"Yo hoy no participo de la política de Central", sentenció Gonzalo Belloso en un mano a mano con Ovación, durante el cual recorrió diversos temas como director de Desarrollo de la Conmebol. "Más allá de ser eternos adversarios en el campo de juego, Central y Newell's deberían encabezar un bloque de clubes en la AFA y en la Superliga para defender sus intereses ante la brecha que se está generando con los denominados grandes", señaló. Y sorprendió al considerar que en el último Mundial a la selección argentina quizás le hubiese ido mejor "si hubiera tenido un técnico".
¿Por qué te declarás prescindente en estas elecciones de Central siendo referente de Raza Canalla?
Raza Canalla cumplirá 10 años, la formamos en una situación del club muy diferente, porque había un contexto difícil que imponía urgencias, y la formamos para aportar. Ganamos las elecciones de manera prematura porque consideraba que como agrupación nos faltaba años de trabajo. Nuestra idea era apoyar a un candidato fuerte pero que después no se pudo presentar por problemas personales. Pero fuimos igual a las elecciones y ganamos. Conducimos al club en un momento delicado, y sin endeudarlo y con mucho esfuerzo logramos el ascenso. Forjando en paralelo jóvenes futbolistas de una enorme calidad que luego heredaron la actual comisión, y varios de ellos ya fueron vendidos. Un trabajo que desarrolló el Coco Pascuttini, a quien siempre discutieron, pero a quien nosotros siempre respaldamos. Como así a Miguel Russo, al que defendimos desde Raza Canalla cuando nuestra propia comisión directiva quería relevarlo al principio porque los resultados no llegaban. Sin embargo fue él quien nos devolvió a primera división. Y pese a nuestra falta de recorrido como agrupación política dejamos un club sin deudas, en primera y con jugadores jóvenes de jerarquía, con un plantel competitivo, algo que la actual gestión no supo o no pudo aprovechar para dar ese salto de calidad al cual se comprometió. Dicho todo esto, yo no participo de las elecciones de Central. Mis compromisos y responsabilidades en Conmebol me impiden ser parte de cualquier armado político electoral. Entiendo que Raza Canalla sí intervendrá de alguna manera en la contienda, y si bien me contiene porque me identifica y confío en ellos, en lo personal no formaré parte de las decisiones que adopten.
¿Esta decisión es para evitar que especulen con que actúas desde otro lado?
No, porque desde mi lugar estaré como siempre a disposición de Central para colaborar con lo que necesite, como lo hice toda mi vida, sin importar quién gobierne al club. Pero más allá de todo eso, hay que dejar en claro que Central necesita de personas que estén todo el tiempo, a la distancia es imposible, no se puede gestionar ni asumir compromisos si no estás en el club. Mal le haría a Central intentando tener alguna injerencia desde Paraguay sin tener todo el conocimiento de lo que sucede en el club. Por eso mi decisión de no participar políticamente. Tal vez más adelante, si las circunstancias así lo indican y si se logra conformar un equipo de gestión, asuma una responsabilidad como directivo. Hoy no es mi momento.
Hablaste de equipo. ¿Crees en las gestiones verticalistas o de construcción horizontal?
Central no es un lugar individual. Es tan grande Central que requiere de una construcción colectiva, por supuesto con la cuota necesaria de liderazgo. Es indispensable la conformación de un equipo de trabajo en el que confluyan todos los sectores. Pero de lo que no hay dudas es que en el fútbol actual es inviable una gestión si no tiene sus áreas profesionalizadas. El fútbol se juega en la cancha, pero son las características del gobierno las que definen cómo y con qué se juega. Hay políticas de desarrollo de los clubes que necesitan de manera imprescindible de profesionales: en comunicación, marketing, desarrollo deportivo, marcas propias, y ni hablar de lo que hace al fútbol de base. Más cuando se tratan de clubes de la magnitud de Central, cuyo potencial es enorme. En Rosario hay mucha gente capaz, con la experiencia indispensable, pero es justamente la precariedad de la práctica política la que impide que esa gente asuma compromisos.
Pero esa forma política es transversal en la organización del fútbol, donde hay una construcción de poder que cada vez hace más grande esa brecha entre dos o tres clubes con el resto. ¿Cómo hacen Central y Newell's para reducir esa brecha que se fomenta desde el propio poder?
Es así. Por eso hablo de que hay que perfeccionar gestiones y edificar estrategias con otros clubes para evitar ser diezmados. Y no hablo sólo de poder en AFA sino también en lo que hace al desarrollo económico. Boca acaba de rubricar un contrato por 20 millones de dólares con Qatar Airways, y con el nuevo reparto de dinero por los derechos televisivos, pese a lo que puedan decir quienes representan a los clubes en la Superliga, también sacó más ventaja junto a River. Esa brecha también se agrandó. Central en esa escala está noveno, incluso por debajo de los otros clubes de Santa Fe. Esa diferencia de recursos también hace a la distancia que sacaron cuatro o cinco clubes. Esto no se reduce con demagogia ni fanatismo ni mensajes en las redes sociales, se reduce con mejores gestiones. Por eso digo que las rivalidades se dirimen en la cancha, pero afuera hay que juntarse para conformar una unidad que defienda los intereses en común y se anteponga a la hegemonía que tratan de imponer los denominados grandes. Central y Newell's deberían trabajar para liderar una unidad de clubes que funcionen como bloque en AFA y Superliga.
Otro tema. Ninguna selección sudamericana alcanzó semifinales en el último Mundial. ¿Hay un retroceso del fútbol continental?
En los papeles pareciera que sí. Brasil estuvo cerca de llegar, pero no lo logró pese a ser superior a Bélgica, según mi punto de vista. Argentina si hubiese llevado un técnico creo que la historia hubiera sido diferente. Perú está en un proceso de recuperación. Uruguay y Colombia perdieron por lesión a Cavani y James Rodríguez y llegaron hasta dónde pudieron. Pero a manera de diagnóstico, y estamos trabajando en eso desde la Conmebol, hay un problema estructural por haber descuidado el trabajo en los seleccionados juveniles. En nuestro país estamos con una camada que fue formada hace casi 20 años. Hay federaciones que han trabajado bien, como Brasil, pero otras, como Argentina, se han olvidado de ese proceso de base que es determinante. Hay futbolistas que se pusieron la camiseta del seleccionado argentino por primera vez en una competencia en el Mundial. Eso no puede repetirse.
También es cierto que los pocos jugadores jóvenes que surgen emigran enseguida por la diferencia económica. ¿No se puede hacer nada desde la Conmebol para achicar también esa brecha con la Uefa?
Por supuesto que sí y de hecho se está haciendo consiguiendo más recursos para los clubes que participan de nuestros torneos continentales. En Copa Libertadores hay un crecimiento sostenido en materia de premios gracias a una mejor comercialización de los derechos televisivos. En la próxima edición habrá un importante salto en ese sentido. Si los clubes reciben más dinero por competir y si los mismos son mejores administrados, dispondrán de fondos para no quedar tan vulnerables en el mercado.