Un clásico es especial, por donde se lo mire o analice, por eso muchas veces hay excepciones que se hacen respecto al comportamiento habitual de un equipo. Ahora, apartándose de ese marco particular que representa un clásico, Central rendirá un nuevo examen en condición de visitante, que es donde más le cuesta. Y no desde ahora, sino que esa falencia fue una de las debilidades del equipo a lo largo del ciclo de Miguel Ángel Russo. Igual, vale la mención de que, aun frente a esa dificultad, el canalla viene de ser campeón, lo que es muchísimo. Pero lo dicho, esta nueva prueba de fuego la afrontará ni más ni menos que frente al eterno rival.
En lo que va de este año a Central le costó jugar fuera del Gigante en la misma proporción al año pasado. Es que fueron tres las excursiones que realizó en esta Copa de la Liga y de ninguna de ellas pudo sacar el rédito que pretendía. Sólo en la visita a Atlético Tucumán logró sumar al menos un punto. Posterior a eso llegaron las derrotas contra Talleres primero e Independiente después.
Claro, pretender ver a un Central arrollador e insistente en la búsqueda de un triunfo podría resultar una pretensión demasiado alta, porque se trata justamente de un clásico. Y se sabe que en este tipo de partidos la mayoría de las veces lo que se privilegia es no perder. O, quizá, arriesgar lo mínimo indispensable y esperar más el error del rival.
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Martínez Dupuy fue el artífice del gol en suelo tucumano. Hoy e mexicano es el goleador de Central en la Copa de la Liga.
Marcelo Bustamante / La Capital
De todas formas, hay un contexto que es imposible de obviar y tiene que ver que, a priori, las urgencias parecen estar más del lado de la Lepra que del Canalla. ¿Por qué? Porque Newell’s hace muchos años que no gana un clásico en su cancha, porque el último, en el Gigante, fue triunfo de Central y, además, porque equipo, con Russo al mando, fue a jugar al Coloso el año pasado y la cosa terminó en empate. Es decir, el DT canalla querrá ganar el partido porque sabe la implicancia que tiene sumar de a tres en un clásico, pero detrás de todo eso hay una sensación de que las urgencias no son tantas.
Pero lo concreto es que cada viaje que realiza este Central de Russo lleva a poner el foco en cómo rendirá el equipo y qué resultado obtiene por ese pasado que en cierta forma lo condiciona. Romper el molde justamente en un partido de esta envergadura significaría un regocijo mayor.
En lo que va de este nuevo ciclo de Russo, Central logró apenas dos triunfos como visitante, el primero ante Huracán, por la Liga Profesional 2023, y el segundo contra Arsenal, en la última fecha de la Copa de la Liga del mismo año, en la que se coronó campeón. En números es muy poco, ahora, cómo achacarle eso si viene justamente de dar una vuelta olímpica.
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Cervera la pelea ante Independiente. El delantero tuvo dos chances muy claras, pero no pudo concretarlas.
Leonardo Vincenti / La Capital
Para aquellos que son amantes de las estadísticas, pero especialmente quienes creen en las coincidencias se les puede mencionar que este equipo de Russo logró su primer triunfo como visitante en la cuarta excursión (en cancha de Huracán, después de Tigre, Lanús y Sarmiento), y esta al Coloso será la cuarta salida del Gigante de Arroyito.
Frente a un partido de dientes apretados, en el que está en juego el honor y el orgullo, la búsqueda del fortalecimiento anímico y también la posibilidad de crecer en la tabla, a Central se le presenta una nueva oportunidad para patear el tablero en un contexto que le viene siendo esquivo.