La inteligencia artificial y la tecnología se han convertido en temas recurrentes que resuenan con fuerza en la sociedad contemporánea, actuando como fuerzas transformadoras de nuestra vida. Pero ¿qué sucede cuando estas poderosas herramientas se fusionan con el ámbito del arte y la cultura?
La tecnología como extensión de la identidad cultural
La IA, ha cambiado radicalmente la forma en que consumimos y producimos actividades culturales, no solo en términos de eficiencia sino también en la manera en que expresamos nuestras identidades, así, desde la música en streaming hasta los museos virtuales, la tecnología ha democratizado el acceso a la cultura, permitiendo que más personas participen en la creación y el consumo de contenido cultural. En este contexto, las redes sociales, por ejemplo, Twitter, Instagram o TikTok, se han convertido en espacios virtuales donde los usuarios comparten aspectos de su personalidad, desde la comida hasta la música y el arte. Sin embargo, estos avances tecnológicos no están libres de desafíos éticos. Cuestiones como las violaciones a la propiedad intelectual, la erosión de la privacidad y la desigualdad en el acceso a recursos tecnológicos suscitan interrogantes que, hasta el momento, carecen de soluciones claras.
A medida que nos adentramos en un futuro cada vez más digitalizado, la interacción entre contenido cultural y tecnología se intensifica de formas que apenas empezamos a comprender. Resulta esencial analizar cómo estas dos fuerzas poderosas pueden no solo coexistir, sino también enriquecerse mutuamente.
La Inteligencia Artificial como catalizador cultural
En este contexto, la IA juega un papel muy importante, redefiniendo nuestra relación con el arte y la cultura, por ejemplo, los algoritmos de recomendación utilizan Inteligencia Artificial para analizar nuestros patrones de consumo y ofrecernos contenido de música o literatura que quizás no habríamos descubierto de otra manera. Como contrapartida la IA participa de la creación artística, mediante programas para componer música, imágenes, textos, al punto que la línea entre la creatividad y la autoría tanto humana como de la máquina se vuelve cada vez más borrosa. Ante los nuevos paradigmas tecnológicos y digitales, los autores de obras se revelan en una red viva en interacción con la tecnología, que va más allá de los parámetros culturales convencionales, considerados en una época “Revolucionarios” y que hoy frente al avance tecnológico, resultan antiguos u obsoletos.
La burbuja cultural y el desarrollo tecnológico
El concepto de “Burbuja Cultural” se refiere a un ecosistema cerrado donde la diversidad de opiniones es escasa y donde hay una resistencia palpable a ideas que desafían el pensamiento convencional. En estos círculos homogéneos, las personas suelen reforzar mutuamente sus propias creencias y teorías, a menudo sin someterlas al análisis de perspectivas externas que podrían cuestionarlas. En un entorno así, las ideas verdaderamente innovadoras encuentran barreras casi insuperables para ser aceptadas, ya que no encajan en el molde preestablecido. Si todos los miembros de esta “burbuja” consumen las mismas fuentes de información y escuchan las mismas voces, lo que se percibe como innovador dentro de ese círculo podría no ser más que una variante de algo ya conocido. La “burbuja” puede generar una falsa sensación de diversidad y de innovación, cuando en realidad está restringiendo el acceso a ideas genuinamente revolucionarias. No obstante, la fusión entre arte y tecnología nos brinda las herramientas necesarias para romper con esta limitante. El K-Pop es un ejemplo perfecto de cómo una forma de cultura específica puede utilizar la tecnología para alcanzar una audiencia global. Plataformas como YouTube y Twitter han sido fundamentales para la difusión del K-Pop fuera de Corea del Sur. GRAN CHACO: IMPACT NFT: un proyecto que utiliza la tecnología Blockchain de los tokens no fungibles o NFT para impulsar la economía de las artesanas del Gran Chaco, y preservar la cultura, el saber ancestral y el Arte indígena. Cada Tokens no fungible que entra al mercado virtual de los cripto activos, es una pieza de artesanía realizada por mujeres indígenas, para proteger y monetizar su arte y artesanías. Realidad Virtual, una nueva era para los Museos: la introducción de tecnologías digitales en el patrimonio cultural está transformando la Museología, ya que se ha pasado de un modelo centrado en la conservación con exposiciones físicas a uno que ofrece experiencias tanto presenciales como a distancia. Los Museos están invirtiendo en el patrimonio cultural digital para entablar nuevos diálogos con los visitantes, mediante la realidad Virtual, que permite al público recorrer las galerías digitales y explorar obras de arte en detalle, desde la comodidad de sus hogares. La tecnología y la tradición convergen en el mundo de los podcasts, revitalizando la milenaria práctica de la narrativa oral al ofrecer una plataforma innovadora para compartir y preservar historias. Desde curadores de contenido digital hasta creadores de experiencias en realidad virtual, la fusión entre tecnología y cultura está dando origen a profesiones que eran impensables hace apenas una década. No obstante, esta convergencia también conlleva riesgos que, aunque significativos, son dignos de ser asumidos.
*Abogada, MBA en Gestión de Empresas de Industrias Creativas y Cultura, Especialista en Propiedad Intelectual y en Tecnología. Experta en Economía Creativa, en Tasación de Obras de Arte y Pinturas. Gestora Cultural. Cofundadora de CGChain. Secretaria del Instituto de Derecho de la Propiedad Intelectual (Marcas Patentes y Derecho de Autor) Colegio de Abogados de Rosario. Directora del Instituto de Políticas Socioculturales de la Asociación Civil de Estudios Populares (ACEP) partner en Argentina de la Fundación Konrad Adenauer de Alemania (KAS).