Mediante un primer engaño y la repentización, los delincuentes logran su primer cometido. Se sientan en el verde de los parques de la costa central, o bien en los espacios públicos del macrocentro para advertir a sus víctimas. Les comentan que no están armados, pero sí que hay cómplices en moto con armas de fuego vigilándolos. El ardid, una vez que infunden el miedo, se hace rápido: les advierten que deben entregarles los celulares y desbloqueados para verificar si no están comprándoles droga a grupos rivales. Los que caen en la trampa se llevarán una sorpresa aún mayor: verán saqueadas sus billeteras virtuales o el acceso a claves bancarias, además de haberles robado los equipos de telefonía.
Voceros de Fiscalía consultados por este diario no pudieron especificar si estas situaciones se han materializado en denuncias concretas, o bien se detallan en lo que describen los damnificados de un robo con estas características. Pero en el Ministerio de Seguridad santafesino admiten que se han registrado hechos en los últimos años con similares características.
Ya existen antecedentes, muchos de ellos circulan por las redes sociales y en octubre pasado La Capital dio cuenta de uno de ellos. Dos adolescentes timaron a dos jóvenes que disfrutaban del Parque Independencia sentados en una lona. Les quitaron los celulares, billeteras y los obligaron a entregarles las claves bancarias que estaban en sus aparatos.
Ecos en las redes
Ahora, se repiten los casos y repercuten en X. Agustín, un usuario reprodujo un mensaje donde se narra que en el parque España se dan situaciones similares "desde hace un año". El ardid es idéntico, los perfiles de las víctimas también. Llegan de dos o tres. "Llegan amistosamente, te piden sentarse y te piden sentarse". Tienen entre 16 a 20 años, "te dicen que están armados, que no te van a robar pero que están respaldados por "dos más por las dudas que son sicarios". Una vez infundido el temor, pasa la fase 2: se identifican como quienes manejan la zona en la venta de droga y le piden a las personas "revisar" el celular para corroborar que no le compran a la competencia. El "chamuyo" sigue y el hostigamiento también. En general a plena luz del día en el medio de toda la gente. Algunos tienen los reflejos y la valentía de levantarse y retirarse, pero otros caen en la trampa.
El posteo de este usuario tuvo mucha interacción con quienes se reflejaron en la misma situación y describieron cómo ocurre en otros espacios verdes de la ciudad. En el parque de las Colectividades, "se te sientan a hablar con esa excusa de la droga y te terminan robando, pero sin hacer nada violento. Buscan gente distraída".
"También en la plaza de Mitre y Pasco", sumó Ricardo en X. "A mi hermana le pasó. Le pidieron el celular y hasta la clave. Le dijeron que iban a revisarlo, que no se dieran vuelta porque tenían armas y les iban a disparar. Así se llevaron el celular de ella y el del chico con el que estaba", se agregó otro usuario. "En el Parque Independencia también roban de esta manera. Te sacan el celular y te piden la contraseña para desbloquearlo", agregó una chica. Daniela pidió que se usen las cámaras de videocontrol que hay instaladas en los parques para identificarlos y detenerlos.
"A un familiar y le robaron el celular ahí cerca de los Silos Davis", cuenta otro usuario y narra que cuando fueron a hacer la denuncia el policía dijo estar en conocimiento por otras denuncias similares.
Morena también contó que ocurre lo mismo en el parque Independencia. "Se le acercan a parejas diciéndoles que a ellos les llegó la información de que una parejita anda vendiendo en su zona y te piden el celular para llevárselo a su jefe y verificar si tiene algo". Otro cuenta que le pasó como víctima en el Independencia. Camila contó que le robaron de igual modo hace tres años atrás, también en el Independencia. "Mismo chamuyo, mismos, con armas blancas. A plena luz de día con miles de personas al lado". Otros se indigna al señalar que "incluso con denuncia policial no pasa nada; zona liberada en robo de autos con sustracción de información o llaves para luego robar en domicilios. Siguen impunemente".
La cadena de interacciones se multiplica y se agregan testimonios. "Me lo hicieron en la plaza López hace unos años. Exacto lo mismo. Horrible situación. Nadie hace nada", indican. "A mis amigos y a mí nos pasó en el Patio de la Madera. No nos llegaron a robar, pero igual da bronca", agregan.
El 5 de octubre pasado, este diario reprodujo en una nota la situación que atravesaron dos jóvenes que fueron robados con la misma modalidad. Ocurrió mientras caminaba mucha gente a su alrededor en la zona del Independencia entre los botes del Laguito y el puente que da acceso a bulevar Oroño, cerca del Jardín de los Niños.
"Nos dijeron que ustedes venden porro. Más vale que hagan todo lo que les digamos. Nuestro jefe está en un auto acá al lado mirando todo", les escuchó decir Eugenia y su novio a los dos asaltantes. "En un momento cuando ya les habíamos dado los teléfonos nos dijeron que iban a ver si teníamos el contacto de un transa en la agenda del celular y que si era así volvían directamente a pegarnos un tiro. Fue muy angustiante", había indicado a La Capital. Los jóvenes asaltantes se llevaron los teléfonos con todas las contraseñas y las billeteras con tarjetas bancarias, los documentos de identidad y licencias de conducir.
Cuando luego de un largo peregrinar finalmente les tomaron la denuncia una empleada de la guardia le contó a Eugenia que una semana atrás se había denunciado un hecho calcado en el mismo lugar. "Me dijo que les habían robado a unos estudiantes de Paraná que contaron exactamente lo mismo", comentó la chica. "La empleada nos preguntó si recordábamos si los chicos que nos robaron tenían un piercing y un tatuaje en el cuello", algo que la víctima se acordó al instante.