En 1998 abrió sus puertas en Taipéi, la capital de Taiwán, el primer café de gatos, un espacio que ofrecía a los clientes los servicios y comodidades de un bar tradicional, pero con la diferencia de que la estadía se disfrutaba en compañía de felinos de múltiples razas y edades. Esta idea se contagió a distintas partes del mundo y finalmente llegó a Rosario el año pasado de la mano de Gatogasinos, negocio de este tipo pionero en la ciudad y uno de los pocos que hay actualmente en el país, ubicado en una antigua casa en calle Cochabamba 1488.
La apertura estuvo en manos de Cecilia Fogel, quien conoció de primera mano los “cat cafés” en un viaje que hizo a Europa, más precisamente a Milán, donde tuvo la oportunidad de recorrer uno. En su caso, al trabajar como terapeuta holística la propuesta la pensó desde un enfoque integral que combinara lo mejor del café y los panificados con la posibilidad de compartir un momento de cariño y juego con los nueve gatos que habitan el bar. Todos fueron rescatados por la emprendedora y su pareja y se encargaron de darles asilo y crear un nuevo hogar especial para ellos.
“Quería recrear un ambiente holístico, donde los clientes puedan conectar con su esencia sin saberlo, estando en calma y en armonía. Cada vez más familias adoptan gatos por la energía que transmiten y se me ocurrió recrear un espacio para que puedan vivir la experiencia de desayunar o compartir una merienda junto a los michis”, contó Fogel a Negocios, sobre el lugar que lleva ocho meses abierto y tuvo su debut en octubre del año pasado.
gatogasinos.jpg
Los murales le dan un toque distintivo al lugar.
Foto: Héctor Rio / La Capital
Si bien uno podría pensar que la novedad del momento quedó atrás, lo cierto es que el público de Gatogasinos no para de crecer. Ya sean personas que buscan repetir la experiencia como curiosos que se aventuran a conocerlo por primera vez, la recepción fue muy buena e incentiva a la pareja a seguir adelante con el proyecto.
El mismo también contempla alojar temporalmente a felinos que necesitan una adopción responsable, sirviendo como nexo entre las protectoras y posibles adoptantes. En este sentido, Fogel aclaró que los nueve gatos que viven en el bar están con ellos de forma permanente, mientras que los gatitos en adopción los mantienen separados, ya que el negocio no tiene el permiso para funcionar como hogar de tránsito.
>>Leer más: Pensaba que su gata estaba enferma, pero luego descubrió que no era gata
Un hito en la ciudad
La propuesta no solo se destaca por ser innovadora, sino que marcó un precedente en la ciudad al lograr la habilitación como bar, algo que no fue tarea sencilla, dado que al estar en convivencia con animales, la pareja tuvo que cumplir estrictos protocolos y controles para poder funcionar con expendio de comidas y bebidas. Sin embargo, Fogel destacó el apoyo de la Municipalidad en todos los trámites realizados.
“Fue muy importante porque acá vos entrás de forma libre como a cualquier bar, te sentás y consumís. En Buenos Aires había experiencias similares a la nuestra, pero con la diferencia de que no estaban abiertas al público, una fue con unas chicas que ofrecían un servicio gastronómico en su casa junto a sus gatos y después hay otro café que abrió y que es con reserva previa. Acá la gente ingresa libremente y si está lleno espera hasta que se desocupe una mesa”, explicó.
https://graph.facebook.com/v8.0/instagram_oembed?url=https%3A%2F%2Fwww.instagram.com%2Fp%2FCrgAGEFOs_x%2F&access_token=EAAGZAH4sEtVABAAmrc4uGz1rEjazdB0sT8RyHw4mAC8ZBjkiuqP6OiZBF9k3KfaM00sYaOEGn0z3ZAMCYP2GwovzVuzJrTpYTxvR99mG9Ct5gLIenBsLB5RqiFZALIE7J0LbTBUbCaS4I88SQ0LEmdLcHgS7PTCDaj7slMshZBUFQJLCMoeSgbUwDy0KkU1fQZD
Entre los requisitos que debieron cumplir para lograr la habilitación, se encuentra la restricción a producir alimentos dentro del local. Todo lo que venden llega ya cocinado y listo para despacharse en el momento por cuestiones de bromatología. Además, el lugar debió ser adaptado para el hospedaje de felinos, cerrando la terraza y los espacios que dan a la calle para evitar que se escapen y mantenerlos dentro de un entorno seguro.
Vale destacar que los nueve integrantes están vacunados y se les realizan chequeos de salud a menudo para evitar la propagación de enfermedades. La limpieza también es punto fundamental, más aún si se tiene en cuenta la gran cantidad de pelos que pierden los felinos por día.
“El bar es su casa, ellos están siempre acá y lo recorren, se dejan acariciar aunque a veces prefieren irse. Tenemos juguetes para que las personas se entretengan con ellos y muebles distintos niveles de altura, porque a muchos les gusta trepar. Algunos clientes me consultaron si podían venir con sus propios michis, la realidad es que son animales que se estresan si los sacás de su hábitat, la idea es que compartan solamente con los nuestros”, indicó la emprendedora.
Gatogasinos abre de martes a sábados de 9 a 13 hs y de 16:30 a 19:30, mientras que los domingos lo hace solo por la mañana y los lunes permanece cerrado. En cuanto a los productos que podrán encontrarse en su interior, además de trabajar con buen café, todas las elaboraciones son adquiridas a productores independientes y ofrecen combos de desayuno y meriendas, además de otras opciones típicas como medialunas, alfajores, comidas veganas y sin tacc.
“Estamos muy felices con la recepción que tuvimos. Han venido a conocernos de todos lados del país y tenemos muchos chicos de Brasil que son estudiantes acá en Argentina y vienen seguido al bar. Es un emprendimiento que abrimos con mucho amor y que sostenemos junto a mi familia, me ayuda desde mi hija hasta mi sobrina”, agregó Fogel.