Leo Fernández no perdió tiempo. En realidad no tenía demasiados días para probar lo que tenía en mente para mañana a la noche en el partido contra San Pablo. Por eso ayer apareció un trabajo táctico en el que el DT paró un equipo, con algunas particularidades, aunque el dato sustancial pasa por la apuesta de Nahuel Gómez en el lateral derecho, pese a que Paulo Ferrari pudo trabajar con absoluta normalidad después de aquella contractura en el isquiotibial que lo dejó afuera del partido ante Belgrano. No menor por cierto es el dato de que Marco Ruben estuvo entre los once, por lo que volvería a la titularidad después de aquel encuentro ante Godoy Cruz. Y en lo que hace al esquema, Fernández se la juega con un 4-3-1-2, con Joel López Pissano como enlace. Igualmente, la inclusión de Ruben no significó la salida del equipo de Maximiliano Lovera, quien se retrasará unos metros para jugar como volante por derecha.
Indudablemente hay una idea muy clara de parte del entrenador en relación a que las claves del juego estarán por las bandas. Allí es donde Lovera y Carrizo, por derecha e izquierda respectivamente, intentarán llegar a desnivelar.
A la hora del reparto de pecheras sorprendió la inclusión de Ferrari para el equipo alternativo. En ese momento quedó de manifiesto que aquella idea de hace un par semanas que tenía Leo Fernández sobre que en este tipo de partidos es clave la experiencia ya no tenía tanto asidero. Es que Nahuel Gómez viene de ser titular contra Belgrano, pero se trató justamente de su debut en la máxima categoría. "San Pablo es un equipo que juega muchas pelotas cruzadas y Nahuel tiene buen juego aéreo, así que creo que lo podemos aprovechar en ese sentido", tiró el técnico.
El trabajo táctico fue bien explícito. En cuatro períodos de cinco minutos cada uno, Leo Fernández lo paró en innumerables ocasiones. No quería que el juego tuviera tanto ritmo, sino que el equipo pudiera cumplir a rajatabla las directivas del cuerpo técnico. Los pedidos fueron básicamente para los volantes y los delanteros, a quienes les encargó tener muy en claro los momentos en los que salir a presionar en bloque para intentar recuperar y a partir de allí generar el desequilibrio.
Lo de Ruben no fue una sorpresa, pero su participación era una de las grandes dudas que tenía Leo Fernández. El técnico ya le había dado algunos minutos ante Belgrano y el análisis primario que se había hecho es que por ahí no estaba desde lo físico para jugar desde el arranque. Seguramente debe haber existido alguna charla entre el cuerpo técnico y el delantero y allí se acordó que juegue. Es por eso que uno de los capitanes (el otro es el Loncho Ferrari) volverá a formar dupla en ofensiva con Fernando Zampedri.
Pero, lo dicho, esto no significó la exclusión de Lovera. Sí hubo un nuevo rol para el juvenil, ya que la posición en la que jugará es de volante por derecha, un puesto en el que Leo Fernández también dudaba mucho. De hecho hasta ayer se manejaron varios nombres para desempeñarse en esa función.
Quienes quedaron afuera de la conversación fueron Leonardo Gil, Mauricio Martínez y Néstor Ortigoza. El primero se entrenó de forma diferenciada, mientras que los otros dos jugadores hicieron fútbol pero para el equipo alternativo.
El ingreso que se caía de maduro era el de Maximiliano González. El volante estuvo como 5 de marca y sin demasiada colaboración a la hora de la recuperación. Por la sencilla razón de que López Pissano se paró más en zona de tres cuartos que del círculo central.
Teniendo en cuenta el equipo que Leo Fernández puso en cancha el pasado sábado en el Gigante por la Superliga, el canalla presentará dos modificaciones: Maxi González por Joaquín Pereyra y Ruben por Nicolás Da Campo.
Nombres de más experiencia en el plantel había pero sin dudas el DT no los vio en plenitud física. Por eso la apuesta por lo que, cree, es lo mejor que tiene a mano, con Ferrari fuera de los once y Ruben nuevamente como titular.