Malena Oneglia es antropóloga, becaria del Conicet en el Instituto de Investigaciones Socio Históricas Regionales (ISHIR), docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Equipo de Antropología del Cuerpo y la Performance la Universidad de Buenos Aires (UBA), pero además es militante LGBTIQ+ y lesbiana -"o torta", como dice-. Ese dato es central porque como ella misma afirma que "fue desde ese lugar de militancia y activismo que apareció la preocupación sobre cómo se implementa la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas, qué pasaba en los establecimientos y cómo se enseñaba a enseñar ESI". Esas inquietudes la llevaron a indagar en la experiencia santafesina, lo que se sintetizó en su tesis de grado "Feministas y políticas públicas. Trabajar en Educación Sexual Integral en la provincia de Santa Fe". El trabajo pone bajo la lupa la implementación de la ley nacional en la provincia y ahora, premiado por Asociación Argentina para la Investigación en Historia de las Mujeres y Estudios de Género, se transformará en un libro.
¿Cómo se enseña a enseñar ESI? ¿Cómo se evalúa la implementación: en términos cualitativos o cuantitativos? ¿Cuáles fueron y siguen siendo las estrategias para desplegar la ESI de acuerdo a las idiosincracias, líneas y prácticas de las diferentes instituciones educativas? ¿Cómo negocian las feministas que son trabajadoras del Estado, que demandan por un lado la implementación de esta política que ellas mismas son, en parte, responsables de implementar?
Alguna de esas preguntas son las que la antropóloga comenzó a desarrollar ya en 2014, a ocho años de sancionada la ley nacional. Como becaria del Conicet en el ISHIR Oneglia terminó de condensar esas indagaciones en "Feministas y políticas públicas. Trabajar en Educación Sexual Integral en la provincia de Santa Fe", un trabajo que según ella sintetiza muestra que "si bien a veces es lento, la implementación de la provincia de la ESI es constante".
Equipos propios, una particularidad
A la hora de desglosar el recorrido que hizo Santa Fe con sus propias características a la hora de poner en marcha la implementación de la ley nacional sancionada en 2006, la investigadora asegura que es "una experiencia particularmente rica e interesante porque hizo algo que no hicieron otras provincias que fue conformar equipos propios y específicos para la implementación de la ESI".
Para ella, esa decisión "habla de que había en la provincia una idea de que la ESI debía ser pensada como una responsabilidad del Estado y que no alcanza solo con bajar un programa nacional y que debe pensarse en el territorio, en términos de cómo pensamos la ESI en Santa Fe que no es lo mismo que Salta o Tierra del Fuego".
A la hora de evaluar la implementación a lo largo del tiempo, Oneglia recalca que "hay que preguntarse dónde se pone el ojo: miramos cuantitativamente o cualitativamente. Nos fijamos en el número de docentes que recibieron capacitación pensando eso en términos de éxito o pensamos cualitativamente en la necesidad de mayor presupuesto, de tener más trabajadoras y trabajadores pensando en las territorialidades y en un trabajo más de fondo que articule con municipio y comunas, con las colectivas feministas y las organizaciones de cada lugar".
El rol de las feministas
Justamente el papel las docentes, militantes y activistas feministas, muchas de ellas sus propias compañeras de militancia, fueron con quienes la antropóloga trabajó la experiencia de implementación de la ESI en la provincia y las identidades móviles de estos actores que por un lado como agentes del Estado son quienes aplican la ley y por otro lado, quienes se la demandan.
"Ese proceso y la participación de las feministas te obliga pensar cómo se construyen las políticas públicas, las negociaciones que hay por detrás y cómo hacen esas militantes que trabajan en el Estado para construirla ya que son en parte responsables de esa implementación, pero que al mismo tiempo demandan al esa implementación: cuáles son las estrategias de exigibilidad que construyen a través de esas identidades móviles donde a veces destaca el rasgo de la docencia, otras de la militancia y las diferentes pertenencias e inscripciones", explica Oneglia.
De hecho, cuando habla de políticas públicas, la antropóloga prefiere "no hablar de aplicación, sino que la política es una construcción desde arriba y desde abajo" y agrega: "Hay una demanda y también la política llega y están los sujetos que hacen lo que quieren y pueden con las políticas”.