Pasada la celebración y ese espacio donde estuvo durante casi dos horas, admite la "tensión" que aún tiene con los espacios académicos e instituciones, pero no deja de negar su emoción. "Por suerte fue una charla descontracturada y no una clase magistral", asegura.
Autora de "Travesti: una teoría lo suficientemente buena" y "Furia travesti. Diccionario de la T a la T", editado el año pasado, Wayar fue parte del Frente Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género sancionada en 2012, cofundó la Red Trans de Latinoamérica y el Caribe y dirigió "El Teje", el primer periódico travesti editado en América Latina.
"Esta distinción es muy importante porque no termina en mí y en este cuerpo, se resume en el cuerpo de toda la comunidad travesti y eso lo hace realmente significativo", afirma en diálogo con La Capital. Convencida de que el conocimiento no solo se produce en las aulas, sino que son las propias comunidades las que también producen en los territorios conocimientos que Wayar define como "vivos y vitales". Habla de la presencia latente justamente de esas compañeras que ya no están -Lohana, pero también Diana Sacayán- y en esa latencia habla de "el reclamo por la profundización de todo". Porque aún con leyes consideradas modelo afirma que "a veces las políticas inclusivas pueden la misma lógica de la caridad cristiana" y agrega: "No es caridad lo que buscamos, es acceso a la Justicia, es reconocimiento y el acceso a derechos fundamentales, cuestiones que ni la ley de identidad de género, ni la ley de cupo laboral travesti trans ni otras normativas han modificado estadísticamente, porque la mayoría de la comunidad travesti trans sigue en situación de prostitución, eso no se ha modificado y es la prioridad".
- La distinción se había gestado y decidido en 2020, en plena pandemia, pero la entrega del Honoris Causa se concretó y se celebró esta semana. ¿Cómo lo viviste?
- Para mi es mucho. Hubo situaciones de emoción. Lohana solía decir que nos tenían que dar un Honoris Causa y se fue con ese reclamo, ese deseo. Si bien una siempre va a estar en tensión con la academia y con lo institucional, esta distinción es muy importante porque no termina en mí y en este cuerpo, se resume en el cuerpo de toda la comunidad travesti y eso lo hace realmente significativo y se suma a las otras conquistas de nuestra lucha y del movimiento. La verdad es que yo venía lastimada. Se ha trabajado mucho, pero la verdad es que se me empezó a reconocer mucho antes fuera de mi patria, en Latinoamérica y sobre todo en Estados Unidos y era doloroso que ese reconocimiento no se diera acá. Lohana también insistía en que el Conicet abriera la posibilidad de pensarnos como investigadoras no individuales, sino como de grupos de trabajo que era lo que estábamos acostumbradas a hacer con otras compañeras feministas de las academia Por eso, esta distinción es importante para las disidencias, para la visibilización travesti trans, para el movimiento.
- Es decir de una vez que por fuera de "la academia" también se produce conocimiento.
- Las comunidades producen conocimiento y son conocimientos vivos y vitales. En nosotras, eso se dio en el contexto específico de esta sociedad que nos alojó con lógicas concentracionarias a las que sobrevivíamos. Es conocimiento aplicado. Hemos transformado en mucho a un país que nos tenía en el peor de los rincones. Lohana lo dijo maravillosamente: “Somos identidades cloacalizadas”. Porque es así, la sociedad ha construido identidades cloacalizadas y revertir esto, es hacer un trabajo de deconolonizacion, de interseccionalidad para ver y pensar por qué no recuperamos nuestros términos propios, nuestra autonomía como latinoamericanas. Porque hay que que decir que las latinoamericanas no somos parangonables a las situaciones trans del primer mundo, somos absolutamente específicas. Nuestro aporte es para que entiendan que fuimos niñas abusadas y, en ese marco, tratamos que haya una discusión de lo democrático, de las funciones paterno-maternales, de los cuidados que debemos tener entre todes para los niñes que vienen, que seamos reconocidas en el marco de los derechos humanos de donde nunca nos hemos corrido.
- Nombrás una y otra vez a Lohana y a ese colectivo de "históricas", muchas que ya no están.
- Están latentes todavía el reclamo de la profundización de todo. Porque la ley de identidad de género nos ha puesto en el plano intencional como una de las mejores leyes del mundo.
- Sin embargo, vos tomaste la decisión de no hacer tu cambio registral...
