A partir de la reunión generada en horas del mediodía entre representantes del gremio de la UTA, referentes del Ministerio de Seguridad y la Municipalidad de Rosario se acordó establecer un refuerzo policial en la zona del Barrio Acindar para garantizar el servicio de las líneas 129 y 130, que finalizarán sus recorridos en sus respectivas puntas de líneas como lo realizan habitualmente. En las primeras horas de la tarde, los servicios ya estaban ingresando nuevamente al barrio.
El servicio de estas líneas del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP) había sido interrumpido por la UTA tras el ataque a un interno ocurrido este lunes a la noche, situación que dejó a los vecinos completamente incomunicados del resto de la ciudad. Los vecinos, conmocionados por lo ocurrido, aseguraron que el barrio era muy tranquilo hasta la aplicación del Plan Bandera.
“El barrio Acindar era, hasta hace cinco o seis años, un remanso de paz. Estamos muy tristes, no estamos bien”, afirmó en diálogo con La Capital la presidenta de la vecinal barrial Graciela Guidovaldi, quien enmarcó lo ocurrido en la esquina de Winter y Cipoletti en la ola de ataques contra el gobernador Maximiliano Pullaro y la escalada de sucesos violentos en los barrios de la ciudad.
Guidovaldi apuntó que la escalada de inseguridad y violencia en Acindar comenzó con la obra del casino City Center: “Lo que sufrimos es la diáspora de Villa Granada, cuando se construyó el casino. Vino a parar todo a la Vía Honda. Y a partir de ahí los hechos de violencia desembocan contra Acindar”.
Para la vecinalista, la balacera contra el colectivo es parte de un cuadro de situación que “es general en toda la ciudad". Y añadió: "Lo que pasó con el (colectivo de la línea) 130 es lo mismo que en 27 y Avellaneda”, en referencia a otra balacera ocurrida pocas horas después, cerca de la 1 de la madrugada contra una estación de servicio donde había personas en su interior.
“Lo que yo veo es el despropósito de dejar un barrio de 3 mil habitantes sin transporte. Si es así, bajemos la persiana, apaguemos la luz y desocupemos Rosario. Hay muchos trabajadores que no están de vacaciones y no pueden ir a su lugar de trabajo. Todo el mundo está expuesto”, lamentó la referente.
La referente vecinal sostuvo a este diario que “a partir de enero, la delincuencia se mudó a Acindar después de la llegada del Plan Bandera en el barrio de al lado. Después se calmó, pero lo de anoche no fue fortuito y azaroso, fue terrible. Pero fue algo más de lo que pasó en Rosario. Si digo que fue al azar, estoy mintiendo”, exclamó Guidovaldi.
Según la vecinalista, muchos de los vecinos trabajan en dependencias públicas y en comercios y se les es difícil poder trasladarse a su lugar de trabajo. La sensación de impotencia e injusticia se esparció en la vecindad, que se vio completamente aislada del resto de la ciudad: “No podemos estar sin transporte. Todos los vecinos quieren organizarse para hacer algo en protesta de que nos han dejado completamente solos y para que devuelvan el servicio”, subrayó.
Operativo de control
Sergio Copello, secretario general del sindicato que nuclea a los choferes de colectivo (UTA Rosario) confirmó a La Capital la realización de una reunión con las autoridades de la cartera de Seguridad provincial, quienes le aseguraron que se implementará una zona de control en el barrio: “A partir de la tarde se retomaría el servicio de las dos líneas. La hora depende en cuánto tarde la policía en definir los detalles del operativo de seguridad”.
Copello lamentó la situación y recordó los últimos hechos ocurridos contra la trabajadores del sector en el marco de ataques criminales: “No llegamos a los dos meses del asesinato del compañero César Roldán, del cual no tenemos novedades. La actividad del transporte, como muchas otras, está sufriendo estos ataques. El asunto es que al ser una actividad tan neurálgica se nota un poco más. Hoy se ha perdido la distinción de las zonas rojas. El asesinato de Roldán fue en una área tranquila, de mucha circulación como calle Córdoba al 6400”.
“Ojalá los autores, no sólo intelectuales sino materiales, encuentren otra forma de comunicarse entre ellos y no tomando a los ciudadanos como rehenes”, concluyó el líder sindical.