Central y Coudet tienen el permitido en el campeonato local. Como pasó frente a Huracán, también ante Olimpo y ahora frente a Unión. Demasiado importante es lo que se jugará en poco menos de dos semanas (el jueves 15, en Córdoba, día y escenario más probables), en la final de la Copa Argentina ante River, como para no tomarse la licencia de no arriesgar. Además, mal no le fue cuando lo hizo, ya que al menos no perdió, con sendos empates 1 a 1. Es cierto que no es bueno ya tirar por la borda las chances en el campeonato, pero no cabe duda de que es la hora de elegir. Y que la apuesta copera es la correcta.
Si en la previa a la final con Boca del año pasado Coudet guardó, cuando aún tenía alguna chance de campeón, cómo no hacerlo ahora. Y aquella vez el equipo canalla estaba más que consolidado, después de un arranque de 2015 importante pero que terminó de asentarse con el plus de jerarquía que les dieron las llegadas a mitad de año de Javier Pinola y Marcelo Larrondo. No pasa lo mismo ahora, todavía el Chacho no pudo alcanzar aquel ideal y por eso se entiende más que, habiendo encontrado lo mejor a su alcance, no lo arriesgue en un partido como el de Santa Fe. El once lo tiene, al menos el mejor disponible hoy, y no es cuestión de que algún soldado se le caiga.
Las salidas de Donatti y Pablo Alvarez, sumadas a la lesión de Pinola, le dieron un tremendo dolor de cabeza a Coudet, que logró incorporar a Dylan Gissi fuera de agenda, para darle recién continuidad junto a Marcos Torsiglieri hace demasiado poco como para que ya estén consolidados. Eso sí, Central no perdió con ellos juntos en cancha: 2-1 a Boca por la Copa, 0-0 ante Independiente y 1-1 nuevamente con Boca por el torneo, y el 2-0 sobre Belgrano en Formosa. Ese talón de Aquiles que sufrió el Chacho parece acomodado.
Apareció Martínez
En el medio sufrió la lesión de Damián Musto pero lo reemplazó rápido. Como ocurrió cuando se fue Ney Domínguez y el casildense se hizo cargo, ahora Mauricio Martínez tomó la posta. El ex Unión fue una de las mejores noticias que tuvo Coudet en el último mercado, más allá de que el retorno del 5 será muy valioso y seguramente se apuntará a que sea recambio frente a River.
Ahora sí, Teo
Y adelante, el agujero que dejó la salida intempestiva de Larrondo, recién ahora parece ser cubierto como se había pensado. Germán Herrera, un voluntarioso de aquellos, un utilitario que siempre responde y pagó con goles importantes su regreso a principios de año, ha sido una muy buena opción para el Chacho, como en el triunfo sobre Boca en los cuartos de final. Pero está claro que el distinto, el que "te puede dar un título" es Teófilo Gutiérrez, como dijo Coudet ni bien lo echaron en la Bombonera. Ese tremendo espaldarazo que le dio el técnico, muy inteligente además para sacarlo del foco de la mala imagen que había dejado en los hinchas, fue vital para que al fin empiece a pagar lo que le salió a Central traerlo. Aquel gol ante los xeneizes tuvo rápido correlato ante Belgrano, con dos asistencias bárbaras y la jugada que provocó la expulsión de Farré. Ahora, ante el River del que no se priva de decir que es hincha, hasta podrá demostrarle que está más vigente que nunca.
Los resultados no dicen todo, pero sí trazan indicios. En el campeonato, después de la goleada sobre Arsenal (5ª fecha) Central no volvió a ganar. Mostró buenos pasajes ante Estudiantes y Newell's, pero fueron derrotas, y después empató siempre, con picos altos en la Bombonera cuando Coudet puso todo. Pero en la Copa Argentina sí mostró más flashes de aquel equipo que supo deslumbrar al fútbol argentino. Emergieron justo ante Boca para acotar las consecuencias de la caída en el clásico y en ellos se esperanza para ganarle la final a River. Un equipo el de Marcelo Gallardo que también fue presa de irregularidades pese a tener más puntos (19 contra 11), que pagó también los cambios en el plantel y que en todo caso está en un terreno de igualdad.
Central luce enfocado, en el mejor momento de un semestre que no es el mejor de los cuatro con Coudet al mando. Sorteó escollos importantes, como ganarle a Boca en esa especie de revancha copera diez días después de perder el clásico. Y el técnico respondió en la mala con igual lucidez. Primero ponderando en exceso el empate posterior a ese partido, en el Ducó ante Huracán, buscando inyectar de optimismo a un plantel entonces golpeado. Luego eligiendo a Herrera en vez de Teo (al que dejó todo el partido en el banco) para vencer a Boca en la Copa y evitar el fin de ciclo. Y después, lo dicho, ensalzando al colombiano cuando varios hinchas lo habían crucificado tras la roja en la Bombonera para darle ahora sí cabida. Casi como en un juego de ajedrez, de nuevo puede hacer jaque mate.