Por cuarta semana consecutiva, en Rosario volvió a bajar la ocupación de camas críticas en sanatorios y hospitales. El dato, una buena noticia en medio de la pandemia de coronavirus, merece ser analizado más de cerca. En primer lugar porque las unidades de cuidados intensivos de los hospitales públicos siguen mostrando niveles de ocupación elevados (por encima del 95 por ciento) y porque, además, el sistema de salud continúa tan tensionado como en el peor momento de la primera ola.
Tras las restricciones a la circulación implementadas para reducir contagios de Covid, el sistema de salud empezó a recuperar aire. "Los contagios de coronavirus efectivamente se amesetaron, pero lo hicieron en un nivel muy alto. Por eso, si bien estamos observando una mejoría en la ocupación de camas críticas, la demanda aún es importante", advirtió el director provincial de Tercer Nivel de Atención del Ministerio de Salud, Rodrigo Mediavilla.
Los datos confirman el diagnóstico. De acuerdo al último informe sobre la situación del Covid realizado por la secretaría de Salud del municipio, entre el viernes pasado y el 25 de junio, la ocupación de camas críticas críticas en clínicas y sanatorios privados se redujo siete puntos. La semana pasada ocho de cada diez camas de terapia alojaban pacientes, esta semana el nivel de ocupación fue del 74 %.
Después de casi dos meses con las terapias casi completas, donde las camas libres podían contarse con los dedos de una mano, desde mediados del mes pasado el amesetamiento de los contagios de coronavirus aportó algo de alivio. A partir del 18 de junio comenzó a descender la ocupación de camas en el sector privado de la salud rosarino.
Ese viernes, el porcentaje de camas libres fue del 13 %, la semana siguiente del 19 % y el viernes pasado alcanzó el 26 %, de acuerdo a los datos que recopila semanalmente el municipio. En cuanto al sector público, en cambio, los niveles de ocupación se mantuvieron por encima del 97 %.
Aún con esa mejoría, el sistema de salud de la ciudad se encuentra en niveles similares a los niveles de ocupación de camas críticas registrados a fines de octubre y principios de noviembre pasado, en plena cresta de la primera ola de Covid.
El 23 de octubre, los servicios de salud de la ciudad exhibían niveles de ocupación de camas críticas del 93 y el 86 %, para el sector público y privado respectivamente. Una semana después, los porcentajes fueron del 98 y el 81 % y el 6 de noviembre se mostraron en un 92 y un 81 %. A partir de entonces, comenzó las cifras comenzaron a aflojar.
Más camas y más demanda
Mediavilla apuntó que el descenso en el nivel de ocupación de las terapias intensivas se verifica en toda la provincia. "Actualmente estamos con un porcentaje de camas críticas llenas del 86 por ciento. Hemos llegado a informar porcentajes del 98 y 99 por ciento, lo cual marca una mejoría", sostuvo.
Aún así, el funcionario reconoció que las dos ciudades más pobladas de la provincia, Santa Fe y Rosario, muestran niveles de ocupación por encima de la media provincial. En el caso de la capital santafesina, las terapias trabajan al 94 % de su capacidad; en Rosario, al 91 %. De todas formas, también en estas ciudades se verifica un descenso.
Para Mediavilla, la alta demanda que sigue mostrando el sistema de salud se explica por la cantidad de contagios. "El nivel de ocupación de camas críticas sigue siendo elevado porque la curva de contagios está estable, pero alta. Es muy bueno que esté estable porque si su crecimiento fuera exponencial no podríamos dar respuesta", apuntó y agregó que "al seguir siendo alto el número de contagios, sigue siendo alta la demanda al sistema de salud".
Peor que en la primera ola
En la primera ola de coronavirus, los porcentajes de ocupación de camas no alcanzaron niveles de tanta preocupación. Entre los picos de la primera y la segunda ola de la pandemia, la demanda de internación en unidades de terapia creció un 20 por ciento.
Entre los últimos meses del año pasado y mayo de este año, la cantidad de camas críticas de internación creció de las 377 de noviembre pasado a las actuales 470. "Esa ampliación nos permitió tener un mayor flujo de camas, pero esta segunda ola se mostró con una criticidad mayor que la primera: crecieron los contagios y, consecuentemente, la necesidad de internaciones.
La edad de los enfermos fue otro factor clave: la segunda ola se ensañó con personas más jóvenes que demandaban ingresos a terapia más rápidos y estadías más prolongadas, lo que complicó el giro de pacientes en las unidades de cuidados críticos.
Lo que viene
"Si bien estamos viendo que hay una tendencia a la baja y que los porcentajes de ocupación hospitalaria va a ir bajando respecto a la segunda ola, esto no permite hacer ningún pronóstico sobre qué va a pasar en los próximos meses", sostuvo Mediavilla.
Para el funcionario, "ninguna región escapa a las estadísticas" y, por lo tanto, el rebrote de las infecciones que se registró en Europa se sentirá también en el país. "Por eso es importante que nos sigamos cuidando mucho y sobre todo que los viajeros respeten los protocolos y el aislamiento previsto para quienes vuelven del exterior porque tenemos que evitar situaciones de riesgo", concluyó.