el bicampeón, por problemas de salud, aunque pudo vivirlas desde los boxes. Y en las tribunas, el público hizo el resto con una muy buena concurrencia.
El TC2000 cambió de manos en la temporada pasada después de que la pandemia casi le da el golpe de nocaut. Los mismos que tienen a cargo el Top Race se hicieron cargo de volver a encender a una categoría que claramente estaba segunda en el plano nacional. Y aunque vienen atravesando dificultades y le cuesta recuperar el numeroso parque automotor, la dirigencia no se achica, busca potenciar tanto a la mayor como al Series, y trata de crear las condiciones para buenos espectáculos. En Rosario lo lograron con creces.
Y en las dos finales los grandes protagonistas fueron el pibito Montenegro, de solo 18 años, y Ardusso, de 34. El chubutense empezó dominando la primera pero el tremendo accidente de Javier Scuncio Moro (dio no menos de siete tumbos y la estructura del Honda resistió bárbaro, bajando sin un rasguño) equiparó las cosas y obligó al relanzamiento, que por cierto se hace al estilo TC, en movimiento y a la par. Ahí el de Las Parejas le metió el Civic y pudo superarlo en una maniobra al límite.
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Y así fue la carrera, con varios intentos fallidos de Montenegro y accidentes (Facundo Aldrighetti primero y luego Mariano Pernía) que obligaron a nuevos parates. En el último relanzamiento, el pibe se le atrevió al Flaco y pudo doblegarlo para irse rumbo a la bandera a cuadros triunfador, escoltado por Ardusso y Franco Vivian.
El duelo principal se prolongó en el inicio de la segunda final, pero esta vez Montenegro lo sacó al pasto a Ardusso (penalizaron al sureño con pase y siga), por lo que la lucha por la punta fue para otros y cosechó la victoria el que partió en cuarto lugar, Julián Santero, la primera de Toyota en el año. Claro que nada le fue fácil y Facundo Marques le dio pelea hasta la bandera a cuadros. Nuevamente Vivian completó el podio. Esta final se corrió junto a los autos del Series (se impuso Matías Capurro), y con las bajas de Scuncio Moro, Aldrighetti y Mariano Pernía.
No corrió, pero fue protagonista igual
Leonel Pernía sintió un dolor de pecho el viernes, fue internado el sábado y cuando se descartó el problema cardíaco, fue dado de alta el domingo y estuvo en el Fangio presenciando las finales. Básicamente sufrió inflamación de la membrana que rodea el corazón, que se llama pericarditis, y le recomendaron reposo. Igual, aspira a estar el próximo fin de semana en la carrera del TC en Termas de Río Hondo
Por lo pronto, se sabía que cualquiera fuera el resultado Pernía seguiría líder y así fue, aunque ahora le lleva solo 8 puntos a Montenegro, séptimo en la segunda final, mientras que el parejense Ardusso fue 5º y así está el campeonato, a 37 unidades. En el medio Santero quedó 3º a 25 y Vivian cuarto a 29.
La próxima carrera será el 4 de junio, en escenario a confirmar. Rosario por lo pronto espera la visita del Top Race en junio o julio, y la del Turismo Nacional más para fin de año.