El Hospital Modular de Granadero Baigorria creó una Unidad de Soporte Ventilatorio no Invasivo que tiene, entre otras herramientas terapéuticas, unos 20 cascos (helmet, como se los llama en el ámbito médico) que permiten asistir a pacientes con Covid que requieren oxígeno. El objetivo de esta práctica es evitar que sean intubados.
La técnica tiene su historia pero se utiliza mucho más desde el año pasado, ya que puede disminuir la cantidad de personas que pasan de sala general a terapia intensiva.
Los buenos resultados obtenidos hasta el momento en el Eva Perón alentaron a los directivos a crear una unidad especial que está en pleno funcionamiento en esta segunda ola de contagios.
Los médicos quieren, además, recopilar información de manera ordenada y rigurosa para contar con datos que les permitan corroborar lo que ven en la práctica: la asistencia ventilatoria no invasiva, con cascos o mascarillas especiales, indicada en el momento adecuado y en pacientes bien seleccionados, minimiza las chances de que tengan que recurrir a la asistencia mecánica respiratoria (que implica sedación e intubación).
El tiempo promedio en el que una persona tiene colocado el casco o helmet es de 48 a 72 horas. El dispositivo o interface se conecta a su vez a los tubos de oxígeno que los hospitales tienen disponibles. Son los que se ubican en la pared, detrás de las camas, lo que permite no tener que contar con aparatología extra.
Una de las dificultades de esta técnica es que no todos los pacientes toleran tener colocado el casco o la máscara ya que son dispositivos cerrados y la persona está consciente. Sin embargo, la mayoría transita la experiencia sin complicaciones.
El médico neumonólogo Octavio Fernández, integrante del equipo del Eva Perón, explicó a La Capital que el casco “es una herramienta útil en el marco de una modalidad de tratamiento de ventilación no invasiva. Son medidas de sostén que no requieren ni sedación ni intubación”.
La experiencia
“El año pasado comenzamos a utilizar los cascos que nos suministró el Ministerio de Salud de Santa Fe. En un principio fue fundamental, porque el helmet disminuye los aerosoles que emana el paciente con Covid, al quedar contenidos en el dispositivo. Eso bajaba las chances de contagio del personal de salud. Hay que pensar que por entonces no teníamos ni la experiencia de tratar con el virus ni estábamos vacunados”, explicó Fernández.
“Además de eso, comenzamos a ver las otras ventajas. Y la respuesta fue buena. Si el paciente está bien seleccionado, si no esperamos mucho ni nos apuramos a colocarles estas dispositivos, se logra en muchos casos evitar la complicación de la asistencia mecánica respiratoria”, agregó el profesional.
El neumonólogo señaló que el uso del oxígeno en una persona que tiene baja saturación (algo frecuente en pacientes con Covid) se determina de acuerdo a una escala, y después de evaluar al paciente, se decide si se le coloca una bigotera, si se usa un casco o máscara especial o si debe intubarse. “Se miden muchos parámetros, los gases en sangre, la respuesta inflamatoria, un montón de datos clínicos, la frecuencia respiratoria. Se categoriza al paciente y si pasa determinados límites, la sedación y el uso de asistencia mecánica respiratoria no se discuten”, señaló.
Pero “hay una etapa previa y en determinadas personas permite colocarles el casco, máscara o usar oxígeno de alto flujo (que se suministra a través de unas cánulas) y en poco tiempo vemos si esta opción es válida. Si el paciente responde bien, suelen estar 48 a 72 horas con este dispositivo hasta que podemos retirarlo”.
Después de todos estos meses los equipos médicos fueron adquiriendo experiencia y también mirando lo que se hacía en otros lugares.
“En nuestro caso tomamos el modelo del Hospital Fernández en cuanto a soporte ventilatorio no invasivo. El doctor Guillermo Montiel nos puso al tanto de su experiencia y fue un respaldo muy importante para que en el Eva Perón avancemos con la idea de tener una unidad específica. Contamos con el espacio adecuado en el Modular y el apoyo del Ministerio de Salud provincial, que avaló este proyecto para tener más dispositivos y oxígeno de alto flujo. Estamos viendo resultados muy positivos”, comentó el especialista rosarino.
Monitoreo constante
Los pacientes que utilizan estas técnicas son monitoreados en forma constante y reciben la atención de médicos clínicos, neumonólogos, kinesiólogos y enfermeros que van tomando decisiones en conjunto para saber cuándo pasar a una instancia invasiva si la persona no evoluciona en su cuadro respiratorio o en el mejor escenario cuándo se les puede retirar el soporte. El equipo del Eva Perón espera continuar con esta experiencia y ampliarla en los próximos meses. “Si bien ahora en su mayoría tenemos pacientes con Covid se trata de terapéuticas que se usan en otro tipo de pacientes, con patologías respiratorias, por eso queremos fortalecer esta unidad”, comentó el neumonólogo Octavio Fernández.