Corría el 2001 cuando, a fuerza de buscar un ingreso extra, Marcela Sévola complementó su trabajo de odontóloga con la pastelería. En el quincho de su casa en la ciudad de Venado Tuerto empezó con sus primeras creaciones dulces que vendía, sobre todo, a conocidos.
El proyecto tomó vuelo con los años y pudo acaparar cada vez más pedidos, hasta llegar a crear una marca que hoy es referencia de una torta en particular: los rogeles.
Bajo el nombre de “Los Rogeles de Marcela”, la venadense desplegó una cadena comercial con capacidad para atender cientos de encargos que llegan desde distintas ciudades de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos. A esto se le suma la capacidad productiva de dos fábricas instaladas en su Venado natal y en la ciudad de Elortondo, con un sistema de transporte logístico para realizar envíos rápidos que mantengan las condiciones óptimas.
“También abrí dos locales de venta directa al público, uno en Venado Tuerto y el otro en Rosario, donde tengo gran cantidad de clientes. Siempre hicimos un único tamaño de rogel, del que salen más de veinte porciones, por encima de los tradicionales”, contó Sévola en diálogo con el suplemento Negocios, y confesó entre risas que algunos clientes, en su afán por darlos a conocer, los guardaron en sus valijas y se los llevaron en sus viajes al exterior.
Raíces familiares en el rogel
La pastelería siempre fue para Marcela un hobby, o como ella dice, una actividad que le salía bien y de la cual disfrutaba en sus ratos libres. La crisis del 2001 cambió todo y fue el puntapié para animarse a emprender. “Yo trabajaba en un consultorio odontológico y arranqué con este proyecto en paralelo. Fue en el 2011 que mi sobrina, Florencia Gutiérrez, se recibe de nutricionista y se convierte en mi socia. Siempre el rogel fue la estrella y con el tiempo, decidimos dejar de hacer otras preparaciones y enfocarnos 100% en este postre”, contó Sévola sobre los orígenes de esta iniciativa.
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El rogel es el único postre que produce Marcela Sévola y logró montar una industria que vende más de dos mil por mes.
Foto: gentileza Los Rogeles de Marcela.
Si algo diferencia a los rogeles de Marcela de la competencia es su receta, que, si bien respeta los ingredientes típicos de esta torta como son el dulce de leche y el merengue, fue adaptada por la venadense hasta lograr una textura única. “El que todos conocemos es alto y lleva merengue arriba. El mío es bajo en altura y lleva una masa muy fina, similar a una hoja de papel que va pegada con el dulce de leche. Este último es mucho más fluido que el repostero y hace que el bocado no sea tan seco al probarlo. Tampoco usamos merengue italiano, sino suizo, suave y cremoso”, explicó la emprendedora.
Un dato de color es que el negocio comenzó llamándose “Dulces Momentos”, pero el rogel acaparó casi toda la atención y al momento de preguntar dónde se podía conseguir, la gente respondía que eran “de Marcela”. Fue entonces que las socias adoptaron este sello cuando decidieron unificar la propuesta y ofrecer solo esta opción dentro del menú. Igualmente, durante la pandemia, empezaron a venderlo también de a mitades o en porciones que equivalen a un cuarto de la torta entera.
La repercusión fue muy favorable, ya que había personas en sus casas que querían darse el gusto con algo dulce, sin necesidad de afrontar la compra de toda una unidad. Lo mantuvieron hasta la actualidad y mientras que el precio por la totalidad ronda los $41 mil, la persona puede optar por comprar solo la mitad por un valor de $23.900 o un cuarto de rogel a $15.500 mil.
Estructura industrial
Embarcarse en la producción a gran escala le requirió a Marcela mejorar su estructura de trabajo, con la adquisición de máquinas específicas y un espacio grande para su posterior instalación. La primera fábrica la abrió en Venado Tuerto para responder encargos de ciudades cercanas. Al poco tiempo montó una segunda en Elortondo, de donde salen la mayor cantidad de pedidos, tanto para el interior como para Buenos Aires. A su vez, una parte de lo fabricado se destina al local que la marca tiene en Rosario, sobre calle Ovidio Lagos al 600.
En este sentido, Nicolás Crego, hijo de Marcela y quien administra el negocio en la ciudad, consideró que el crecimiento en las ventas es considerable. No solo el boca a boca tuvo que ver en esta repercusión favorable, sino una estrategia sostenida en publicidad, para dar a conocer la marca a un público mayor, con inversión en medios y en redes sociales.
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La torta rogel que elabora Marcela lleva más de un kilo de dulce de leche.
Foto: gentileza Los Rogeles de Marcela.
En promedio, salen 200 rogeles por día de las dos fábricas, ya que, al tener puntos de reventa en distintas zonas, más allá de los pedidos directos que atiende a través de redes sociales y WhatsApp, debe abastecer a sus revendedores. Se trata de personas particulares que decidieron trabajar con Marcela a partir del 2021, comercializando sus tortas, a cambio de un porcentaje. Por eso, la santafesina puede jactarse de haber estructurado una cadena de ventas relevante, lo que además de profesionalismo implicó transformar su emprendimiento en una pyme, con quince empleados fijos y decenas de colaboradores.
“El rogel tiene mucho trabajo artesanal y poco industrial. Lo que hacemos con máquina es el preparado del bollo grande de masa, que luego va a una cortadora para sacar la cantidad justa de gramos para cada disco. Una unidad pesa 2 kilos y medio, tiene un diámetro de 32 centímetros y usamos más de un kilo de dulce de leche. Hacemos decoraciones personalizadas según lo que nos piden los clientes”, explicó la emprendedora y agregó que, casi todos los bares de Venado Tuerto, tienen la porción de torta para vender con el café.
Si bien el año pasado la producción se complicó por los aumentos constantes en materia prima como la manteca y el dulce de leche, hace ya unos meses que, según Marcela, los precios se mantienen más estables, mejorando la previsibilidad del negocio. “Nunca resignamos la calidad, ni en los peores momentos, si no perdés la pasión, mantenés el objetivo y le das para adelante, se llega siempre. Es muy importante en el país donde vivimos tener esto presente”, aseguró Sévola.