Tras la seguidilla de ataques e intimidaciones a colectiveros, este martes por la tarde se llevó adelante una reunión entre el Ejecutivo municipal, funcionarios del Ministerio de Seguridad de la provincia y representantes de UTA. Tras el encuentro el intendente Pablo Javkin pidió que "no le pidan detalles operativos porque a veces desemboca en nuevos hechos".
Al término del encuentro, mandatarioprecisó que escucharon a los choferes y las preocupaciones que manifestaron. "Los detalles operativos no los vamos a hacer públicos", aclaró pero anticipó que se trata de cuestiones operativas ligadas a la investigación, los procedimientos de aviso y cómo se distribuye el personal policial en la calle.
Mientras los trabajadores deciden si retoman el servicio, Javkin sostuvo que "ninguno de los presentes tiene duda de la gravedad de la situación". "Esto pasa hoy en Rosario con una definición de atacar el funcionamiento normal de la ciudad a partir de los servicios públicos. Lo hicieron hace 15 días con cuatro homicidios y lo están haciendo hoy con metodología de amenazas", analizó.
Por otra parte, afirmó que la prioridad es que la ciudad "funcione normalmente" pero que tampoco "son temerarios ni dejan de entender que el sector de los colectivos perdió a dos trabajadores que fallecieron por hechos de inseguridad en el último tiempo".
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El ataque contra el colectivo de la línea 143 Negra.
En ese sentido ,el intendente insistió que las prioridades son trabajar por la normalidad del funcionamiento de la ciudad y simultáneamente "no retroceder en absoluto en ninguna de las medidas que se adoptan para prevenir el delito".
En tanto, Esteban Santantino, secretario de Análisis y Gestión de la Información del gobierno provincial indicó que "la decisión política del gobernador Pullaro es seguir adelante, siempre dialogando con los damnificados".
"Los hechos son muy difíciles de prevenir. Si reforzamos el interior de los servicios públicos, no podemos evitar las agresiones desde los infinitos lugares desde donde pueden atacar", coincidió con Javkin.
Cuatro intimidaciones a choferes
Otra vez Rosario quedó paralizada por el miedo en las calles a partir de una serie de amenazas a choferes que derivaron en un paro de colectivos. A la medida, además, se le sumaron los taxistas que anunciaron un cese de actividad durante la madrugada del martes.
La cronología de los hechos puede tener su punto de partida en un primer caso registrado el lunes a primera hora, lo que devino en un paro que se extendió hasta entrada la tarde. Pero al caer la noche una seguidilla de intimidaciones volvió a atemorizar a los trabajadores del rubro y también al resto de la población.
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La mañana comenzó complicada. Cerca de las 4.30 del lunes, un chofer del transporte urbano encontró en un colectivo de la línea 153 un mensaje intimidante escrito a mano y acompañado con el dibujo de una bala. Con los antecedentes recientes, cuando a comienzos de marzo fue asesinado un colectivero de la línea K en medio de una ola de crímenes, los choferes decidieron realizar una medida de fuerza para reclamar garantías de seguridad para trabajar.
El paro se extendió hasta pasadas las 14.30, cuando se llegó a un acuerdo tras gestiones del gobierno provincial y el municipio con la UTA. De a poco, comenzaron a salir a la calle los colectivos y el servicio se normalizó cerca de las 16.
Ataques a colectivos
La amenaza se dio en medio de la inquietud que viven los conductores rosarinos luego de que el colectivero Marcos Daloia, de la línea K, fuera baleado en la cabeza el pasado jueves 7 de marzo cuando cumplía su recorrido en México y Mendoza, en la zona noroeste de Rosario. Murió tres días más tarde en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
Otro colectivero asesinado fue César Luis Roldán, el 2 de diciembre pasado en plena tarde, cuando conducía un ómnibus de la línea 116 por Eva Perón y Cullen y fue abordado por un joven armado y que iba acompañado por un cómplice. Le dispararon directo a la cabeza.