El Hospital de Niños Víctor J. Vilela vivió un día totalmente atípico. Sus médicos debieron atender a una mujer que pasaba por allí en el camino al sanatorio donde debía dar a luz. La paciente comenzó con el trabajo de parto dentro del automóvil que conducía su marido.
Eran cerca de las 10 del pasado jueves cuando un auto frenó en la entrada de los consultorios externos del Vilela. Un hombre se bajó corriendo pidiendo ayuda para su mujer, que estaba a punto de dar a luz. Se armó un gran revuelo en la entrada del hospital donde administrativos, médicos y enfermeros se reorganizaron rápidamente para dar una solución.
Mientras tanto, Eliana Sosa, una joven de menos de 30 años, permanecía en el auto, con su marido y su hija pequeña. Se dirigían rumbo al Sanatorio de la Mujer, donde la esperaban para el parto. Pero todo se aceleró cuando la mamá comenzó con fuertes contracciones.
Una médica residente de tercer año, junto con una pediatra, corrieron al auto y la evaluaron. Comprobaron que estaba en buen estado, aunque ya había iniciado el trabajo de parto. Los camilleros la trasladaron hasta la guardia, donde se dispuso todo para que la pudieran atender en una sala donde se hacen suturas y yesos, un espacio improvisado.
Las médicas recordaron rápidamente los conocimientos de obstetricia que adquirieron durante la carrera, y asistieron el parto natural. A los pocos minutos nació Luz, una beba de 2,900 kilos.
“Fue una alegría para todo el hospital el nacimiento de Luz”, contó ayer la subdirectora del Vilela, Carolina Binner.
Un día diferente
“En el hospital no es habitual que asistamos a embarazadas ni que tengamos partos. No nos dedicamos a eso. Lo que empezó con mucho revuelo fue un día de fiesta para todos”, agregó Binner orgullosa por la eficacia que demostró el equipo médico al atender a Eliana, a pesar de que la obstetricia no es la especialidad de ninguno de los especialistas de ese hospital.
“A Eliana la asistieron la médica generalista Nancy De Arma, quien atiende a familias, y está cursando su tercer año de la especialidad en medicina general; la médica pediatra Noelia Formica; y el enfermero Martín Clavero. Todos estaban muy emocionados porque una vida siempre supone una celebración”, manifestó la directiva.
Por su parte, Eliana se expresó efusivamente a través de las redes sociales: “¡Gracias, gracias, gracias! Ojalá haya más personas de esta calidad humana y profesional” .
Agradeció a todo el hospital que le dio su apoyo y fuerzas. “Demostraron muchas ganas de recibir lo más preciado para una mamá, la vida de su hija”, indicó. “Fue una revolución y tanto a mí como a mi familia nos hicieron los más felices del mundo”, continuó la joven madre de su segunda hija.
“Hay que tener en cuenta que en el Vilela siempre estamos atendiendo a niños enfermos y el nacimiento de una beba da mucha alegría, renueva la esperanza”, reflexionó Binner.
Ayer a la tarde, los médicos confirmaron a La Capital que Eliana estaba en buen estado, al igual que la beba. “Se prendió muy bien al pecho y nació con buen peso”, aseguró la directiva del centro asistencial.
Luego de que fuera atendida Eliana, a la pequeña Luz se le realizaron todos las evaluaciones de rutina. Finalmente, ambas fueron derivadas al sanatorio donde el parto estuvo originalmente planificado.