Dicen que los chicos y los locos siempre tienen razón. Y algo de cierto tiene que haber en esa afirmación. Porque cuando parece que todo cae en saco roto y que los valores ya son parte del pasado, suceden hechos que dan esperanza y enseñan que no todo está perdido.
Este fin de semana, en un partido de predécima (chicos de la categoría 2011) de fútbol infantil disputado en el club Mitre de Pérez, el árbitro sancionó un penal para el club Bancario tras una presunta falta al jugador Francisco Cravero, decisión que fue airadamente protestada por la gente del equipo local. En este contexto, los entrenadores del club Bancario, Horacio Caravaca y Augusto Zanini, consultaron al propio jugador si la falta había existido y cuando este confirmó que no lo tocaron, que se cayó solo, el encargado de efectuar la pena máxima, con total acuerdo de los DT de su categoría y sus compañeros, decidió tirar el penal afuera en una clara muestra de fair play deportivo. El mensaje que dieron estos chicos fue contundente: más allá del resultado ellos ya ganaron. Y esa acción marca un camino.
“No todo está perdido. Todavía existen clubes en los cuales defendemos los valores. Es una acción para destacar, en un marco donde muchas veces hay violencia dentro y fuera de la cancha, inclusive teniendo como protagonistas a los propios padres. Creo que estos chicos nos dieron una lección muy grande. No tengo dudas de que, más allá de cómo salgamos en el torneo, el club ya ganó, porque te repito, más que conseguir resultados, queremos formar hombres de bien”, destacó orgulloso Carlos Farías, presidente de la institución.
No hay muchos antecedentes como este. Si bien no fue lo mismo, quizás el ejemplo más cercano fue el que protagonizó Marcelo Bielsa en 2019, cuando dirigía a Leeds y enfrentó al Aston Villa en la fecha 45 de la Championship inglesa. En esa oportunidad, el Loco ordenó que se dejaran hacer un gol después que su equipo había marcado uno cuando un jugador rival estaba tirado en el piso.
Todo comenzó cuando Mateusz Klich marcó el gol del Leeds en una jugada que desató la indignación de sus rivales, los que, muy enojados, se quedaron reclamando que el equipo de Bielsa parara el juego ya que Jonathan Kodjia había quedado lastimado en la mitad de la cancha.
Tyler Roberts, defensor del Leeds, tiró la pelota hacia adelante para que atendieran a Kodjia, pero Klich no lo entendió así, tomó la pelota y, para sorpresa de sus rivales, enganchó dentro del área y definió cruzado.
Esta acción produjo inmediatamente una pelea generalizada en césped del Elland Road, que terminó con la expulsión del egipcio Anwar El-Ghazi, mediocampista del Aston Villa. Mientras esto pasaba, al borde de las líneas de cal, Bielsa discutió acaloradamente (traductor mediante) con el cuerpo técnico rival, integrado por John Terry, el ex futbolista del seleccionado inglés, y Dean Smith. Todo era caos y confusión.
Cuando los ánimos se calmaron, Bielsa dio una orden antes del reinicio del juego. Y fue muy claro: sus jugadores se tenían que dejar anotar el empate, tal como ocurrió. A partir de ahí el marcador no se movió mas y el resultado final, el empate, dejó a los dirigidos por el argentino sin posibilidades de llegar a la última jornada con posibilidades de ascenso directo a la Premier League y tuvo que disputar los playoffs del ascenso.
Polémico o no, Bielsa dio una muestra de fair play, la misma que dieron los chicos de Bancario cuando decidieron patear afuera un penal que no había sido. Repercusiones distintas, el mismo ejemplo a imitar.