Grupos ambientalistas del Cordón Industrial denuncian el faltante de 850 tubos de gas de cloro, de una tonelada cada uno, que habrían sido enterrados en la ex fábrica Electroclor, en la planta de la Petroquímica Bermúdez, de la ciudad de Capitán Bermúdez, en el marco del hallazgo de otros mil, en una causa judicial que involucra al ex dueño de la firma, el empresario Sergio Taselli, y que fuera archivada por el ex fiscal regional de Rosario Patricio Serjal, publicó el portal La Nación.
El faltante se produjo en la Petroquímica Bermúdez, una planta situada sobre el río Paraná, a cinco kilómetros del límite con el departamento Rosario.
La situación de abandono de las instalaciones de donde funcionara la Petroquímica Bermúdez (ex Electroclor), cerradas desde 2013 y donde no se ha realizado ningún tratamiento sobre las sustancias tóxicas remanentes, generó una denuncia del Taller Ecologista de Rosario. “Es una bomba de tiempo, está en riesgo la salud de la población. El Estado debe actuar de manera urgente”, había alertado el Taller.
Además, recordaron que “hay tubos y tanques que están cargados y no tenemos certezas de su contenido, algunos tienen etiquetas que dicen cloro o la numeración que identifica al mismo; otras dicen benceno; también hay amianto, almacenado en deplorables condiciones”.
El jueves 13 de septiembre de 2018 la Policía de Investigaciones y el Ministerio Público de la Acusación allanaron el predio de la empresa Petroquímica Bermúdez S.A por denuncias sobre presunto daño ambiental. La medida fue ordenada por la fiscal Verónica Caini y llevada adelante por el área de Ambientales de PDI, junto a Bomberos Zapadores, Ministerio de Medio Ambiente y la Empresa Provincial de la Energía.
El gas de cloro es un producto químico peligroso, de muy alto grado de contaminación y que en cantidad constituye “una bomba ambiental”, como definió el fiscal rosarino Luis Schiappa Pietra, durante la investigación.
Tras el cierre de la planta y las sucesivas inspecciones, se hallaron mil tubos con ese producto químico, pero ahora se constató el faltante de otros 850, que se presume que pueden estar enterrados, lo que significa algo más complejo que si hubieran sido tirados al río Paraná, por una posible filtración a las napas de agua.
El gas cloro es una sustancia de color amarillo verdoso, venenosa y comburente, que se utiliza para oxidar los metales pesados que contiene el agua, eliminar las bacterias y garantizar la calidad óptima para su consumo. Ello utilizado en su dosis correcta, pero en cantidades como las señaladas y expuesto al inexorable paso del tiempo sin control alguno, se convierte en una sustancia altamente peligrosa.
En este sentido, referentes ambientalistas advierten que una fuga masiva obligaría a la evacuación completa de las ciudades de Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria, como mínimo.
La situación de abandono de las instalaciones de donde funcionara la Petroquímica Bermúdez (ex Electroclor), cerradas desde 2013 y donde no se ha realizado ningún tratamiento sobre las sustancias tóxicas remanentes, generó una denuncia del Taller Ecologista de Rosario. “Es una bomba de tiempo, está en riesgo la salud de la población. El Estado debe actuar de manera urgente”, había alertado el Taller.
Además, recordaron que “hay tubos y tanques que están cargados y no tenemos certezas de su contenido, algunos tienen etiquetas que dicen cloro o la numeración que identifica al mismo; otras dicen benceno; también hay amianto, almacenado en deplorables condiciones”..
“Una bomba ambiental”
“Es una bomba ambiental”. “Así definió el fiscal Luis Schiappa Pietra a la situación que presenta la ex planta industrial Petroquímica Capitán Bermúdez (ex Electroclor), sobre el último informe ambiental que recibió”, publica el portal SL24.
La planta cerró durante la década pasada y desde entonces jamás se llevó a cabo un trabajo serio para reparar su pasivo ambiental, mientras se sucedieron denuncias de entidades ambientalistas que llegaron hasta la Justicia.
Luego de diversas constataciones en las que no cabía duda sobre la irresponsabilidad con la que actuó su último dueño, Sergio Taselli, el ex fiscal regional Patricio Serjal ordenó el archivo de esa causa, que se había abierto en la Fiscalía San Lorenzo.
Por esa razón Serjal es investigado -junto a otras causas-y el último 23 de diciembre se había fijado audiencia, en los Tribunales de San Lorenzo, para que prestara declaración. Sin embargo ello no se concretó porque el magistrado actuante entendió que no había causa alguna, pues la que oportunamente se dedicó a este tema fue archivada y se excusó.
El último 31 de diciembre, la jueza de Cámara Georgina Depetris avaló el pedido de recusación del juez y, tras la finalización de la feria, Sergio Tasselli y sus socios deberán enfrentar la imputación que probablemente pueda estar acompañada de un pedido de detención.
Las sospechas que pesan sobre Serjal para cerrar una causa que tenía sobradas pruebas de irregularidades fue el cobro de sobornos que habría superado los 180 mil dólares, según revelaron fuentes de la investigación.