Otra vez frente a frente. Cara a cara. Mentón con mentón. Sólo separados por una pelota de fútbol, por la caprichosa número cinco que en los clásicos suele ser más caprichosa todavía. Rosario vuelve a ser sede del clásico más pasional del mundo, el partido loco que paraliza a una ciudad partida literalmente por la mitad, con dos sentimientos genuinos que volverán a mezclar los colores de sus camisetas durante 90 minutos. Esta vez toca en el Gigante y a la hora señalada: 16.30. Allí estará el volcán en erupción con la multitud canalla que copará las tribunas y con el pueblo leproso diseminado por las calles siguiendo el duelo con suma atención. Un derbi al que no le falta nada y tiene todos los condimentos, más allá de que ambos estén relegados en la tabla de posiciones de la Liga Profesional. Ojalá sea una fiesta, con goles, emociones y por sobre todo que gane la sana convivencia, dentro y fuera de la cancha, del lado canalla y de la vereda leprosa. A rodar la vida.
Hay muchísimo en juego en la tarde de Arroyito. Desde los técnicos que debutan en este supermatch como Matías Lequi y Sebastián Méndez, en el que una victoria les servirá para apuntalar sus procesos y una derrota...
El Flaco Lequi tomó la posta del renunciante y emblema Miguel Ángel Russo y en su primer intento logró vencer a Gimnasia en La Plata. Lo suyo es partido a partido y sabe que si gana el clásico subirán sus acciones para seguir, pero una derrota lo dejaría muy incómodo proyectando lo que viene, más por el favoritismo que arrastra Central en los últimos tiempos (de los últimos 25 cruces, Central se impuso en 12, empataron 11 y Newell’s venció sólo en 2).
Por el lado del Gallego Méndez él mismo reconoce que es crucial lo que ocurra en Arroyito, ya sea en el score como en la forma. No tiene margen para otro papelón como ante Estudiantes (1-4 en el Coloso). Y también sintió la presión del banderazo donde la gente gritó a los cuatro vientos la urgencia de vencer “cueste lo que cueste”.
Referentes y cábalas
Dentro de la cancha habrá presencias excluyentes de referentes como Marco Ruben y Ever Banega, cada uno como líderes de sus respectivas tribus. Marco, máximo goleador histórico del canalla con 106 gritos, regresó a Arroyito para jugar un nuevo derbi a los 37 años. Mientras que Ever, notable futbolista internacional, necesita tener un partido consagratorio para meterse definitivamente en la piel del hincha leproso y nada mejor que hacerlo en el duelo más pasional.
Y más allá de que todos lo nieguen o minimicen en esta oportunidad, tal vez como pocas veces en la historia, las cábalas están a flor de piel y de manera expuesta en ambos campamentos.
Porque no es casualidad que en el Canalla se haya apostado al máximo a recuperar al lesionado Ignacio Malcorra, el héroe auriazul de los dos últimos cruces, con un gol en Arroyito en 2023 y uno este año en el Coloso. Ambos para el delirio auriazul.
Mientras que Newell’s también hizo lo suyo en el juego místico. Y esta semana apuró los pasos para contratar a Juan Manuel García, el último artífice de una gran alegría rojinegra ante su archirrival. Es que Juanchón anotó el gol de la victoria leprosa en marzo de 2022 en el Gigante y eso sin dudas que influyó para su repatriación contrarreloj en estos días. El delantero, que fue oficializado por el club en la víspera del derbi, es una especie de talismán que si bien irá al banco de suplentes será una carta que tendrá el Gallego Méndez para intentar dar el gran golpe en Arroyito.
Está dicho que las brujas no existen y hasta hay comprobación científica de ello, pero que las hay, las hay. Y en el clásico más que nunca todo sirve para aferrarse a la energía positiva. Por supuesto que Central y Newell’s lo hicieron en la previa.
Dirige Nicolás Ramírez
Otro condimento será la presencia de un árbitro debutante en este partido único. Se trata del juez Nicolás Ramírez, que llega con buenos pergaminos, pero en la cancha y en los clásicos se ven los pingos. Deberá abstraerse de la presión y apoyarse en sus colaboradores del VAR.
También hizo ruido en la previa un acontecimiento por bando. En Central se fue recientemente Miguel Ángel Russo, imbatible en estos enfrentamientos, que dejó un hueco enorme y un vacío de conducción deportiva que deberá llenarse lo antes posible.
Y en Newell’s, por los últimos episodios de violencia y amenazas, el banderazo no fue el mismo y también es un mensaje que debe leerse puertas adentro porque la paz es una premisa que el hincha genuino no negocia jamás.
Desde lo estrictamente futbolístico la sensación clara es que ninguno de los dos equipos es muy superior al otro en cuanto al actual nivel de juego. Así ambos llegan, con obligaciones y urgencias, también con sueños e ilusiones, con poco fútbol elaborado sobre el lomo, pero con el corazón en la mano para dar lo mejor.
Un clásico desde el juego nunca es igual al otro y este no será la excepción. En lo que no cambian es en la pasión extraordinaria que destilan por sus poros. Canallas y leprosos vuelven a cruzar sus vidas por 90 minutos. Y la ciudad es un gran juego de pasiones.