Siempre hay algunas pequeñas cosas que pueden rescatarse de un partido, por más mal que se juegue, y si bien el empate no generó bronca ni angustia, lo que quedó en claro es que una de las mejores cosas que se lleva Central desde Mendoza es el nivel que mostró Jaminton Campaz, a quien sin dudas le falta mucho para volver a ser aquel de 2023, pero que ante Godoy Cruz demostró que no se olvidó de jugar. Quizá pase por la confianza que aún le falta recuperar, pero dio un gran paso hacia adelante. Y no hay que dejar de mencionar lo que fue el gol de Enzo Copetti, no por la factura, sino por ser el primero de un delantero que, se sabe, vive del gol, y al que fueron a buscar expresamente.
Para resumir la actuación de Campaz alcanza con un dato simple, concreto, pero que es contundente: el colombiano intervino en casi todas las situaciones de riesgo que generó el equipo, incluida la del gol de Copetti, ya que fue quien metió la asistencia.
Por momentos Campaz se pareció mucho a aquel jugador que deslumbraba partido tras partido (sobre todos los que el canalla jugaba en Arroyito), con gambetas efectivas y un desequilibrio permanente. Acá en Mendoza hizo bastante de eso. Por eso en el primer tiempo fue el principal generador de situaciones. Es cierto, a algunas de ellas le faltó justeza en los envíos, pero lo que se destaca es más que nada la intención.
A los 6’ metió un remate que Petroli sacó al córner; a los 11’ ganó en velocidad y metió un centro que Copetti no alcanzó a conectar; a los 15’ otra vez para Copetti, que no llegó; a los 19’ la fantasía ante Arce y la asistencia para el gol de Copetti; a los 48’ el centro envenenado y el rebote de Petroli que Módica no pudo corregir; a los 54’ el remate cruzado que se fue muy cerca del palo izquierdo; a los 71’ el centro que por poquito no llegó a los pies de Ruben; a los 72’ el pelotazo a la cabeza de Quintana, en el segundo palo; a los 82’ la corrida por el callejón del 10 y el remate fuerte que se le fue alto, en una de las más claras del partido.
En esa última acción hay que computarle no sólo el remate desviado, sino también el no pase a Copetti, pero tuvo que resolver en una fracción de segundo y buscó su gol. Pero más allá de eso, la actuación de Campaz fue de lo mejor que mostró Central en Mendoza, donde pareció verse el que los hinchas quieren que vuelva.
Copetti y su aporte
En tanto, para Copetti también fue un partido especial porque ya en su segundo encuentro pudo sacarse las ganas de anotar su primer gol en Arroyito. Y, se sabe, para un 9 no hay nada mejor que convertir, aun siendo en una jugada en la que tenga que poner el pie para corregir la trayectoria del balón, como ocurrió en ese grito que pegó a los 19’ del primer tiempo.
A Copetti lo fueron a buscar especialmente y Central hizo una erogación importante de dinero. Y lo trajeron porque confían en su capacidad goleadora. Tiene a Módica y nada menos que a Ruben a sus costados, pero el delantero vino en busca de su propia historia.
Esa historia que tratará de escribir irá aparejada con los gritos que pueda pegar y en este segundo partido que tuvo ya se dio el gusto de cumplir con su principal función. La contracara fue esa mano involuntaria que puso en el final del primer tiempo que terminó en el penal para Godoy Cruz.