- No. No lo hice porque quiero que sea estrictamente en obediencia de la ley que dice que es nuestra autopercepción y mi autopercepción es travesti, no es mujer, es claramente no mujer. Después podría conversar con el colectivo qué palabra usar, pero claramente no sería ni hombre ni mujer. Porque la especificidad del término tiene implicancias, implicancias en términos de política, de política distributiva, de aplicaron en la políticas publicas, implica que estemos desagregadas y que se sepa cuántas somos, cuáles son nuestras necesidades y no que nos den cupo dentro de las políticas de familiaridad o de mujer, implica que se entienda qué cuerpos son los nuestros y qué necesidades especificas son las de estos cuerpos y cuáles sus reclamos.
- Además las travestis mayores están organizando un reclamo colectivo...
- Con las travestis mayores estamos reclamando la posibilidad de que se nos patrocine y prospere un juicio al Estado por considerarnos sobrevivientes de un genocidio y de crímenes de lesa humanidad. No está presentado aún porque no conseguimos patrocinio, pero vamos a iniciar con un juicio popular porque ya murieron 15 compañeras de las que comenzamos este proceso y al morir cada una se va un relato. Pensamos que avanzar con un juicio popular permite tomar esos relatos con una legitimidad tal que en el futuro se puedan usar en juicios aun si todas nos morimos. Esto tiene que ver con que cada cada sector de la sociedad reconozca que fue parte de los discursos de odio, discursos que pueden venir de las religiones o de la prensa; de la discriminación y la exclusión donde instituciones de la salud y la educación estaban presentes. A veces esto aparece como si fuera un reclamo de los años de la última dictadura, pero no es así porque nosotras seguimos padeciendo en democracia la misma persecución o mas cruenta aún y fue todo el cuerpo social. No queremos compensaciones jubilatorias individuales, el reclamo debe ser individual, pero sobre todo colectivo.
- Vos te parás en perspectiva de los derechos humanos y cuestionás los vericuetos administrativos que aún limitan el acceso a derechos de la comunidad. ¿Cómo ves en ese sentido las políticas de cupo laborales?
- Son paliativos cuando no son universales y provocan rispideces en el colectivo porque son derechos que hemos pelado para todos, pero que se terminan implementado en relación a ciertos privilegios: quienes viven en la Capital, quienes son jóvenes y están estudiando o tienen estudios cursados y las que fundamentamos estas leyes somos las que hemos estado en prostitución. Y el Estado no fue a las zonas de prostitución a buscar a esas personas para decirles que a partir de ese momento iban a tener un empleo y que se las iba a seguir sosteniendo. Entones aparecen discusiones. "Ahora les pibes la tienen regalada cuando a nosotras nos cagaron a palos". Aparece un quiebre generacional cuando lo que debería haber es un traspaso generacional, un diálogo permanente para que entendemos todes cuales son los ejercicios de de violencia que genera esta sociedad y que son cotidianos con micropedagogías permanentes, porque todo puede volver al punto cero. Permanentemente estamos volviendo a discutir cuestiones resueltas, permanentemente surgen discursos de odio, racistas, misóginos, xenofóbicos y transodiantes, incluso dentro del feminismo.
-Entre la sanción de la ley de identidad de género en 2012 y la actualidad, el Estado en todos sus niveles generó ministerios y áreas de género y diversidades para impulsar políticas públicas. ¿Qué te genera eso?
- Estoy escéptica. Veo que no son nuevas lógicas. No están ahí las lógicas que una vio y discutió y confrontó en los Encuentros Nacionales de Mujeres. Se ve que funcionan de manera verticalista, son grandes estructuras que sostienen a un número de trabajadoras y trabajadores de las disidencia de forma burocrática porque son de clase media. Me fui del Consejo Asesor del Ministerio (de Mujer, Género y Diversidad de la Nación) porque no me puedo permitir que piensen que estamos en las mismas condiciones. Si no hay algo tangible, si no tengo injerencia y solo estoy para la foto, no puedo, porque son maneras de traicionar a mi comunidad. Sin dudas hay dinero, pero que con otras lógicas, la lógica feminista y el pensamiento trans y disidente, lo usaríamos de otras maneras, en lugares administrativamente más chicos y destinados también a potenciar el cambio administrativo dentro del Estado. Eso es lo que te hace pensar a veces que estas políticas inclusivas tienen la misma lógica de la caridad cristiana, de la monedita o el pedazo de pan. Yo necesito necesito un esfuerzo mayor, no es caridad lo que buscamos, es acceso a la Justicia, es reconocimiento en términos de Justicia de las violencias hermenéuticas y epistémicas, el acceso a derechos fundamentales. Todas esas son cuestiones que ni la ley de identidad de género, ni la ley de cupo ni otras normativas han logrado modificar estadísticamente porque la mayoría de la comunidad travesti trans sigue en situación de prostitución y las niñas que crecen con cruce de raza, etnia y de clase siguen estando destinadas a la prostitución, eso no se ha modificado y esa es la prioridad.