Comprar a través de Internet se ha vuelto un hábito muy común, en especial luego de la pandemia. La mayoría de las personas que manejan dispositivos sabe cómo adquirir un producto en tan solo unos clicks, pero para que esa acción suceda con éxito y el comprador regrese en un futuro a repetir el proceso, hay una compleja maquinaria detrás que involucra a consultores, desarrolladores y creadores de contenido.
No es lo mismo desarrollar un ecommerce de venta en plataformas propias, diseñadas específicamente para el tipo de negocio, que en las ya armadas como puede ser una Tienda Nube. Tampoco es el mismo proceso si se busca incluir la posibilidad de vender a través de Mercado Libre. Cada opción es un universo aparte y la decisión de utilizarlas dependerá del tipo de negocio, del volumen de ventas e, incluso, de la ubicación en el mapa de los compradores. ¿Qué hay que contemplar a la hora de desarrollar un ecommerce de primera línea? ¿Cómo varían los servicios de acuerdo con el rubro o el público objetivo? ¿Cuánto sale la implementación?, son algunas de las preguntas que suplemento Negocios intentará responder en esta nota.
Definiciones para el desarrollo del ecommerce
El comercio electrónico es la compra, venta, distribución, suministro de información y marketing de productos o servicios a través de internet. En la actualidad, existen cuatro tipos de comercio online: empresas que venden a consumidores (el clásico “B2C”, Business to Consumer); empresas que le comercializan a otras empresas (llamado “B2B”, Business to Business); venta por parte de empresas a instituciones de gobierno (“B2G, Business to Goverment) y, por último, las plataformas en las cuales los consumidores compran y venden entre ellos (“C2C”, Consumer to Consumer).
Si bien cada una de ellas tiene sus propias reglas, hay una estructura básica que se repite y aplica a todas. El consultor de ecommerce, Luciano Sacco, la repasa: “Como punto inicial, es necesario comprender la lógica de lo digital y contar con ciertos elementos como una marca registrada, un dominio web y un hosting donde se almacenarán los archivos del sitio web”, menciona.
Más de 12 millones de personas compraron por internet en 2013.
Más de 12 millones de personas compraron por internet en 2013.
Para simplificar un poco las explicaciones, Sacco sugiere tomar como ejemplo un portal de venta online de indumentaria, que es de lo más frecuente y solicitado en el mercado: “Se puede vender de todo como electrodomésticos, repuestos para autos, iluminación y mucho más, pero los artículos de indumentaria y moda son de los que más se trabajan por la rotación del producto y la venta a diversos públicos en simultáneo”, explica.
Partiendo de allí, insiste en la importancia de entender que lo virtual y lo presencial son totalmente distintos en materia de ventas: “No necesariamente pasa lo mismo en el canal digital. Es un mercado con sus propias reglas y no hay que intentar cambiarlas o inventar nada. Hay que entender esa lógica y aplicarla. Y eso involucra integraciones para pagos, envíos, como también los mecanismos de compra y la generación de contenidos según lo que el usuario acostumbra a ver”, aclara.
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¿Tienda Nube, Mercado Libre o desarrollo propio?
A la hora de implementar una tienda virtual, en la actualidad existen distintas opciones que simplifican los procesos. Por ejemplo, Tienda Nube es una plataforma muy usada por los emprendedores y las pymes, se comienza en un básico y luego se puede ir mejorando el servicio. Sin embargo, Sacco advierte que tiene sus limitaciones: “En principio la experiencia es básica y bastante impersonal, con un administrador que no permite grandes personalizaciones. Por otro lado, te resuelve la necesidad, pero tiene integraciones limitadas que, a medida que el negocio crece, se vuelven inconvenientes. Por ejemplo, si uno precisa sumar un sistema de CRM o de stock porque tiene negocio presencial y virtual. Lo mismo si queremos utilizar una plataforma e-mail marketing, solo podés integrar las que ya utiliza Tienda Nube”, explica el consultor.
Otra tema para tener en cuenta es que por el momento “no se puede integrar a Correo Argentino, solo OCA o Andreani, por lo que puede ser una limitante a la hora de enviar productos a ciudades o pueblos donde no hay sucursales de estos correos”, comenta.
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Las cuentas en las apps de pagos y de compras, uno de los blancos de ataques de los estafadores.
