Cualquiera que pase por Córdoba 2833 notará que desde hace tiempo, en rigor más de cuatro años, la histórica salida del cuartel de Bomberos Zapadores de la Unidad Regional II no sólo está cerrada, sino complemente vallada, lo que indicaría que adentro están en obra. El ambicioso proyecto de remodelación, que incluía la modernización de los espacios y la construcción de una plaza, así como el traslado de los Bomberos Voluntarios apostados en la misma manzana sobre Rioja, se licitó en 2018 y apenas dio unos pocos pasos. Desde entonces, el cuartel de Bomberos Voluntarios nunca se movió de lugar y los Zapadores, pertenecientes a la Policía de Santa Fe, tuvieron que desalojar parte del edificio donde trabajaban para permitir el avance de las obras que aún no se terminan y que en la actual gestión estuvieron paralizadas.
La historia es larga, aunque oficialmente se dice poco. Incluso desde el Ministerio de Infraestructura de la provincia responden escuetamente que hubo "problemas con la empresa adjudicataria", un trámite que ciertamente se inició durante la gestión socialista de Miguel Lifschitz, pero que la actual de Omar Perotti no resolvió ni retomó.
En los papeles, el proceso delicitación para la "Remodelación Integral Edilicia, Fachada, Museo, Parquizado e Instalaciones" del Cuartel de Bomberos Zapadores, tal como se publicó en los sitios oficiales de la provincia se abrió en septiembre de 2018, con un presupuesto por entonces pautado en algo más de 10,3 millones de pesos.
La apuesta, como se dijo por entonces y como quedó asentado en la memoria descriptiva del proyecto, buscaba en esa primera etapa de trabajo "revertir a corto y mediano plazo, el actual estado edilicio" del cuartel y sobre todo avanzar en su "modernización".
En esa fase, que llegó a iniciarse, estaba previsto intervenir sobre la tradicional fachada de Córdoba 2833, en el sector de la guardia y atención al público, además de realizar tareas en el edificio del museo. Una superficie total de 1.128 metros cuadrados, donde más de 402,35 metros correspondían a obras nuevas y una superficie abierta total de trabajo de más de 2.400 metros cuadrados, donde también estaba prevista una plazoleta.
Escuetas explicaciones
A la hora de detallar cuál fue el destino de los trabajos, paralización de obra y pandemia de Covid 19 mediante, las explicaciones oficiales del Ministerio de Infraestructura de la provincia son escuetas y apuntan a que se trató de un proyecto "con muchos inconvenientes con la empresa" adjudicataria.
El punto es que se confirma que el trabajo iniciado en esta primera etapa quedó "inconcluso" y que al inicio de la gestión se le dio de baja. Con la pandemia, el trabajo dejó de estar entre las prioridades, ya que todo se concentró en la demanda sanitaria, y para reiniciarse, confirmaron que debería llamarse a licitación nuevamente.
Si bien estuvo en carpeta, nunca se avanzó en ese sentido dado el contexto económico y la ralentización de toda la obra pública, confirman desde Infraestructura. Lo que poco se señala es que las 25 personas que por turno trabajan en Bomberos Zapadores, desde hace más de cuatro años, no lo hacen en las mejores condiciones.
Para poder iniciar los trabajos, las guardias de efectivos de Bomberos tuvieron que restringirse en espacio, ya que de hecho, gran parte de las estructuras fueron derrumbadas para la construcción de nuevos ambientes que nunca se concretaron.
Así, áreas de depósitos y oficinas, espacios de jefatura y para los oficiales, dormitorios para las guardias y baños debieron reubicarse en la zona del terreno que funciona sobre Rioja, junto al cuerpo de Bomberos Voluntarios.
Quienes conocen el cuartel afirman que más del 70 por ciento de las estructuras fueron derribadas sin que se construyeran los espacios nuevos. Allí trabajan 25 efectivos por guardia, que además tienen un taller mecánico para el mantenimiento y reparación de los equipos y vehículos: cuatro camiones, dos autobombas y dos cubas y cuatro camionetas, entre otros.
Si bien generalmente el trabajo se hace en conjunto, el corrimiento hacia calle Rioja hace que a su vez tengan que trabajar coordinadamente con Bomberos Voluntarios, con quienes ahora comparten salida por esa arteria.
Aunque desde ese cuartel afirman que la organización y disposición no se alteró, sí señalaron que la paralización del proyecto también frenó su traslado, una iniciativa que habían acordado también con la gestión socialista, dispuesta a aportar los fondos para un nuevo cuartel de Voluntarios en caso de que se consiguiera un terreno.
"Habíamos conseguido el terreno de un privado, que luego no prosperó e iniciamos las tratativas por un terreno municipal con el que teníamos algunas chanches", explicó Mariano Cienfuegos, jefe del cuerpo de Voluntarios. Sin embargo, cuando apelaron a la provincia por los fondos para la obra, se encontraron con una respuesta negativa.
"A partir de allí no avanzamos más en la gestión del terreno, ya que no tendríamos los fondos para el cuartel", explicó.