Los gobiernos provincial y nacional firmaron ayer los contratos para la ejecución de 630 viviendas en la zona norte de Rosario, que demandará una inversión de 590 millones de pesos. La construcción de las casas, que se prevén terminar en un año, generarán entre 1.200 y 1.500 puestos de trabajo directo.
El gobernador Miguel Lifschitz rubricó el acuerdo con el secretario de Vivienda y Hábitat de la Nación, Domingo Amaya. Son las primeras viviendas con financiamiento del gobierno nacional después de ocho años sin planes federales en la provincia. El esquema sellado en esta oportunidad es que el 66 por ciento (430 millones de pesos) son desembolsados por Nación y el 34 por ciento por la provincia (que dispuso del suelo y de la infraestructura).
Los proyectos de viviendas, que beneficiarán a 3.000 rosarinos se ejecutarán en dos terrenos del Plan Habitacional Rosario Norte: el actual Parque Habitacional Ibarlucea contará con 260 viviendas y en la ex Villa Olímpica se construirán las 370 casas restantes. Las obras se dividen en cinco proyectos a cargo de las empresas Dinale SA, Dycasa Sam Epreco SRL y Fega-Sanimat.
Los proyectos de urbanización integral para la ex Villa Olímpica incluyen la construcción de viviendas sociales, provisión de redes de agua potables, energía eléctrica y desagües cloacales y pluviales. Las obras, además, contemplan la pavimentación y construcción de cordón cuneta y veredas, espacios verdes y alumbrado y arbolado público.
Las viviendas en cuestión, ejecutadas bajo el prototipo universal de la Dirección Provincial de Vivienda y Urbanismo, poseen dos dormitorios (64 metros cuadrados) y serán destinadas a demanda general.
"La política de vivienda no es una política cualquiera, sino que es estratégica, y apunta al corazón de la exclusión social con el fin de integrar a muchos ciudadanos a la comunidad", dijo Lifschitz durante el acto realizado ayer en Rosario, y consideró que "la falta de vivienda es el primer elemento de discriminación y exclusión, por eso es fundamental, además de generar trabajo y mejorar los servicios, que podamos como Estado garantizarle a cada familia un techo propio digno".
El gobernador explicó que "construir viviendas sociales genera trabajo, porque implica tres o cuatro puestos de trabajo por unidad, es decir que con la ejecución de estas 630 que estamos firmando, habrá dos mil familias que tendrán asegurado su sustento, por lo menos por el tiempo que duren estas obras".
Seguridad. Lifschitz remarcó que "a mediano y largo plazo, la vivienda va a ser la mejor respuesta a la violencia e inseguridad que la gendarmería y la policía", y explicó: "Cuando hablamos de violencia y de inseguridad, también tenemos que hablar de vivienda, porque no está desconectada una situación de la otra. Nuestra provincia, lamentablemente, durante más de una década fue discriminada en relación a la distribución de recursos nacionales para la vivienda social, y eso también tiene un impacto sobre las condiciones en que viven muchas familias en los conurbanos de Rosario, de Santa Fe y de Villa Gobernador Gálvez".
Por su parte, Amaya consideró que "la política habitacional del gobierno nacional apunta a solucionar un gran déficit que tiene el país, y vamos a lograr esas soluciones en la medida en que trabajemos en conjunto los municipios, las provincias y la Nación. Buscamos brindarle una mejor calidad de vida a los ciudadanos a través de estas obras, cuyo objetivo es la realización de las tres metas que se trazó el presidente, Mauricio Macri: pobreza cero, unir a los argentinos y combatir el narcotráfico".
En tanto, el secretario de Hábitat provincial, Diego Leone, confirmó que ya están en marcha las conversaciones con Nación para la construcción de otras 664 viviendas en Rosario bajo esta misma modalidad y también para ser levantadas en la zona norte de la ciudad. "Están presentadas todas las carpetas y ahora deben superar las instancias técnica y financiera de Nación", explicó. Se mostró confiado en que saldrán los proyectos aprobados una vez superado el análisis de la documentación presentada.