¿Y qué sucede con Mercado Libre?, Sacco opina: “Tiene sus cosas buenas como la popularidad en el país. Ayuda con la visibilidad, pero los costos son altos y las comisiones varían de acuerdo con la vertical. Si vendés ropa, te cobra un 23% por cada venta. Tiene sus propias reglas y hay que acomodarse a eso, como por ejemplo, el ranking por envíos: si despachás a tiempo te puntea alto, pero si no te baja el puntaje y no te muestra en las búsquedas”. A esto se suman los riesgos de desarrollar un negocio en una plataforma ajena, donde siempre está el peligro de que las normas de juego cambien sin previo aviso.
La aventura de la plataforma propia
Otra opción es lanzarse a hacer el camino de desarrollar un ecommerce propio, que tiene también sus puntos positivos y sus puntos negativos. Lo bueno es que se hace a medida, pero como toda innovación lleva tiempo e inversión. El desarrollador de ecommerce, Walter Leonhard, explica que, para que sea un éxito, “se trata de integrar “APIs”, que son programas que se interconectan entre sí, como el sistema de gestión, la web, la facturación, el stock y los operadores logísticos”.
En lo que respecta a costos, Leonhard detalla que la puesta en marcha de un ecommerce con integraciones puede salir unos u$s 1.500 y asegura que demanda un trabajo de 20 días. El precio puede variar también según qué tipo de hosting precise la web: “Dependerá de cuánto tráfico se espera recibir. Si es un ecommerce que participa de ferias como Hot Sale o Black Friday, tiene que ser potente para que se adapte a la recurrencia de muchos usuarios”, comenta. Por último, sugiere a los comerciantes que tengan paciencia: “Los ecommerce no son rentables los primeros meses hasta que la audiencia te conoce. Si uno cumple con todos los pasos y tiene paciencia, puede ser el local con más ventas y visibilidad”, agrega.
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Ver para comprar
Para que un usuario elija comprar online, tienen que estar las condiciones dadas para que pueda interactuar con el producto lo mejor posible: “La experiencia del usuario dentro de la tienda es todo. Cuando uno tiene un desarrollo propio puede controlar los detalles para que esto se cumpla”, explica Sacco y agrega: “La web democratiza precios y competís con todos los de tu rubro, entonces para destacarse el paso a paso tiene que ser claro y eficiente”.
Además, añade que “la compra es una instancia 100% emocional” y para dejar al usuario tranquilo, el proceso debe ser breve (en 4 o 5 clicks máximo). “Después que comprás, la incertidumbre es enorme, por eso los mensajes de interacción son importantes para que el comprador sienta que del otro lado hay un vendedor. Lo mismo la integración con el operador logístico para que el usuario tenga el trakking del envío inmediatamente y conozca en qué etapa está su compra”.
Simular la experiencia de compra real es una de las premisas básicas a seguir. En ese sentido es fundamental generar contenido visual para que el usuario pueda interactuar con el producto como si lo tuviese en la mano. Bárbara Marzetti es fotógrafa y está especializada en la creación de contenidos en foto y video para ecommerce de indumentaria, accesorios y objetos, a los que suma fotografía para campañas: “Cuando hacemos foto para un ecommerce, siempre hay que contemplar el fotoproducto y el modelo porque solo no es atractivo ni representativo. La gente quiere ver cómo queda o cómo se usa lo que va a comprar”, explica.
En la fotografía de venta online, también hay reglas a seguir: “Se deben generar escenarios lumínicos iguales con luces claras para que no se note que los objetos pueden haber sido fotografiados en distintas ocasiones”, aclara la profesional y agrega: “Se hacen generalmente en fondo blanco y siempre se captura frente, dorso, detalle y detalle. Es decir, por producto se sacan 4 tomas o más. Luego se repite lo mismo con el look armado: modelo al frente, dorso y los detalles. A su vez el modelo siempre respeta las mismas poses”.
Una sesión contando estudio fotográfico, fotógrafo especializado, productor asistente, estilismo, maquillaje, modelo, preproducción y edición, ronda unos $280.000 por hora. Todos elementos claves para que la sesión sea ágil y se resuelvan unos 80 looks en unas 4 horas de trabajo intenso. Si todas las partes son especialistas en este segmento de trabajo, también puede alcanzar el tiempo para realizar contenido de redes extra como videos tipo reels sencillos. Luego, editar el contenido de fotos, lleva entre 4 y 5 días hábiles.
Redes sociales: aliadas incondicionales
La generación de contenido en redes sociales es parte de un ecommerce, ya que es la vidriera del negocio: “Si no hacés marketing digital como, por ejemplo, pauta online, y no generás contenido en redes, no abriste un canal digital y no podés esperar tener éxito”, agrega Sacco. Por su parte Marzetti opina: “La seriedad que le ponés al ecommerce representa la solidez de la marca. Más bueno es tu tienda online, mejor es tu marca”.