Gabriel Fernández es un empresario con una energía arrolladora. Sabe gestar proyectos y hacerlos realidad, así lo hizo cuando plantó bandera con AFG Ingeniería o cuando hizo resurgir el molino de su pueblo, Irigoyen. Está convencido de que hay que ser protagonista de los cambios que requiere una sociedad y no quedarse en la queja pensando que son los demás los que deben modificar un entorno. Con esa cosmovisión del mundo se planta hoy para levantar una nueva industria, la del futuro, creando con su socio Ezequiel Sala la primera planta de Latinoamérica que fabricará bioplásticos a escala industrial. Una producción sustentable clave a nivel global, porque si hay un componente complicado para ser degradado ese es el plástico, se calcula por ejemplo que una botella tarda hasta 500 años en desintegrarse.
Con todo esto sobre la mesa, la decisión de Gabriel y Ezequiel fue la de pensar en un proyecto industrial a gran escala, porque veían que se estaba trabajando en biodesarrollos en laboratorios pero que luego era -y es- muy difícil poder llevar esos descubrimientos a una posibilidad real en el mercado. “Este tipo de inversiones son muy importantes, desde el momento cero tomamos la decisión de hacer las cosas bien, sin improvisar. Estamos haciendo la planta, las oficinas, salas de reuniones, dos laboratorios, más la parquización, todo con una mirada sustentable. Muchos investigadores tienen un desarrollo, pero no tienen escala industrial, no tienen donde hacerlo. Así que en Bionbax queremos darles una solución, dar oportunidades”, explica Gabriel en esta entrevista con suplemento Negocios de La Capital.
Exterior-3.jpg
Así será la planta de Bionbax en el parque industrial de Roldán.
Ahora bien, lo primero será la fabricación de su primer bioproducto, pero ¿cómo se logra este plástico? Desde hace seis meses, tras un acuerdo con un centro de desarrollo polaco, se están llevando adelante las pruebas y procesos para hacer el bioplástico a base de bacterias. Son esas bacterias las que, en un medio controlado, se las pone en contacto con una fuente de carbono y a partir de allí se alimentan y reproducen. En esta fase, están probando con dos fuentes de carbono: aceites y azúcares para ver cuál les da el mejor resultado, cuál es más estable y se puede sostener en el tiempo. Tras definir ese proceso llegará la etapa final, donde se separan los líquidos y lo que quedará es el flamante pellet de bioplástico. Calculan que todo el proceso se realizará en algo más de 50 horas.
Gabriel explica que lo que ellos producirán es materia prima para que luego la utilicen en las distintas industrias vinculadas al plástico, donde las más interesadas son las de alimentación y farmacéuticas. “Hoy acceder a la materia prima de cualquier producto es siempre complicado, nosotros vamos a producir bioplástico con todos elementos locales, es decir, no necesitamos importar nada para hacerlo”, agrega Gabriel en un contexto nacional donde importar no es sencillo.
Planta Industrial Bionbax Avance de Obra Junio 2023
Lo que sí llegarán desde afuera es la tecnología que van a instalar en la planta, que está ubicada en el parque industrial Jorge Luis Oldani de Roldán. Los equipos llegarán desde Colombia, hay tecnología para los laboratorios y para la nave donde irán los tanques de fermentación de las bacterias. Gabriel agrega que “el 100% de lo que vamos a producir podría ser exportable, pero no creo que podamos darnos ese lujo porque en el país hay gran demanda de bioplásticos”, por lo cual calcula que en una primera etapa trabajaran sólo para el mercado interno. Producirán entre 30 y 40 toneladas mensuales, lo que los lleva a unas 400 anuales que asegura “es poco para la gran demanda que hay”.
La inversión para montar toda la estructura oscila entre los u$S5 M y los u$s8 M y la están haciendo con fondos propios. Respecto del tema del financiamiento, Gabriel analiza que “no es fácil conseguir inversores para proyectos industriales, porque muchos son más conservadores y sólo invierten en el sector inmobiliario. Nosotros somos más arriesgados”.
Produccion1.jpg
Los tanques donde se reproducirán las bacterias que generan el bioplástico.
Rumbo a Polonia para traer know how
Los socios de Bionbax se animaron a esta inversión porque ya vieron los resultados que ha dado la investigación y desarrollo en el agro. Justamente Ezequiel viene de trabajar durante veinte años en la producción de inoculantes biológicos, por lo cual trae el expertise de ese campo. En lo que respecta a la capacitación para la puesta en marcha de la fábrica, que se calcula que empezará a producir en febrero, esta semana partió para Polonia uno de sus colaboradores que estará seis meses estudiando de cerca el proceso que se está llevando adelante en el Jerzy Haber Institute of Catalysis and Surface Chemistry de la Academia de Ciencias de Polonia, un instituto pionero en el desarrollo de tecnología para la producción de biopolímeros. Una vez que finalice la capacitación, volverá a Roldán a comenzar el proceso local.
La proyección a largo plazo es ambiciosa, porque una vez que la planta esté funcionando al 100% lo que harán los socios es desarrollar un modelo de negocios que les permita replicar el mismo proceso en distintos países de Latinoamérica. Es que si todo sale como lo tienen pensado, esta planta estará al nivel de las que hay en Irlanda, Estados Unidos, China o Corea donde ya se produce este tipo de bioplástico. “Estamos construyendo un modelo industrial de biodesarrollo para Latinoamérica, y esta es además una oportunidad para los inversores de Argentina porque nosotros estimamos que tiene un retorno de inversión de 5 años”, estima Gabriel. Es que en una primera etapa los clientes con los que ya están hablando son de la industria de los alimentos y fármacos nacionales, pero luego -una vez que puedan escalar- la mira estará puesta en la potencialidad de los desarrollos fuera del país.